El mes de julio está sirviendo de auténtica desconexión a Marisa Martín-Blázquez. La periodista está disfrutando de unas merecidas vacaciones en el mar desde las que está compartiendo numerosas e intensas reflexiones; desde el poder de los atardeceres hasta la existencia de las "señales".
Aunque a sus más de 110 mil seguidores en la red les encanta ver sus "fotones" y seguir cada paso de su día a día, más les gusta leer las reflexiones que comparte con cada publicación, y así se lo hacen saber: "Me encanta leerte siempre".
Una de las últimas tiene que ver con unas palabras que Gabriel García Márquez escribía en ‘Cien años de soledad’: "La búsqueda de las cosas perdidas está entorpecida por los hábitos rutinarios, y es por eso que cuesta tanto trabajo encontrarlas". Un texto que ella ha querido reiterar y acompañar de un profundo pensamiento: "Estamos demasiado ensimismados en el aburrido quehacer. Nos cuesta abandonar el melódico y metódico “tic tac” que nos lleva a lo absurdo. No queremos abandonarnos a la aventura, cuando es ella nuestra única tabla de salvación en el océano de la monotonía", escribe.
"Es por eso por lo que nos cuesta tanto encontrar las cosas que algún día perdimos. Perdimos –quizá hace demasiado tiempo– las ganas de soñarnos despacio. Perdimos las ganas de abandonarnos a la improvisación. Perdimos el sueño, aun cuando estábamos dormidos. El sueño se convirtió en quimera. Olvidamos escarbar en los sentimientos y nos quedamos en la pátina, lustrosamente ridícula, de la impostura", añade Marisa.
Y añade: "En ocasiones, buscamos el interés y terminamos chocándonos con el amor. Con el de verdad. La vida sigue queriéndonos sorprender. A ella hay que abrirle las puertas e invitarle a pasar sintiendo cómo transcurre un tiempo entero; sin desbravar, sin dividirlo en meses y años, y los días en horas. A veces, lo único que se debe de hacer es contemplar cómo sale el sol, cómo se pone y sentir la lluvia cuando cae con nostalgia. Se trata de esperar. De saber esperar. De disfrutar la espera. Cuando llega lo ansiado, todo es Magia. Espera. Compás. El compás de espera. El tiempo que transcurre. En la vida se trata de conservar hasta el final la locura del corazón".
Marisa luce cuerpazo a los 60
Además de sus profundas reflexiones y posados paradisíacos, a los seguidores de la mujer de Antonio Montero les interesa, y mucho, su truco para tener tal cuerpazo a sus 60 años.
"Hay genética, –eso no es meritorio – he hecho y hago deporte toda mi vida y ahora, especialmente, entrenamiento de fuerza y distintas disciplinas de yoga, cuido mi alimentación –como bastante, pero sano– no bebo y no fumo y tomo suplementos alimenticios como colágeno, magnesio, vitamina C, para que se sintetice bien el colágeno, L-carnitina… Es una rutina que llevo haciendo muchísimo tiempo, por no decir una forma de vida, aunque no me privo de un vinito algún día de cena o de algún capricho. Pero siempre llevo una vida muy activa", confiesa la periodista.
Como toda una 'influencer', en su cuenta de Instagram se pueden ver, además, esos 'truquitos' de belleza, y es que no duda en compartir vídeos haciendo rutina de deporte, entrenamiento de fuerza, distintas prácticas de yoga... Sin duda, logra conquistar a sus miles de seguidores, y todos tienen claro su sentencia: "Eres una crack, en todo".
La llamativa transformación física de Marisa Martín Blázquez
El pasado mayo la periodista acaparó todas las miradas al reaparecer visiblemente cambiada. Por eso, para aclarar las dudas, la propia Marisa Martín Blázquez quiso compartir en sus redes sociales un vídeo explicativo confesando cuáles han sido los retoques estéticos que se ha realizado: el conocido como 'Face Up'.
La clínica estética ha explicado en que consiste el 'Face Up'. "En su caso, hemos abordado una armonización del rostro con la combinación personalizada de tratamientos mínimamente invasivos y resultados excelentes", han indicado los especialistas en las redes sociales. "Es un procedimiento beauty que realza, eleva y reposiciona tus facciones en menos de 20 minutos con una técnica exclusiva", explican.
"Se trata de un tratamiento mínimamente invasivo, sin cirugía y hecho en 20 minutos para corregir una asimetría facial que tengo debido a una enfermedad neuromuscular, crónica, rara y autoimmune", señalaba Marisa a la revista SEMANA. "Cuando me dan los brotes, aunque me afecta en todo el cuerpo, donde más se me ve es en la cara; en mi lado izquierdo".