Maribel Sanz ha reaparecido en televisión y lo ha hecho después de superar un tiempo muy complicado. Ella misma ha querido relatar en primera persona cómo el 2022 ha supuesto un auténtico infierno para ella en cuestión de salud. "Llevo un año complicado, pero ya se ha quedado atrás. ¡Gracias a Dios!", exclamaba durante su entrevista en el programa 'Fiesta'.

Maribel Sanz
Telecinco

La ex mujer de Sergio Dalma se ha sincerado con Emma García y ha relatado con todo detalle un capítulo muy complicado de su vida. La exmodelo, de 50 años, ha recordado que siempre ha sido una persona muy deportista y que se machaba duramente corriendo, haciendo escalada... Sin embargo, un buen día apareció una lesión que trastocó su rutina. "No tenía constancia que tenía una lesión porque no se había manifestado el dolor, pero un día entrenando iba aumentando la intensidad de los entrenos y me empezó a doler mucho el glúteo. Pasé la noche regular y al día siguiente llamé al fisio. Para resumirlo: cada vez iba a más hasta que me quedé inválida tres meses".

El relato de Maribel Sanz 

La catalana ha explicado que de un día para otro se encontró impedida para realizar actividades cotidianas como pueden ser sentarse en una silla. "Cuando digo inválida digo sin poder sentarme en el baño, sin poder comer sentada". También ha subrayado que se siente una privilegiada porque el diagnóstico fue rápido. Además, conoce a "gente del sector que me han podido ayudar". Una vez, le realizaron la resonancia los médicos determinaron que la cadera estaba un poco desplazada. "Tenía tres fuentes de dolores y los nervios pinzados de la espalda".

Maribel Sanz
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Un episodio que difícilmente podrá olvidar Maribel Sanz. "En el momento más agudo estás con morfina pura y dura. No te puede tocar un fisio, ni un médico. El problema es que no me podía sentar. Tenía un dolor tan grande en la cadera y en la ingle que se me produjo otro edema en la cadera y la desplazó milímetros". Finalmente ahora se encuentra recuperada y afronta el futuro con mucha vitalidad, también con una gran sonrisa: "Ahora estoy feliz". Aunque recordaba que había llorado "lo que no está escrito".