El marido de la infanta Cristina tiene 49 años, pero parece que le han caído diez más de golpe. El largo proceso del Caso Nóos, en el que estaba imputado, ha causado lógicas preocupaciones y tensiones hasta que se ha dictado sentencia, que no ha sido favorable para él: seis años y tres meses de cárcel más una multa. Aunque han recurrido, las cosas no pintan bien para él...

El que fuera duque de Palma de Mallorca sigue viviendo con su esposa y sus cuatro hijos en Ginebra (Suiza), pero no falta a sus veraneos con su madre y hermanos en Bidart. Allí tenemos su última imagen: la de un hombre visiblemente más delgado, con el rostro marcado y el pelo más canoso. Nada que ver con aquel joven triunfante que jugaba al balonmano ni con el que parecía el yerno "favorito" de la Familia Real. Repasemos su evolución física...

El último verano

el-ultimo-verano

Hace unos días descansaba junto a su madre y sus hermanos y sobrinos en Bidart, una cita a la que no falla cada año. Allí nos sorprendió su nueva imagen: más delgado, con el pelo canoso y una poblada barba. Podría ser su último verano en libertad...

Desconocido

desconocido

Iñaki poco tiene que ver con aquel joven balonmanista de los años 90. Aunque el tiempo pasa para todos, ha hecho mella especialmente en él, que muestra en su rostro los estragos de un largo proceso judicial y una "caída a los infiernos" pública. 

Un deportista de éxito

un-deportista-de-exito

Iñaki Urdangarin destacó como uno de los mejores jugadores de balonmano de nuestra historia. Precisamente conoció a la infanta Cristina en las Olimpiadas de Atlanta'96, donde España se alzó con la medalla de Bronce. Aquel joven de 1,97 metros de altura, de ojos azules y carácter espontáneo, con cierto aire al propio Don Felipe, conquistó a la hija del Rey Juan Carlos. Su boda en Barcelona, el 4 de octubre de 1997, fue todo un acontecimiento. 

Feliz con sus hijos

feliz-con-sus-hijos

En julio de 2005 celebraron el bautizo de Irene, la menor de los cuatro hijos del matrimonio y la única niña. Fue en los jardines de La Zarzuela. Entonces los duques de Palma gozaban de una gran simpatía popular. 

En la realeza

en-la-realeza

En 201o la Infanta y Urdangarin asistieron a la boda de la princesa Victoria de Suecia. Todavía participaban de la vida social representando a la Familia Real española. 

Fuera de España

fuera-de-espana

Iñaki y Cristina se mudaron de Barcelona a Washington primero, y después a Ginebra, donde continúan viviendo alejados del foco mediático. Aún así, sus viajes a España han sido constantes, tanto para preparar su defensa como para acudir a las distintas vistas orales del juicio por el Caso Nóos. En 2013, Urdangarin ya comenzaba a acusar el cansancio en su rostro. 

Unidos frente a todo

unidos-frente-a-todo

A la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin el Rey Felipe les retiró el título de duques de Palma, una decisión que dejaba a las claras su postura respecto a la transparencia y los comportamientos ejemplares. Pese a su ostracismo social, la pareja procuró seguir haciendo una vida más o menos normal. En la foto, los vemos en 2013 acudiendo a una boda. 

Manteniendo el tipo

manteniendo-el-tipo

La situación judicial no era muy halagüeña ni para él ni para su esposa, que se convirtió en el primer miembro de la Familia Real en sentarse en un banquillo. Pese a todo, el comportamiento de Urdangarin ante los medios siempre fue amable, e incluso sonriente. 

Un mechón blanco

un-mechon-blanco

Uno de los primeros síntomas de su decaimiento físico: en 2014 a Urdangarin le salió un llamativo mechón blanco en el pelo. 

En la playa

en-la-playa

Su presencia en las playas de Bidart siempre han dado la medida de su situación física. Hace solo cuatro años ya estaba más delgado, pero con mayor musculatura que ahora.