En una de esas tardes donde la política parece necesitar más frescura que formalidad, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, decidió dar un golpe de efecto más allá del contenido de su reunión con los representantes de CC.OO. y UGT. Mientras se debatían cuestiones laborales de peso, ella lo hacía enfundada en un conjunto de Zara que, con toda probabilidad, no alcanzará ni el primer fin de semana de rebajas. Un estilismo atrevido, luminoso y absolutamente tendencia que confirma lo que ya sabíamos: Díaz no se viste como una política al uso.
Y es que, si la estética habitual del poder tiende al gris y al gesto contenido, Díaz se ha desmarcado apostando por el color, la forma y una feminidad contemporánea. Lejos del binomio blazer-pantalón aburrido o del total look negro sobrio y predecible, su elección fue una fantasía azul cielo con reminiscencias mediterráneas súper versátil.
El arrebatador look de Yolanda Díaz en su última reunión de trabajo
(Gtres)
Yolanda Díaz triunfa en su última reunión de trabajo con un dos piezas de Zara súper fresquito
El primer impacto llega con el top: un escote palabra de honor, también conocido como strapless, de estructura bustier con botonadura frontal a contraste. La prenda, más propia de una colección cápsula de desfile que de un look de oficina, se convierte aquí en una reivindicación estética del empoderamiento. La silueta queda esculpida sin artificios, resaltando clavículas y hombros con una elegancia contenida y una osadía medida. Es un diseño que transforma la rigidez del traje sastre en una narrativa más ligera, más sensual. Ideal para una mujer que conoce el peso de su presencia y lo utiliza con sutileza.
A juego, los pantalones confeccionados con lino refuerzan esa idea de comodidad que todas buscamos cuando suben las temperaturas. De tiro medio, con pliegues marcados y una pernera ancha que casi roza el suelo.
Pantalón pliegue de Zara 29,95 euros
Zara
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El detalle de los bolsillos laterales —funcionales pero discretos— y los falsos bolsillos de vivo en la parte trasera reafirman su intención: son prácticos, sí, pero también estilizan la figura. No marcan nada, hacen que las piernas se vean más largas y los podemos utilizar por separado con un tank top y unas sandalias planas o con una blusa y unas babuchas originales.
Yolanda Díaz no solo eligió azul, lo hizo suyo. Consciente de que la neutralidad visual no siempre es sinónimo de seriedad, completó el conjunto con unas sandalias de tacón medio en un rojo vibrante que se alejaban radicalmente de los tonos neutros de despacho. El efecto cromático —azul cielo + rojo— no podía funcionar mejor, pero perfectamente podría haber incorporado un amarillo, tonos tierra o blancos o negros.
Blazer traje de lino doble botonadura de Mango 79,99 euros
Mango
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En su mano, una blazer de lino rojo a juego con el calzado. No la llevaba puesta (el calor de Madrid tuvo algo que ver ), pero estaba ahí, como parte estratégica del look. Esa chaqueta, con su corte ligeramente masculino pero su caída fluida, es el comodín ideal para reconvertir el conjunto en algo más rompedor si las circunstancias lo exigieran. Porque una buena blazer siempre está a la espera de que baje la temperatura o suba el tono del debate.
¿Por qué azul? Porque pocas tonalidades resultan tan universalmente favorecedoras como este matiz claro, especialmente en mujeres rubias. En el caso de Díaz, que luce una melena dorada casi siempre pulida con ondas suaves, el azul actúa como espejo: realza la piel, intensifica el brillo del cabello y proyecta una imagen de serenidad y autoridad muy eficaz. ¿Tienes los ojos azules como Yolanda? Apuesta por estos tonos para verte, de repente, con 'el guapo subido'.
Morigi de Martinelli x Redondo Brand 189 euros
Martinelli
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El remate estético vino con unos pendientes florales en el mismo tono que el conjunto y con textura, una elección aparentemente caprichosa pero absolutamente milimetrada. No eran joyas discretas ni minimalistas. Eran flores con carácter, con relieve, con presencia.
Yolanda Díaz, con este look, nos recuerda que los looks de oficina no tienen que ser aburridos. Todo lo contrario. Que las mujeres con cargos de responsabilidad no tienen por qué esconder su feminidad tras trajes impolutos y camisas de seda. Que se puede ser profesional, rigurosa, efectiva... y vestirse con creatividad, intención y belleza. Y sobre todo, nos lanza un mensaje muy claro: la moda, incluso en su versión low cost, puede ser una herramienta de comunicación política más poderosa que muchos discursos.