Haga lo que haga y se ponga lo que se ponga la Reina es una fuente constante de titulares. Confirmada como un icono de moda mundial, más allá incluso de su monárquico papel, Doña Letizia termina el 2017 con una serie de anécdotas a sus espaldas que pasan a engrosar la leyenda que ya le rodea desde hace años.

A principio de año y con la visita del presidente y la primera dama de Argentina Letizia Ortiz ‘se vistió de Reina’ por primera vez. Aunque hace ya casi cuatro años que la asturiana se convirtió en regente consorte, la recepción de gala con la que dieron la bienvenida a los porteños dejó ver a la Letizia más solemne, coronada con la Tiara de Lis.

Este punto de inflexión parece que fue solo el principio de un curso en el que la asturiana se ha convertido en la ‘Royal mejor vestida del año’ según la edición americana de Vanity Fair. El total look en amarillo canario con el que Doña Letizia se encontró con la Reina Isabel II en Londres fue la prueba de fuego definitiva con el que prensa y críticos internacionales cayeron rendidos a los pies de la Reina de España y la consagraron con tal distinguida posición.

Como cada verano en Mallorca, el retiro estival de la familia real es el mayor escaparate público para las hijas de los Reyes, que durante el año mantienen un perfil mucho más anónimo que otros ‘mini royals’ europeos. Este agosto los Reyes y sus dos hijas acudieron a ver una exposición que reunía algunas de las obras de Pablo Picasso y Joan Miró. Como es habitual, la salida estuvo cubierta por la prensa nacional y balear que, a la salida, se interesó por saber si las pequeñas habían o no disfrutado, pregunta ante la cual Doña Letizia sacó las uñas cual leona y zanjó con un seco: "Les ha gustado mucho la exposición, no busquéis titulares. No os van a decir nada más".

A estas alturas ya ha quedado más que claro que la Reina es una mujer de armas tomar. Siempre correcta sin que eso signifique ser un derroche de simpatía, Letizia Ortiz cumple con los protocolos de una manera que, en ocasiones, parece mucho más distante de lo que se espera en alguien de su rango y para muestra este pasado Día de la Hispanidad. Bajo un sol de justicia y abrigada como si de un frio enero se tratase, la Reina llegaba al acto en el coche oficial acompañando a Don Felipe VI. A través de los cristales y como manda la costumbre, Doña Letizia saludaba a todo el público que se había congregado para ver a Sus Majestades más de cerca, pero las cámaras le jugaron una mala pasada a la madre de Leonor y Sofía y dejaron al descubierto que, si bien estaba saludando lo hacía sin prestar ninguna atención a lo que ocurría fuera, ya que la Reina estaba absorta mirando su teléfono móvil.

Pero sin duda, el 2017 nos ha regalado una imagen de la Reina que pasará a la historia como una de las más naturales y divertidas de nuestra soberana. En México, en un viaje oficial sin Don Felipe, Doña Letizia se soltó la melena durante unos segundos y bailó al ritmo de los ‘Black Eyed Peas’ dejando a propios y extraños con la boca abierta.

Los ‘momentazos’ de Letizia

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Haga lo que haga y se ponga lo que se ponga la Reina es una fuente constante de titulares. Confirmada como un icono de moda mundial, más allá incluso de su monárquico papel, Doña Letizia termina el 2017 con una serie de anécdotas a sus espaldas que pasan a engrosar la leyenda que ya le rodea desde hace años.

Por fin, de Reina

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A principio de año y con la visita del presidente y la primera dama de Argentina Letizia Ortiz ‘se vistió de Reina’ por primera vez. Aunque hace ya casi cuatro años que la asturiana se convirtió en regente consorte, la recepción de gala con la que dieron la bienvenida a los porteños dejó ver a la Letizia más solemne, coronada con la Tiara de Lis.

La ‘Royal’ mejor vestida

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Este punto de inflexión parece que fue solo el principio de un curso en el que la asturiana se ha convertido en la ‘Royal mejor vestida del año’ según la edición americana de Vanity Fair. El total look en amarillo canario con el que Doña Letizia se encontró con la Reina Isabel II en Londres fue la prueba de fuego definitiva con el que prensa y críticos internacionales cayeron rendidos a los pies de la Reina de España y la consagraron con tal distinguida posición.

Una madre tajante

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Como cada verano en Mallorca, el retiro estival de la familia real es el mayor escaparate público para las hijas de los Reyes, que durante el año mantienen un perfil mucho más anónimo que otros ‘mini royals’ europeos. Este agosto los Reyes y sus dos hijas acudieron a ver una exposición que reunía algunas de las obras de Pablo Picasso y Joan Miró. Como es habitual, la salida estuvo cubierta por la prensa nacional y balear que, a la salida, se interesó por saber si las pequeñas habían o no disfrutado, pregunta ante la cual Doña Letizia sacó las uñas cual leona y zanjó con un seco: "Les ha gustado mucho la exposición, no busquéis titulares. No os van a decir nada más".

Enganchada al teléfono

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A estas alturas ya ha quedado más que claro que la Reina es una mujer de armas tomar. Siempre correcta sin que eso signifique ser un derroche de simpatía, Letizia Ortiz cumple con los protocolos de una manera que, en ocasiones, parece mucho más distante de lo que se espera en alguien de su rango y para muestra este pasado Día de la Hispanidad. Bajo un sol de justicia y abrigada como si de un frio enero se tratase, la Reina llegaba al acto en el coche oficial acompañando a Don Felipe VI. A través de los cristales y como manda la costumbre, Doña Letizia saludaba a todo el público que se había congregado para ver a Sus Majestades más de cerca, pero las cámaras le jugaron una mala pasada a la madre de Leonor y Sofía y dejaron al descubierto que, si bien estaba saludando lo hacía sin prestar ninguna atención a lo que ocurría fuera, ya que la Reina estaba absorta mirando su teléfono móvil.

Bailarina en México

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Pero sin duda, el 2017 nos ha regalado una imagen de la Reina que pasará a la historia como una de las más naturales y divertidas de nuestra soberana. En México, en un viaje oficial sin Don Felipe, Doña Letizia se soltó la melena durante unos segundos y bailó al ritmo de los ‘Black Eyed Peas’ dejando a propios y extraños con la boca abierta.