Sin duda, esta pequeña legumbre es una de las heroínas de una dieta sana y equilibrada. Considerada como un “Superalimento”, sus propiedades nutricionales son excepcionales. Rica en vitaminas y minerales, como el zinc, o el magnesio, y con grandes beneficios para nuestro organismo como fortalecer las fibras musculares o ayudarnos a fijar el calcio en los huesos para evitar la temida osteoporosis.

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Pero no olvidemos que su mayor tesoro, es su capacidad para ayudarnos a regular los desarreglos hormonales ocasionados por la edad o alteraciones metabólicas. Son muchos los estudios que demuestran que las mujeres asiáticas, cuya alimentación es rica en este superalimento, sufren mínimamente los estragos de la menopausia, sobre todo los sofocos y sudores nocturnos.

Evidentemente, la piel también se beneficia de sus bondades, ya sea por vía tópica u oral. Fortalece uñas y cabello, combate la flacidez, nutre, hidrata y actúa como un potente activo antienvejecimiento previniendo la formación de arrugas y atenuando las ya existentes. Existen muchas presentaciones cosméticas, como las Ampollas de Soja de Carmen Navarro, que la contienen de manera concentrada.

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Se deben aplicar mañana y noche, sobre la piel desmaquillada, en rostro, cuello y escote. Preferiblemente, como tratamiento de choque, bien en los cambios de estación o bien cuando la piel sufra un “estrés” especial por causas ambientales o emocionales. Un tratamiento sencillo, que se puede seguir en casa y que los expertos denominamos“lifting no médico”, por sus fantásticos resultados antiaging.