A medida que cumplimos años, la piel va a sufriendo una serie de cambios, que hacen que ya no solo baste con hidratar o limpiar, sino que se requiere de un cuidado más técnico, técnico y mejor dirigido. “Con el paso del tiempo, especialmente después de los 50, también disminuye la producción natural de elastina, lo que provoca una pérdida visible de firmeza”, explica Vicente Calduch, farmacéutico y CEO de Laboratorios Calduch. Ante este escenario, la cosmética se convierte en un verdadero aliado, si se eligen los ingredientes correctos.
“A nivel celular, se ralentiza la renovación, disminuye la microcirculación y se debilita la función barrera, lo que deriva en piel más seca, apagada y con mayor tendencia a las arrugas”, añade Regina Pallás, farmacéutica y directora técnica de HD Cosmetic Efficiency.
El mejor consejo es dejar atrás esas fórmulas genéricas o productos “multifunción” poco eficaces, y abogar por activos e ingredientes que sí lo sean. No se trata de incluir cuanto más mejor, sino de saber cómo combinarlos según el tipo de piel y el objetivo que tengamos.
La piel madura necesita algo más que hidratación
Un alto porcentaje de mujeres llega a esta etapa de sus vidas con una rutina de belleza muy básica, con productos que cumplen su función, pero que realmente no aportan un cambio. “La piel madura requiere un cuidado más profundo y específico. Presenta una mayor demanda de hidratación, redensificación, nutrición y protección antioxidante. Estas necesidades son distintas a las de etapas anteriores, donde la piel responde mejor a estímulos regeneradores más ligeros”, afirma Regina.
La piel madura requiere ingredientes más eficaces y específicos.
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Los 5 ingredientes clave en una rutina de belleza a partir de los 50
Hablamos de activos como el retinol, los péptidos, el ácido hialurónico de bajo peso molecular, la niacinamida o los antioxidantes como la vitamina C pura y el resveratrol. Estos ingredientes no actúan de forma aislada, sino en sinergia. A la hora de usarlos, “dependerá del activo y su mecanismo de acción. La vitamina C es ideal por la mañana por su capacidad antioxidante, mientras que el retinol o los péptidos se recomiendan en la noche, momento en el que la piel se regenera más intensamente”, continua la experta. La diferencia está en los detalles: la calidad del activo, la formulación y su concentración.
- Retinoides: De acción regeneradora, estimula la renovación celular y reduce arrugas.
- Ácido hialurónico: Rehidrata en distintas capas de la piel, aportando volumen y elasticidad.
- Vitamina C: Neutraliza radicales libres, ilumina y unifica el tono.
- Péptidos biomiméticos: Reactivan la síntesis de colágeno y mejoran la firmeza y densidad de la piel.
- Niacinamida (Vitamina B3): es un ingrediente que se adapta a todo tipo de situaciones.
Retinoides: la clave del antienvejecimiento
El activo que cuenta con más evidencias científicas son los retinoides (retinol, retinaldehído y tretinoína). Son el ingrediente estrella para tratar los signos del envejecimiento, estimulando la producción de colágeno y elastina, mejorando la textura, reduciendo las manchas y unificando el tono.
Es cierto que en algunas pieles más sensibles puede producir irritación al inicio, pero existen fórmulas de liberación progresiva o encapsuladas que minimizan la sensibilidad sin sacrificar eficacia.
Péptidos biomiméticos
Estamos seguras de que, si eres una amante beauty, has oído hablar de ellos. Estos actúan como mensajeros celulares que estimulan procesos biológicos clave en la piel. Algunos imitan las señales naturales que inducen la producción de colágeno o elastina, mientras que otros actúan como neuroinhibidores que suavizan la contracción muscular, parecido al botox. A diferencia de los retinoides, estos son compatibles con las pieles sensibles y utilizarse durante todo el año.
A partir de los 50 la piel pierde colágeno y elastina, necesitan ingredientes que suplan estas consecuencias.
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Niacinamida, ácido hialurónico y antioxidantes
La niacinamida (vitamina B3) es el activo más versátil que hay, y uno de nuestros preferidos en el terreno del skincare. Ayuda a reforzar la barrera cutánea, reducir la hiperpigmentación y regular el tono. En combinación con ácido hialurónico de bajo peso molecular, hidrata en profundidad y rellena la piel desde el interior.
Y para protegerla de agresores externos (algo fundamental en pieles maduras), nada como un escudo antioxidante: la vitamina C en su forma pura (ácido ascórbico), el resveratrol o la coenzima Q10. Estos ingredientes previenen el daño oxidativo y devuelven la luminosidad característica de una piel joven.
Cómo combinar estos activos de forma eficaz
¿La primera pregunta que nos viene a la cabeza es, ¿se pueden utilizar juntos? El farmacéutico Vicente Calduch nos responde: “Si, se pueden utilizar juntos, pero es más efectivo si los utilizamos teniendo en cuenta el ciclo circadiano de la piel, es un reloj biológico interno que regula las funciones del cuerpo en un periodo de 24 horas. En la piel, este ciclo determina cómo responde a factores externos e internos en distintos momentos del día. Por ejemplo, durante el día se enfoca en protegerse, mientras que por la noche se dedica a regenerarse”. Es por ello, que es fundamental asignar a cada uno se función correspondiente:
- Vitamina C: funciona muy bien por las mañanas bajo el protector solar,
- Retinol: debe reservarse para la noche, nunca junto a ácidos exfoliantes o vitamina C ácida para evitar irritación.
- Niacinamida: es compatible con casi todo, puede calmar la piel si se utiliza con retinoides o incluso con exfoliantes.
- Ácido hialurónico: al no tener propiedades exfoliantes ni irritantes, puede aplicarse tanto de día como de noche como primer paso tras la limpieza.
- Péptidos biomiméticos: se suelen incorporar en sueros antes de la crema, y si se busca una rutina antiedad completa, puede aplicarse retinol por la noche, seguido de péptidos y una crema nutritiva con ceramidas.
Errores frecuentes al cuidar la piel a partir de los 50
Como en cualquier aspecto de belleza, se suelen cometer errores, que nos frenan en nuestro objetivo de conseguir la mejor versión de nuestra piel. “Aunque la piel madura comparte ciertos signos comunes, no todas reaccionan igual”, declara Regina. Y es que el éxito no es “más es mejor”, sino la personalización de cada una.
La rutina de belleza tiene que estar adaptada a las necesidades de cada piel madura.
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Otro de los errores más comunes es confiar solo en cremas muy nutritivas sin incluir activos transformadores como el retinol o la vitamina C, o prescindir de un buen protector solar. Por último, muchas mujeres olvidan el cuello, el escote y las manos, zonas que también sufren el paso del tiempo y necesitan los mismos cuidados. “Usar los mismos productos de siempre, eliminar pasos importantes como la limpieza o no utilizar protector solar de forma constante, compromete la salud cutánea”, comenta la experta.
“Mi consejo sería invertir en una rutina adaptada y constante, basada en ciencia y formulada con ingredientes activos de última generación. La piel a partir de los 50 tiene un enorme potencial de respuesta si se cuida de forma adecuada”, remata. Es cierto que no hay nada milagroso, pero es fundamental ser constante si queremos cambiar la textura, el tono y la firmeza del rostro, luciendo más rejuvenecidas.