El coronavirus, renombrado ya como Covid-19, está causando grandes estragos por todo el mundo ante el miedo a que la rápida propagación de la enfermedad llega a convertirse en una pandemia. De hecho, se acaba de elevar el grado de peligrosidad de leve a moderado, por lo que el miedo ha aumentado. Un miedo que ya ha llegado al seno mismo de la familia real británica, que también están expuestos a un posible contagio, tras el viaje que Zara Philips, hija de la princesa Ana y nieta de la reina Isabel II, ha realizado al norte de Italia, uno de los grandes focos de infección de coronavirus en Europa.

Zara Philips y su marido, el exjugador de rugby Mike Tindall, han pasado unos días de asueto en el norte de Italia disfrutando de una de sus grandes pasiones: el esquí. En sí, no debería haber una mayor preocupación, pero el hecho de que la nieta de la reina Isabel II se haya negado a seguir los protocolos de seguridad, que obligan a las personas que han estado en una región de alto riesgo de contagio a permanecer en aislamiento, tal y como ha publicado el diario británico ‘The Guardian’.

Familia Real británica

Tal revuelo se ha generado ante el miedo a que Zara Philips y su marido hayan podido traer el coronavirus al Reino Unido, que incluso desde su gabinete han tenido que dar explicaciones. Confirman su estancia en la localidad de Bornio, en la zona de los Alpes que está en Lombardía, una de las regiones más afectadas por el coronavirus italiano. No obstante, aseguran que no han tenido que permanecer en cuarentena ni aislamiento preventivo al no haber presentado ningún tipo de síntomas de contagio, por lo que consideran que se han seguido los protocolos marcados por el gobierno británico como cualquier ciudadano.

Unas pautas de prevención en Reino Unido que se acaban de aumentar, estableciendo que todos aquellos ciudadanos que hayan estado en el norte de Italia en las últimas semanas, deben permanecer aislados en sus casas, incluso sin presentar sintomatología de coronavirus. Eso sí, ellos han llegado justo antes de imponerse esta norma, motivo por el cual hay revuelo y cierto temor a que Zara Philips pueda contagiar no solo a su familia, sino también con ello al resto de ciudadanos de su país por tener un trato privilegiado.