Desde pequeño destaqué como cotilla, por lo que pronto el Periodismo se convirtió en la excusa perfecta para seguir mi pasión sin recibir críticas. También me sentí tentado por el mundo de la Psicología y es que en este mundo de locos uno debía sentar las bases de la cordura para no perder el rumbo. Comencé mi formación en el mundo de la crónica social en ‘Vanitatis’, donde me aguantaron durante 7 años, hasta que hace casi 4 años aterricé en la revista SEMANA, donde aún me aguantan como Jefe web. Sigo siendo cotilla, pero ahora profesionalizado. También psicólogo, aunque a veces uno no sabe en qué lado del diván se encuentra.