Hace escasos días pudimos ver a Julia Roberts en su cuenta de Istagram sin una gota de maquillaje. Escribía: “La perfección es la enfermedad de la nación. Superponemos nuestras caras con toneladas de maquillaje. Recibimos botox e incluso pasamos hambre para llegar a ese tamaño perfecto. Tratamos de arreglar algo pero no se puede arreglar aquello que no se puede ver. Es el alma la que necesita cirugía. ¿Cómo puedes esperar que alguien te ame si no te amas a ti mismo?”.

Vaya por delante que la protagonista de Pretty Woman está estupenda, y que está claro que cuida su organismo y su piel. De eso no hay duda. El caso es que a la actriz la secundaron muchas celebrities compañeras, y también todos aquellos profesionales de la belleza que creemos que lo importante, desde luego, es la esencia de una persona. ¿El aspecto es importante? Desde luego. Pero no es lo primero. Solo si estamos en paz con nosotros mismos y nos sentimos felices, podremos ir hacia adelante. Y además, será la única forma de vernos maravillosos y radiantes.

Desde mis centros, yo no os animo a apuntaros indiscriminadamente a todos los tratamientos de estética, dietas y maquillajes posibles, sino a aquellos que os hagan sentir bien, veros mejor, ayudar a ese envoltorio que es nuestra carta de presentación. Pero disfrutando, sin ataduras ni presiones. La mujer ideal no existe. O sí. La mujer ideal es cada una de nosotras, tal y como somos. Y de la misma forma que intentamos ser mejores desde el espíritu, es perfectamente lícito y recomendable desear vernos espléndidas. Pero, como os digo, de una forma libre. ¡Bravo, Julia, por tu mensaje, por ser tan valiente y mostrarte tal y como eres!