Si eres de los que siente un bajón después de comer, debes saber que, aunque es de lo más común, es una señal que indica que tus digestiones no están siendo del todo buenas o que existe una falta de equilibrio en tus elecciones diarias. La buena noticia es que tiene solución, además de una explicación fisiológica. Entenderla nos ayuda a ajustar la forma en que comemos para sentirnos más ligeros y activos por la tarde.

En lugar de renunciar al placer de una buena comida o pasar las tardes somnolientos, podemos aprender a componer platos que, lejos de apagarnos, nos activen. Con pequeños cambios en las porciones y en la combinación de macronutrientes, nuestra energía puede mantenerse estable durante horas. A continuación, la nutricionista Laura Jorge nos explica por qué ocurre ese bajón y cómo podemos evitarlo con recetas y hábitos sencillos, sin renunciar al sabor ni a la satisfacción de comer bien.

¿Por qué ocurre el bajón después de comer?

Cuando terminamos de comer, nuestro cuerpo necesita concentrar recursos en el proceso digestivo. Como nos señala Laura Jorge, “el bajón de energía después de comer ocurre porque el cuerpo dirige más sangre al sistema digestivo, reduciendo momentáneamente el flujo al cerebro y a otras zonas del cuerpo”. A este fenómeno se le suma el papel de los carbohidratos simples: “las comidas ricas en carbohidratos provocan liberación de insulina, lo que aumenta la producción de serotonina y melatonina, que son hormonas asociadas al sueño.”

Si además añadimos comidas muy copiosas o ricas en azúcares y grasas, el efecto se magnifica, pues la digestión se alarga y los picos y caídas bruscas de glucemia refuerzan la sensación de fatiga. Para Laura, la clave está en encontrar un equilibrio: "sería comer porciones moderadas, evitando platos muy copiosos, incluir proteínas y fibra, y evitar alimentos muy procesados o refinados, que suelen ser más altos en azúcares”. Con estos tres pilares en mente —porciones controladas, proteínas y fibra— podemos disfrutar de cada plato sin pagar el precio de la siesta obligatoria.

Cómo elegir comidas que nos mantengan activos

Cambiar ingredientes y tener siempre a mano unas cuantas ideas de comidas energéticas puede marcar la diferencia entre un día lleno de vitalidad o uno en el que nos movemos en cámara lenta. Laura Jorge explica que “para evitar el bajón de energía después de comer, es recomendable optar por comidas equilibradas que combinen proteínas magras y de calidad (como huevo, pescado, legumbres o tofu), carbohidratos complejos ricos en fibra (como arroz o pasta integral, quinoa o legumbres) y grasas saludables en moderación (como aguacate, frutos secos o aceite de oliva)”. Esta fórmula sencilla garantiza un aporte nutritivo repartido de forma gradual, sin altibajos.

Además, la nutricionista comparte unos principios que podemos aplicar en cada comida:

  • Proteína suficiente: “Regula el apetito y evita picos de glucosa.” Una fuente limpia como pescado, huevos, legumbres, tofu o pollo mantiene los niveles de energía estables.
  • Vegetales crudos o con textura crujiente: Aportan vitaminas, enzimas y un plus de frescura que se agradece.
  • Carbohidratos integrales: Aportan energía sostenida y son ricos en fibra, evitando subidas rápidas de glucosa.
  • Grasas saludables: Aguacate, nueces o semillas ayudan a sentirte saciada sin pesadez.
comida sana

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Un buen ejemplo de plato equilibrado y capaz de llenarnos de energía, sería una quinoa cocida con un salteado de verduras y salmón desmigado aliñado con aceite de oliva virgen extra, eneldo y un chorrito de limón. De postre, una infusión digestiva para llenarte de vitalidad y, si eres de dulce, una onza de chocolate negro o una pieza de alguna fruta ácida, serán suficientes.

Por último, Laura Jorge recuerda que mantener la energía óptima no depende solo de lo que comemos en el almuerzo. "Es fundamental desayunar bien: incluir proteínas (como huevo), algo de hidratos complejos ricos en fibra (pan integral, avena) y algo de fruta". Asimismo, recuerda la importancia de hidratarse correctamente, puesto que, en ocasiones, la fatiga viene de una leve deshidratación. Además, nos invita a hacer comidas regulares y ligeras. "No te saltes las comidas y evita comidas muy copiosas".

Por último, el descanso y la gestión del estrés son piedras angulares del bienestar:dormir bien y mantener la calma mental ayudan a que nuestro cuerpo utilice la energía de forma eficiente.

Con estos consejos de Laura Jorge, podemos decir adiós al bajón postcomida y encarar nuestras tardes con más energía. Solo hace falta dedicar un poco más de atención a lo que ponemos en el plato y al ritmo de nuestras jornadas.