Mucho se ha hablado durante los últimos días de cómo está la relación entre Rocío Flores y su tía, Gloria Camila. Si bien se ha apuntado a que no pasa por su mejor momento y a que están distanciadas, las protagonistas de esta historia han desmentido que sea así. Mientras la hija de José Ortega Cano asegura que "ama a su sobrina" y que se alegra de todo lo que le pase en su vida, la hija de Antonio David se ha confesado sobre esta polémica que una vez les ha puesto en el punto de mira.

Hace tan solo unos días Gloria Camila fue tajante y respondió sin titubeos con el fin de zanjar cualquier rumor. "Es totalmente falso que yo tenga un problema con ella, que nos hayamos peleado, que hayamos discutido, que tenga celos como he leído… nada. Todo lo bueno que le pase a ella yo me alegro igual que ella se alegra por mí todo lo bueno que me pase. Entonces, todo lo demás es falso y todo lo demás que hablen es mentira", aseguró. Días después Rocío Flores ha sido preguntada y con cierto tono de indignación ha respondido a cualquiera que lo dude. "No hace falta que lo neguemos", comentaba a su llegada a Madrid. No obstante, su reacción podrás descubrirla dándole al play.

El mejor momento de Rocío Flores

Aunque esta polémica no es ni mucho menos la única que envuelve a la joven. Eso sí, noticias mucho más positivas, pues según anunciamos en exclusiva en SEMANA, Rocío Flores y su novio, Manuel Bedmar, se han comprado un piso de nueva construcción en Málaga. Un piso de dos habitaciones cerca del mar por el que han pagado 250.000 euros y cuyas imágenes podrás ver en el último número de tu revista favorita. En su nuevo hogar, decorado de manera actual, la nieta de Rocío Jurado podrá hacer realidad uno de sus sueños: formar su propia familia, ya que ha asegurado en varias ocasiones que le gustaría convertirse en madre pronto.

En la actualidad, Rocío vive en la Costa del Sol. Su tía, en cambio, vive en una urbanización a las afueras de Madrid, próximo al hogar que su padre, José Ortega Cano, comparte con Ana María Aldón y el hijo que tienen en común. Allí precisamente se han reencontrado tía y sobrina, demostrando así que no hay ningún cisma familiar entre ellas.