Vivimos deprisa, conectados, sin tregua a un flujo interminable de estímulos digitales que compiten por nuestra atención. La tecnología nos promete eficiencia, pero muchas veces nos roba lo esencial: la capacidad de parar, de observar, de estar realmente presentes. “El exceso de información ha sustituido a la contemplación”, advierte Ignacio Mateos, experto en arte y meditación, que acaba de presentar su primer libro, 'Meditarte' (Planeta), en donde comparte su método: Meditación a través de la Contemplación de Arte (MCA).
Frente al ruido de la inmediatez, propone una vuelta a lo sencillo, a mirar una obra de arte, permanecer en ella, dejar que nos hable. “No se trata de interpretar, sino de experimentar”, explica Mateos, que ha dedicado años a investigar el poder del arte como vía de acceso a estados profundos de bienestar mental, y que cuenta con seguidores de la talla de la cantante Amaia Montero, quien afirma que "Meditarte es un viaje imprescindible para llegar a una vida plena".
En su libro, 'Meditarte' (Planeta), comparte su método y nos da las claves para hacer de este, un hábito tan nutritivo como relajante. “Cuando contemplas, tu mente se calma, tu cuerpo responde, tus ideas se ordenan”, asegura. Diversos estudios han demostrado que el contacto con la belleza artística reduce el cortisol, estimula el sistema nervioso parasimpático y genera una sensación de claridad muy similar a la que produce la meditación tradicional.
Planeta
Meditar como acto reivindicativo
Ignacio Mateos tuvo la suerte de crecer en una familia que siempre favoreció un entorno enfocado a la lectura y la reflexión. “Mi tío abuelo, el Padre Cristóbal Barrionuevo, jesuíta misionero en Japón y compañero del Padre Arrupe, fue también parte de mi inspiración en este camino. Tras años de práctica más suelta, fue hace alrededor de una década cuando comencé a desarrollar una práctica más constante y comprometida de la mano del Venerable Samu Sunim, fundador del Buddhist Zen Temple de Nueva York”.
Explica que para él meditar es reflexionar profunda y activamente sobre un motivo, contemplándolo desde todos sus lados: sin apartarse de él, interiorizándolo, asimilándolo. “Con el enfoque apropiado, incluso la realización de actividades mundanas conscientes, como admirar un paisaje desde la ventana, disfrutar de un buen libro o ver contenido audiovisual, podrían considerarse genuinos ejercicios de meditación”.
Meditarte: el método que te hará sentir bien
El arte y la meditación siempre han sido las dos grandes pasiones de Ignacio Mateos, quien tras licenciarse en Bellas Artes, comenzó a trabajar en el mercado internacional de las artes. “Paralelamente, al ser desde niño alguien bastante inquieto e hiperactivo, fui progresivamente aprendiendo a utilizar la meditación como herramienta para favorecer mi concentración. Un día, mientras observaba en un museo una de las versiones de Los nenúfares de Monet, comencé a reflexionar acerca de por qué la observación de ciertas obras de arte me producía un bienestar similar al que experimentaba cuando meditaba”.
Fue años más tarde, mientras estudiaba en el Sotheby’s Institute of Art de Nueva York, tras la concesión de una beca de “La Caixa”, que comenzó a entrelazar, siempre respetando la esencia de las antiguas tradiciones, estas dos grandes disciplinas hasta fundar Artpath, organización pionera en la práctica y divulgación de la meditación a través de la contemplación de arte, cuyas metodologías han sido adaptadas por los departamentos de educación de reconocidos museos del mundo.
Para Mateos, los beneficios que aporta meditar contemplando arte son muchos. Por un lado, todos los que se asocian a la meditación y que han reconocido la OMS y medidos por estudios de las más prestigiosas universidades: favorecer la relajación, moderar los niveles de estrés y de agotamiento mental, prevenir los síntomas de ansiedad y depresión o fortalecer nuestra capacidad de concentración, entre otros muchos. “Por otro lado, al incorporar arte, la meditación contemplativa ofrece una experiencia más inspiradora y placentera para una sociedad tan visual como la nuestra, desarrollando además nuestra creatividad, conectándonos con nuestro auténtico ser, estimulando nuestra compasión y enriqueciendo nuestras relaciones con nosotros y con los demás”.
Los 7 bloques para el desarrollo estético
El autor explica, que tras una breve introducción a la metodología de meditación contemplativa propuesta, da comienzo un viaje inmersivo y visual a través de siete bloques que conectan con sensibilidad una cuidada selección de obras de arte con enseñanzas clave comunes a todas las escuelas de meditación, así como con herramientas y sugerencias, para que cada persona sea capaz de encontrar la manera de meditar que más le beneficie.
“Por ejemplo, en el primer bloque, Agua, el lector aprenderá la respiración controlada al ritmo de las olas de la obra Mar en calma de Courbet. Esta gamificación del método hará que cualquier lector pueda ir progresando de una manera más accesible y disfrutable, incluso aunque no tenga conocimientos previos de arte o meditación”.
La sugerencia parte de fijar un tiempo diario para realizar nuestra práctica, de esta manera nos será más fácil comprometernos con este nuevo hábito. Después, Mateos nos propone seguir los 7 pasos para llevar a cabo la meditación contemplativa.
- Escapa a tu lugar. Refúgiate en tu templo en busca de silencio interior y exterior. Puede ser un lugar sagrado o la sala de un museo, pero también el campo o una simple habitación. Desconecta del mundo, de tus obligaciones laborales y familiares… ¡y no te olvides de apagar tus dispositivos electrónicos! Facilita un único canal para el diálogo. Somos solamente nosotros y la imagen: todo lo demás sobra.
- Encuentra una imagen agradable que desees contemplar y colócala frente a ti. Si te es posible, en un atril, como si se tratara de una especie de mesa ceremonial. Figurativo o abstracto, tangible o digital, lo importante es que el motivo de la meditación desprenda armonía y orden y que tenga significado para ti.
- Adopta una postura cómoda pero firme. Aunque no existe una postura correcta, te propongo sentarte en una silla con la columna recta, los pies bien apoyados en el suelo y los brazos descansando relajadamente sobre las piernas. Que no haya tensión en la zona del cuello. Afloja tu mirada. Siente el peso de tu cuerpo y busca alivio a través de suaves y profundas respiraciones. Si lo deseas, activa tu cuerpo por medio de secuencias, frotamientos o masajes que te aporten energía. No olvides colocar la imagen escogida a la altura de tus ojos.
- Mantén en todo momento una actitud de principiante. No tengas expectativas. Olvida tu experiencia y mantén tu inocencia. Abraza la imperfección. Muéstrate compasivo contigo y con los demás. La única regla es relajarse, observar y disfrutar de la experiencia.
- Toma consciencia del momento presente. No remuevas el pasado ni anticipes un futuro incierto. Sé capaz de frenar tu costumbre. Estás aquí y ahora. Olvídate del tiempo y déjate seducir por la obra. Visualiza creativamente y añade los detalles que desees a la escena. Imagina que te encuentras allí presente. Interactúa, muestra tu actitud; tú también formas parte de ese instante.
- Contempla, saborea la obra ante la que te encuentras. Es el momento de la meditación, de poner en práctica cada bloque. Absorbe las cualidades del motivo a través de todos tus sentidos. Embriágate de su estética, déjate inspirar. El proceso de inmersión es siempre progresivo. Párate allí donde encuentres significado.
- Examina tus emociones y las reacciones que hayan surgido durante el proceso. Observa cómo te sientes. Hazte preguntas y desarrolla una rica conversación contigo. Muestra gratitud por cada experiencia vivida. Tras realizar algún estiramiento, si así te lo pide el cuerpo, retorna suavemente a la realidad.