Calleja ha conseguido que Eugenia Martínez de Irujo venza a sus miedos y se desnude -metafóricamente hablando- para contar aquellos aspectos de su vida privada que tanto le cuesta desvelar. Para eso se la ha llevado a las Islas Feroe para vivir una aventura espectacular y llena de emociones. No es la duquesa de Montoro una de esas mujeres que acostumbren a prodigarse demasiado en los medios de comunicación, algo que pone más en valor la capacidad del presentador para sonsacarle recuerdos de su infancia, de sus matrimonios, de su herencia o de su madre, Cayetana Fitz-James Stuart.

Eugenia Martínez de Irujo en estado puro
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A las Islas Feroe de la mano de Calleja
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Hasta la otra punta del mundo se la ha llevado el intrépido presentador. Allí ha conseguido que Eugenia desate su adrenalina y confiese anécdotas de su vida.

Espíritu aventurero
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No conocíamos esta faceta aventurera de Eugenia Martínez de Irujo y nos ha sorprendido gratamente.

Una infancia muy dura
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Sus primeros años de vida estuvieron marcados por ser hija de quien era. Pero no lo pasó nada bien.

Famosa desde pequeña
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Desde bien joven tenía que ver cómo el nombre de su familia salía en las revistas. ¿Os acordáis de esta mítica portada de SEMANA?

Rebeldía sin cariño
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Eugenia ha confesado que su vida era un ajetreo constante cuando era joven:"Disponía de 15 minutos para comer debido a la cantidad de actividades extraescolares que tenía: tenis, montar a caballo, guitarra, flamenco, ballet...". A esto se unió que fue una chica rebelde y que no obtuvo por parte de su madre todo el cariño que a ella le hubiera gustado: "El cariño de mi madre escaseaba".

Jesús Aguirre
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La figura de su padrastro le amargó la infancia y así se lo ha confesado a Calleja: “Me dijo unas cosas con 11 años que aún las tengo guardadas. Me llamó a su despacho y dijo que si seguíamos viviendo en casa era gracias a él. Que si le pasaba algo a mi madre, que según él estaba enferma del corazón, cosa que era mentira, yo sería la culpable. Yo tenía 11 años. Lloré mucho”. Unos años muy duros que Eugenia dijo haber superado: “aún así admito que soy una afortunada y que tuve, a pesar de todo, una infancia feliz”.

Alfonso Díez, todo lo contrario
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Para el otro marido de su madre, en cambio, solo tiene buenas palabras: “Es educado y cariñoso. Claro que al principio nos resultó extraño hasta que lo conocimos. Cuidó e hizo feliz a mi madre”.

La muerte de la duquesa de Alba
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Sin lugar a dudas, el trago más amargo para ella: "Tras su fallecimiento lo pasé muy mal. Estaba muy unida a ella y tenía una personalidad y un humor irrepetibles. La tengo siempre muy presente. Me reconforta pensar que sigue aquí de alguna forma".

No quiere saber nada de títulos nobiliarios
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Por sorpresa para todo, Eugenia Martínez de Irujo ha confesado que no le gusta que le llamen duquesa.

Su relación con Francisco Rivera
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Se ha referido al torero como alguien que comparte el mismo amor por los animales que ella. Ni una mala palabra.

Narcís Rebollo, el amor de su vida
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Sin embargo, con quien se ha deshecho en elogios ha sido con su actual marido: "Es un hombre maravilloso, con el que es muy fácil llevarse bien. Con mis hermanos tiene muy buen rollo y también con mi hija. Se adoran".

Emociones fuertes
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Calleja, en su salsa
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Un paraje espectacular
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