El homenaje a Constantino de Grecia no solo puso en el punto de mira a Letizia, quien demostró un impecable comportamiento, tal y como analizamos en la revista SEMANA. También al príncipe Guillermo (41 años), que decidió ausentarse "por motivos personales". Una excusa que se atribuyó al estado de salud de Kate Middleton (42 años), quien tras su cirugía abdominal no ha vuelto a ser vista. Solo dos días más tarde de su sonada baja, ha regresado al trabajo. ¿Dónde? Pues en la visita de una sinagoga en Londres, donde, por cierto, el hijo de Carlos III (76 años) ha aprovechado para mencionar a su querida esposa. 

Este jueves 29 de febrero el príncipe de Gales ha reaparecido en Western Marble Arch, en el centro de la ciudad, para participar en un debate. Allí había dos supervivientes del Holocausto, así como otros jóvenes que forman parte de un proyecto llamado 'Lecciones de Auschwitz'. Una cita donde él se ha mostrado muy tajante y donde ha tenido muy presente a Kate, de quien apenas se ha separado desde que fuera hospitalizada y posteriormente fuera a casa. 

El príncipe Guillermo habla de Kate en su vuelta al trabajo

"Los prejuicios no tienen lugar en la sociedad. Lo he dicho antes y lo diré de nuevo. Quiero que todos sepan que pueden hablar sobre ello y sus experiencias. Tanto Kate como yo estamos preocupados por el aumento del antisemitismo del que han hablado y lamento mucho si alguno de ustedes ha tenido que experimentar eso. No tiene lugar... es por eso que estoy aquí hoy para asegurarles a todos que a la gente sí le importa y la gente escucha y no podemos dejar que eso pase", aseguraba ante la atenta mirada del rabio Daniel Epstein. 

Esta semana su actitud llamó la atención debido a que esperó a última hora para comunicar que no asistiría a la misa de Constantino de Grecia. Sobre todo al tener en cuenta que él fue su padrino, detalle que confirma la estrecha relación que existía entre ellos. No fue suficiente para que abandonara su refugio y se reencontrara con otros royals como Camilla, quien había organizado esta misa tan especial en Londres.

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El otro duro golpe para Guillermo de Inglaterra en plena recuperación de su esposa

Solo unas horas después se hacía oficial el otro golpe que sufría la familia real británica: la muerte de Thomas Kingston. El marido de Gabriella Windsor, con quien Guillermo tenía muy buena relación, fue encontrado muerto a los 45 años en la mansión de sus padres. Un durísimo golpe que ha revolucionado el Reino Unido y tras el que se han barajado varias teorías sobre qué le pudo haber sucedido. Mientras la investigación continúa parte de su círculo ha roto su silencio, entre otros, un amigo reverendo. Este cuenta que era "adicto a la adrenalina" en el Daily Mail y que "engañó a la muerte en innumerables ocasiones". 

El príncipe Guillermo llevaba nueve días desaparecido, pero ha vuelto con toda la fuerza a su día a día. Relajado, sonriente y con la plena intención de empatizar con las personas que tenía delante, ha vuelto a estar en el centro de atención. No solo por la situación personal que tiene en casa por la desconocida enfermedad de su mujer, Kate Middleton, sino también por la ausencia pública de su padre. A comienzos de febrero el Palacio de Buckingham anunció que había sido diagnosticado de cáncer, por lo que se alejaba de sus compromisos públicos. 

Optimista y positivo comenzó un tratamiento pionero para hacer frente a un tumor del que no han querido entrar en detalles. Sí que han explicado que no es de próstata y que semanalmente acude para someterse a un proceso en el que confía plenamente. Es cuando termina cuando viaja a su casa de Sandringham, la vivienda de película en la que se recupera. 

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Con más de 30 hectáreas de zona ajardinada, la finca necesita muchísimos cuidados y mantenimiento, pues está rodeada de césped y bosque. Este refugio fue adquirido por Eduardo VII en el año 1862 y, desde entonces, ha ido pasando de generación en generación hasta convertirse en el lugar favorito de Isabel II. A 160 kilómetros al norte de Londres, no solo es grandiosa por su exterior. También por todo lo que esconde en sus paredes. Repleta de recuerdos, muebles vintage y fotografías reales, ha sido escenario de grandes momentos en la Familia Real Británica.