"Me gusta maquillarme lo más natural posible, aunque siempre utilizo una buena máscara de pestañas y unos polvos compactos para quitarme los brillos". Palabra de Chábeli Iglesias. Y si alguien sabe de cómo lucir impoluta sin pasarse de rosca, es ella. Que sí, que Chábeli no aparece en las portadas todas las semanas, pero cuando lo hace, su piel sigue diciendo: Miami, genética buena y ni un poro fuera de sitio.
La frase la soltó con toda la tranquilidad del mundo en Instagram, como quien te cuenta que ha salido a comprar pan integral. Pero lo cierto es que, detrás de ese comentario aparentemente casual, hay toda una filosofía beauty que cobra especial relevancia en verano: maquillarse lo justo, pero con cabeza. El famoso "buena cara sin que se note", que parece fácil... hasta que lo intentas un 3 de agosto con 35 grados.
Y es que el maquillaje en verano no es enemigo. Lo que no se tolera es el exceso. Bases demasiado cubrientes, coloretes que se derriten o sombras que migran a sitios insospechados. Por eso, el enfoque de Chábeli tiene más sentido que nunca: pocos productos, bien elegidos, aplicados con intención quirúrgica.
En clave Chábeli: maquillaje invisible, resultado impecable.
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Primera lección: hidratar sin empapar
La base de todo buen maquillaje natural empieza antes de que saques una brocha. En verano, lo ideal es optar por hidratantes ligeras, tipo gel, que refresquen y no saturen.Los ingredientes clave: ácido hialurónico, pepino, niacinamida. Y sí, aunque te dé pereza, el protector solar va justo después (si lleva un toque de color, ya estás ganando tiempo y cobertura).
Un truco muy “mujer que controla”: mezcla tu SPF con una gotita de iluminador líquido y aplícalo a toques. Resultado: efecto radiante sin esfuerzo… ni calor.
Segunda lección: corrector, sí. Base, opcional
Chábeli Iglesias no ha hablado de base de maquillaje, y no es casual. Cuando el termómetro sube, la piel agradece que la dejes respirar. En su lugar, un buen corrector en puntos estratégicos (ojeras, comisuras, rojez puntual) hace el trabajo sin saturar.
Aplícalo con los dedos para integrarlo mejor y olvídate del efecto máscara. La idea es corregir sin borrar la textura natural de la piel. Si necesitas algo más de uniformidad, un toque de polvos compactos (como recomienda la hija de Presyler) y listo.
Piel mate y sin brillos: los polvos compactos hacen de las suyas.
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Tercera lección: la importancia de la máscara de pestañas
Aquí no hay discusión posible. Una buena máscara es como el perfume: aunque no lleves nada más, cambia el conjunto. Levanta la mirada, da expresión y hace que parezcas más despierta (aunque hayas dormido cinco horas y dos sueños hayan sido pesadillas).
En verano, mejor si es resistente al agua o al sudor. Y si tienes las pestañas rebeldes, no subestimes el poder de un buen rizador antes de aplicar. Chábeli no lo dice, pero seguro que lo sabe.
Cuarta lección: un toque de color bien puesto
Aunque ella no lo mencione, podemos asumir que un mínimo rubor entra en la ecuación. Pero en clave “cero artificio”. Los coloretes en crema (o incluso labiales multitasking aplicados en mejillas) son perfectos para dar ese punto saludable que parece que te viene de dentro.
En los párpados, basta con una sombra en stick en tonos neutros, o incluso el mismo bronceador que uses para el rostro. Todo debe tener ese efecto difuminado, como si el sol te hubiese besado suavemente la cara. Nada de cortes ni líneas marcadas.
Mirada fresca y bien despierta: máscara waterproof para que ni el sudor más traicionero lo arruine.
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Quinta lección: labios con intención (pero sin drama)
Chábeli Iglesias no necesita un rojo mate para imponer presencia. Lo suyo va más por el camino del bálsamo con color, el brillo ligero o incluso un simple labial en tono labio subido. Algo que no parezca maquillaje, pero que estiliza la boca y aporta armonía.
Y sí, también ayuda a que el conjunto se vea más cuidado. Porque el look “natural” se nota cuando está bien rematado.
Sexta lección: el poder silencioso de los polvos compactos
Ella lo ha dicho y no vamos a llevarle la contraria: los polvos compactos son ese gesto sutil que lo cambia todo. Aplícalos solo en zonas conflictivas (nariz, frente, barbilla) para matificar sin apagar la luminosidad natural del rostro.
Hay fórmulas actuales con textura ultrafina que no acartonan y que incluso incorporan protección solar o ingredientes hidratantes. Lo justo para mantener la dignidad en días de humedad traicionera.
Efecto buena cara versión deluxe: nada recargado, todo pensado.
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Y al final, eso es todo: parecer tú, pero en versión mejorada
La hija de la 'Reina de Corazones' no se maquilla para transformarse. Lo hace para sentirse bien, cómoda, como quien se pone un perfume delicado o una camisa blanca que siempre funciona. Esa es la verdadera enseñanza: no se trata de cubrir, sino de elegir. De tener tus dos o tres productos clave y confiar en ellos. De entender tu rostro, tus rutinas y lo que te funciona. Porque si algo nos ha enseñado Chábeli es que el estilo también se aplica con brocha fina. Y en verano, más que nunca, se agradece.