Durante años, las patas de gallo han sido las arrugas “simpáticas” de nuestro rostro. Las que se asocian a la alegría, a la risa franca, a los buenos momentos. Pero… ¿y si no fueran solo el resultado de una vida bien vivida? ¿Y si detrás de estas líneas que surcan el contorno de nuestros ojos hubiera mucho más de lo que creemos? ¿Deshidratación crónica? ¿Pérdida de colágeno? ¿Errores cosméticos que cometemos sin saberlo? La respuesta es un sí rotundo. Y no lo decimos nosotras: lo dicen algunas de las voces más autorizadas para dar consejos en lo que a dermocosmética se refiere.
Para despejar dudas (y desterrar mitos), hemos hablado con seis expertas que saben lo que se hacen cuando se trata de cuidar —y mimar— el contorno de ojos: Raquel González, cosmetóloga y fundadora de la firma Byoode; Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD; Estefanía Nieto, directora técnica de Medik8; Patricia Carretero, maquilladora oficial de Perricone MD; y Patricia Garín, directora de formación de la firma coreana Boutijour. Juntas desmontan tópicos, señalan errores y nos dan las claves para tratar esta zona tan delicada desde casa, con rigor, con mimo y —por supuesto— sin caer en dramatismos innecesarios. Porque sí: las patas de gallo tienen arreglo. Y empieza por entenderlas.
¿Quieres saber qué ingredientes marcarán la diferencia? ¿Cuál es el peor error que puedes cometer con tu corrector de ojeras? ¿O cómo aplicar tu contorno para que funcione de verdad? Sigue leyendo. Spoiler: no necesitas bótox, pero sí un poco más de ciencia.
(Gtres)
¿Qué es exactamente lo que causa las patas de gallo? ¿Son solo arrugas de expresión o influyen otros factores que solemos pasar por alto?
“Las patas de gallo no aparecen solo por sonreír (aunque sí, esa es una de las razones más comunes). Se forman por un proceso que tiene mucho que ver con nuestra expresión facial, pero también con el paso del tiempo, la deshidratación crónica y, sobre todo, la pérdida de proteínas estructurales como el colágeno y la elastina. A partir de los 40, las pieles tienden a resecarse más, y muchas veces achacamos estas arrugas a la edad, cuando en realidad lo que falta es humedad en los tejidos. Es un problema que va más allá de la gesticulación. Hay pieles jóvenes con arrugas marcadas porque están deshidratadas, y pieles maduras que las mantienen difuminadas gracias a una rutina rica en hidratantes y antioxidantes”- Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode
¿Cuál sería el "plan de ataque" ideal para tratar las patas de gallo desde casa? ¿Podemos realmente mejorar su aspecto sin recurrir directamente a la medicina estética?
“Claro que sí. Aunque los neuromoduladores son eficaces, no siempre son necesarios, sobre todo en fases tempranas. Desde casa podemos trabajar mucho esta zona si entendemos qué necesita. Las patas de gallo son muy sensibles a los cambios de hidratación y a la inflamación. Por eso recomiendo trabajar con fórmulas que combinen humectantes como el ácido hialurónico o la glicerina, con ingredientes nutritivos y antiinflamatorios como los omegas. Es fundamental aplicar contornos de ojos específicos, pero también podemos usar un buen sérum facial hidratante en esa zona. No se trata de usar más, sino de usar mejor. Y, por supuesto, proteger cada día con fotoprotector, incluso si no sales de casa. Aparte, son fundamentales las fórmulas que tengan acción de revertir, ricas en retinoides, péptidos… ingredientes que pueden activar la renovación celular y volver la piel más rica en colágeno para que se vea menos la arruga”- Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD
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En tu experiencia, ¿qué ingredientes cosméticos son imprescindibles para prevenir y tratar las patas de gallo? ¿Qué buscar (y qué evitar) en una fórmula?
“Si tuviera que elegir tres ingredientes para tratar las patas de gallo, me quedo con el ácido hialurónico de distintos pesos moleculares, péptidos antiedad y retinal encapsulado. El retinal es un derivado de la vitamina A que, bien formulado, es mucho más eficaz que el retinol tradicional y, además, mejor tolerado en esta zona tan fina. Este activo promueve la regeneración de los tejidos y estimula la síntesis de colágeno, que es justo lo que necesitamos cuando hablamos de arrugas de expresión. En cuanto a lo que debemos evitar: las fragancias, los alcoholes desecantes y cualquier fórmula no específica para el contorno. La piel de esta zona es distinta, y necesita fórmulas que la respeten. No todo lo que funciona en el rostro sirve aquí”- Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8
¿Hay algún error frecuente que cometan las personas al cuidar esta zona del contorno de ojos que, sin saberlo, agrava el problema?
“El error más habitual es intentar camuflar las patas de gallo con maquillaje pesado. Y lo entiendo, porque es una zona que genera mucha inseguridad, pero ese gesto es completamente contraproducente. Los correctores densos, sobre todo los que tienen acabado mate o efecto cubriente, tienden a acumularse en las líneas y a marcarlas más. Y lo mismo ocurre con los polvos. Es mejor optar por un sérum con color o por fórmulas ligeras, que hidraten y aporten un poco de luminosidad sin resecar”- Patricia Carretero, maquilladora oficial de Perricone MD
“También es un error pensar que esta zona no necesita cuidado hasta que ya aparecen las arrugas. El cuidado debe ser preventivo y diario. Y siempre con gestos suaves, sin frotar, sin estirar y con poco producto. Menos es más”- Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour.
Si tuvieras que recomendar una rutina de tres pasos (mañana y noche) para quienes empiezan a notar patas de gallo, ¿cuál sería tu propuesta?
“Cuando empiezan a aparecer las primeras arrugas en el contorno de ojos, no hay que entrar en pánico. Pero sí conviene ser constantes. Por la mañana, aplicaría primero un sérum con ácido hialurónico y antioxidantes, que ayude a mantener la hidratación y a proteger frente al daño ambiental. Después, un contorno de ojos con activos iluminadores, que revitalicen la mirada. Y nunca, nunca sin protección solar. Por la noche, limpieza suave, y luego contorno con retinal encapsulado”- Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode
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¿Existen técnicas o trucos complementarios —como masajes, dispositivos de belleza en casa, etc.— que realmente ayuden a potenciar el efecto de las cremas específicas?
“Sí, y funcionan mejor de lo que pensamos. Mi favorito es el masaje, pero bien hecho. Lo ideal es aplicar el contorno de ojos y, con el dedo anular, dar pequeños toquecitos desde el lagrimal hacia la sien, como si drenáramos suavemente. Esto mejora la circulación, reduce bolsas y activa los tejidos. También soy fan de las herramientas de frío: una cuchara enfriada o unos parches de hidrogel guardados en la nevera pueden descongestionar en minutos. Y por supuesto, evitar los gestos innecesarios. No fruncir los ojos, protegerse del sol y no abusar del maquillaje son medidas tan importantes como el mejor contorno. Las cremas ayudan, pero nuestra manera de usarlas también cuenta”- Patricia Garín, directora dermcosmética de Boutijour.