Están a punto de cumplirse dos décadas desde el fallecimiento de Rocío Jurado, y como no podía ser de otra manera, sus seres queridos se han reunido, como cada año, para rendirle homenaje. Fue el 1 de junio de 2006 cuando ‘la más grande’ murió en su casa de La Moraleja, en Madrid, a los 61 años, víctima de un cáncer de páncreas. Su pérdida dejó un vacío imborrable entre sus familiares y amigos, que ahora la recuerdan en su lugar favorito por excelencia y tierra natal: Chipiona.

Rocío Flores, Gloria Camila y su hermano menor

Rocío Flores, Gloria Camila y su hermano menor.

Gtres

Los medios de comunicación se han desplazado hasta el municipio gaditano para ver a la familia de Rocío Jurado llegar hasta el Santuario de la Virgen de la Regla, donde ha tenido lugar el tributo. Uno de los primeros en asistir ha sido el que fuera marido de ‘la más grande’, José Ortega Cano, que lo ha hecho en compañía de su hijo pequeño, fruto de su matrimonio con Ana María Aldón. A su lado, también han reaparecido tanto su hija, Gloria Camila; como la sobrina de esta, Rocío Flores; además de Gloria Mohedano.

Amador Mohedano, ¿ausente en el homenaje a Rocío Jurado?

Por el momento, ha llamado especialmente la atención la ausencia de Amador Mohedano. Pese a haber sido el hermano de Rocío Jurado, su representante y uno de los apoyos fundamentales de su vida, este no se ha dejado ver por el santuario mencionado. No obstante, cabe la posibilidad de que haya optado por evitar a la prensa y haya acudido al templo en cuestión por una puerta secundaria. O también puede que se desplace directamente hasta el mausoleo de la cantante en Chipiona, donde la familia acostumbra a llevar a cabo una ofrenda floral justo después de la misa homenaje.

José Ortega Cano junto a su hijo menor

José Ortega Cano junto a su hijo menor.

Gtres

Gloria Camila y Rocío Flores, el yin y el yang a nivel estilístico en Chipiona

Cabe destacar que, en esta ocasión y pese a guardar una estrecha relación, Rocío Flores y Gloria Camila se han decantado por looks completamente distintos. Como madre de la fallecida, la hija de Ortega Cano ha seguido a rajatabla el protocolo con el más riguroso luto, aunque sin perder de vista el calor propio de Cádiz en estas fechas. Para conseguirlo, se ha decantado por un vestido tipo blazer cruzada en color negro, además de unos salones destalonados y gafas de sol a tono. Por su parte, lahija de Antonio David Flores ha apostado por un atuendo más colorido, basado en una falda roja, una blusa blanca troquelada, blazer camel y sandalias de esparto a tono. 

Sale a la luz la entrevista más secreta del hermano de 'la más grande'

Precisamente, hace apenas unos días, ‘TardeAR’ sacaba a la luz una entrevista inédita de Amador Mohedano. En ella, el protagonista indaga en lo más profundo de su corazón sobre algunos momentos con su hermana: “Un día entro en la habitación, sale del cuarto de baño despacito y me mira… Me dice que no podía más, que tiraba la toalla. Yo le dije: ‘¿Qué dices? Para nada’”, adelantaba con emoción. Esto hizo que Rocío quisiera seguir adelante con sus compromisos profesionales, y al llegar a su casa, tuvo un detalle con su hermano que este no olvidará jamás: “Empieza a cantarme ella ‘Sin embargo te quiero’”.

 

Dada la buena sintonía que había entre ellos, a Amador fue a una de las personas a las que más afectó la pérdida de ‘la más grande’: “Y llegó el día que… Se quedó. Estaba dormida, respirando, el corazón fuerte… Estábamos toda la familia en una cama redonda que tenía ella grande. Estaba ya ida, pero el corazón latiendo. A veces le decíamos alguna cosa a ver si ella, con los ojos o algo, respondía”. Sin embargo esta respuesta nunca llegó, y la cantante murió de madrugada, sumiendo a sus seres queridos en la más absoluta tristeza: “La verdad es que murió como quiso morir, con todos los suyos (…) Se hizo un altar de santos, de figuras, de cartas, de medallas…”, explicaba.

Además, Amador Mohedano reveló uno de los últimos gestos que su hermana tuvo con los medios de comunicación, a los que apreció durante toda su vida: “Un día el médico nos dice que creemos que lo mejor es que se vaya a casa. Decía: ‘De aquí no sacarme hasta que no sean las siete de la tarde, porque a esa hora hay muy buena luz. Y todos los fotógrafos que estén, cuando me hagan una foto, quiero que tengan la mejor luz que puedan tener’”. Unas indicaciones que su hermano siguió con creces: “Y así lo hicimos. Llegamos a casa y Rosa le había arreglado el pelo, le pone un poquito así, arreglada. Era la última vez que se le iba a ver”, sentenció con mucha pena, aunque también con orgullo.