Es cierto que a ciertas personas les favorecen más otros tonos que el que llevan de forma natural, o muchas veces unas mechas colocadas de forma estratégica pueden cambiar por completo nuestro rostro, dando un toque extra de luminosidad. Sin embargo, esto también implica un compromiso constante.

Los tratamientos químicos como la coloración o la decoloración frecuentes tienden a alterar la estructura del cabello, debilitando la fibra capilar, resecando las puntas y apagando el brillo natural.

Por ello, si queremos que nuestra melena luzca saludable, es fundamental crear una rutina capilar completa, acorde a nuestro tipo de cabello y necesidades específicas. Desde el champú que utilizamos hasta la frecuencia con la que aplicamos mascarillas nutritivas, todo influye.

Con este contexto como punto de partida, hemos hablado con una experta en peluquería, quien nos ha dejado los mejores consejos y trucos que tienes que apuntar.

Hidratación profunda: el primer mandamiento del cabello teñido

La hidratación es el pilar fundamental cuando se trata de cuidar el pelo con color. Da igual si llevas mechas, o si has optado por un tinte completo, en ambos casos necesitamos un extra de nutrición.

Esto lo podemos conseguir a través principalmente de las mascarillas, que incluyan aceites vegetales (como argán, jojoba o coco), al menos una o dos veces por semana. “Es habitual olvidarse de hidratarlo, pero es imprescindible para mantener el cabello flexible y brillante tras una decoloración o tinte”, explica Rosi Fernández, estilista y directora del Salón Ananda Ferdi en Madrid.

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La hidratación intensa es esencial para que el cabello no luzca apagado o quebradizo. 

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En cuanto al champú y el acondicionador, este tiene que estar libre de sulfatos, y preferiblemente que sean específicos para cabellos teñidos. Sus fórmulas están diseñadas para limpiar con suavidad sin arrastrar los pigmentos artificiales, ayudando a que el color se mantenga intacto durante más tiempo. “Uno de los errores más comunes que nos encontramos en las clientas del Salón es no adaptar la rutina capilar a las necesidades del cabello teñido”, añade.

Un truco que recomiendan muchos estilistas es alternar el lavado con agua templada o incluso fría, ya que el calor excesivo puede abrir la cutícula y acelerar la pérdida del tinte. “Sí, es cierto. El agua fría ayuda a cerrar la cutícula del cabello, lo que protege el color y potencia el brillo”, remata la experta.

Protección térmica y solar: los grandes aliados invisibles

Otro de los errores fatales en el cuidado del cabello, que se agravan aún más sus consecuencias cuando está decolorado, es el uso de las herramientas de calor. Los procesos químicos hacen que sea mucho más vulnerable a las altas temperaturas, debilitando su estructura y potenciando la aparición de puntas abiertas. En estos casos un protector térmico es obligatorio, tanto en spray o crema.

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Es fundamental utilizar protectores térmicos para que el calor no debilite el cabello.

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Pero los secadores y planchas no son los únicos que pueden estropear nuestro cabello con el calor, sino que el sol es otro de los principales enemigos. El sol oxida el color, el cloro lo reseca e incluso lo puede alterar, y el agua del mar abre la cutícula, haciendo que el color se desvanezca más rápido. "Para protegerte siempre recomiendo: usar productos con filtros UV, aplicar aceites o cremas protectoras antes del baño, aclarar el cabello con agua dulce inmediatamente después del mar o la piscina y, por supuesto, hidratar en profundidad en todo momento”, declara Rosi.

Espacia los lavados

Es una realidad que, si nos lavamos en exceso el pelo, se nos irá antes la intensidad del color. Por ello, hay que espaciar al máximo los lavados, no haciéndolo más de dos o tres veces por semana. Otra recomendación muy eficaz es optar por productos tonalizantes con pigmento violeta o azul que neutralizan los reflejos amarillos o cobrizos.

“Evita sulfatos fuertes, alcoholes secantes, parabenos y siliconas no solubles, ya que eliminan los pigmentos del color, alteran el pH del cabello y lo resecan. En su lugar, busca fórmulas con pH ácido, sin sulfatos, y enriquecidas con activos hidratantes como aceites naturales, proteínas vegetales y ceramidas”, recomienda la peluquera.

También es fundamental acudir a tu salón de confianza para realizar baños de color o matices una vez al mes. Estos tratamientos no dañan el cabello y son una manera excelente de reavivar el tono, cerrar la cutícula y devolverle al pelo su suavidad y brillo originales.

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Puedes hacer retoques o baños de color cada cierto tiempo para mantener el color.

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“Depende del tipo de técnica y del estado del cabello. En general, para mantener el color sin comprometer la salud capilar, recomiendo retocar la raíz cada 4 a 6 semanas en coloraciones completas, y espaciar las mechas cada 3 a 4 meses. Es fundamental hacerlo en manos expertas, con productos respetuosos y tratamientos reparadores entre servicios”, continua.

Cuida el cuero cabelludo reduce la rotura

No todos los ojos se tienen que ir a las puntas, sino que el cuero cabelludo es la raíz del asunto (nunca mejor dicho). Puedes aplicar sérums calmantes y exfoliantes suaves que limpian en profundidad, equilibran la microbiota y preparan la piel para futuros retoques, evitando picores o irritaciones.

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Si notas el pelo reseco, las puntas abiertas o se te enreda con facilidad, tienes que ir a la peluquería.

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Esto es lo que hará que te crezca el pelo más sano y fuerte y que te dure más tiempo intacto sin necesidad de ir a la peluquería. Y es que, según nos cuenta Rosi, hay señales claras de que nuestra melena necesita ayuda. “Cuando el cabello está quebradizo, sin brillo, con puntas abiertas o se enreda con facilidad, es una señal de alarma. También si notas pérdida de elasticidad o una textura áspera constante. En esos casos, es mejor recortar las puntas, espaciar los tintes y centrarse en la recuperación con tratamientos nutritivos y reparadores antes de volver a teñir”, confirma.

Por último, evita cepillados agresivos y el uso de gomas muy apretadas. Lo mejor es desenredarlo con peines de púas anchas, preferiblemente en húmedo y con un poco de acondicionador sin aclarado. Si aun así notas que la caída sigue siendo continua, puedes incorporar suplementos de colágeno o biotina si buscas reforzar la salud capilar desde el interior.