Entramos en la casa de Marina Rivers: tres plantas, hoguera y sala de billar con jardín de cactus

Marina Rivers, influencer madrileña, estrella de TikTok con millones de seguidores y un estilo tan irreverente como rompedor, nos abre hoy las puertas de su hogar. Sí, la creadora de contenido ha publicado un 'house tour' muy completo en el que enseña cada uno de los rincones de su casa cerca de Coslada, Madrid. Acompáñanos en este paseo por el universo Rivers, en el que la decoración es puro lifestyle y cada detalle habla su propio idioma.

Bienvenidos al templo Rivers: la entrada

Nada más llegar, el jardín delantero ya deja claro que no estamos ante una casa al uso. La vegetación, con su mezcla de palmeras urbanitas y plantas bien cuidadas, escolta una puerta principal marcada por un camino de grabilla y losas grises. En uno de los rincones más pintorescos, un banco de obra en torno a una pequeña hoguera se convierte en uno de los espacios predilectos de Marina. "Es una de mis partes favoritas de la casa", confiesa, y no nos cuesta entender por qué: íntimo, estético y perfecto para recibir a sus invitados con una cerveza. 

Adyacente a la entrada, un porche recogido ofrece el oasis perfecto para los días más calurosos. Aquí el sol no llega de forma directa y se agradece la sombra mientras se toma algo en uno de los silloncitos de exterior. El espacio funciona como un pequeño refugio veraniego, donde el diseño y la funcionalidad se dan la mano sin estridencias.

La cocina: el orden que obsesiona a la joven

«Soy una loca del orden y lo tengo todo empaquetado y etiquetado», admite Marina mientras nos muestra su cocina. Y no hay exageración en su afirmación. Con una barra central y banquetas para recibir visitas sin renunciar a la operatividad, este espacio es el verdadero corazón de la casa. Las encimeras en tono crema conviven con cajones en gris grafito y armarios de madera clara veteada. El suelo, de efecto madera, genera una armonía cálida que acoge y ordena al mismo tiempo. No es una cocina: es un sistema. Dentro de cada uno de los armarios, se pueden encontrar decenas de botes etiquetados: especias, pasta, legumbres, etc. 

Baño de invitados: el inmaculado

Curiosamente, este baño todavía no ha sido estrenado por ningún invitado, al menos, la ducha. Marina lo señala con cierta ternura, como si fuera un rincón secreto aún por inaugurar. Aquí vive la única planta 'de mentira' de toda la casa, colocada como excepción donde la luz entra con timidez. Es un espacio funcional y elegante, diseñado con ese equilibrio entre pulcritud y estilo que podría aparecer en cualquier editorial de interiores.

El enorme salón de la casa de Marina Rivers: sofá gigantesco, pufs y plantas 

El salón es sin duda el escenario principal de la casa. Con un sofá gris de ante de tipo Chaise Longue, pufs blancos, sillones a juego y una gran alfombra bicolor, todo está dispuesto para el confort con estilo. Las paredes blancas sirven de telón neutro para una estantería ecléctica repleta de libros, velas y objetos personales. La chimenea es su parte favorita, y justo encima, una televisión de tamaño descomunal observa desde las alturas como una especie de oráculo digital.

Jardín trasero: sol, techado y barbacoa

La zona trasera del jardín es, según sus propias palabras, uno de los lugares más disfrutados de la casa. "Hemos hecho unas barbacoas increíbles aquí", comenta con entusiasmo. El suelo de césped artificial, la parte techada para protegerse del sol y la barbacoa de obra conforman un espacio de recreo de manual. Una puerta lateral conecta directamente con la piscina, creando una transición perfecta entre ocio, relax y frescura.

La sala de billar: culto a lo ecléctico

Quizá uno de los espacios más singulares de la vivienda sea esta sala de billar, donde la decoración adquiere un tono decididamente personal. Un armario cubierto de pósters y fotos, una funda de guitarra (sin guitarra) que Coca-Cola le regaló y que ella considera "chulísima", una mesita minibar y hasta un jardín de cactus que conecta con la planta superior. Aquí entra la luz desde arriba, iluminando una estética medio rockera: cojines en forma de biblia, otros con forma de bola de discoteca y una pared decorada con vinilos de su colección. Todo muy Rivers.

Habitaciones de invitados: sencillez y comodidad

Las habitaciones de invitados son amplias, funcionales y discretas. Cada una con camas generosas, armarios empotrados –en los que guarda la ropa de verano– y una paleta de colores neutra que invita al descanso. No necesitan grandes artificios porque están pensadas como espacios de acogida, no de exhibición. El lujo aquí está en la comodidad.

En su estudio, Marina despliega su universo laboral. Con espacio para grabar, un escritorio y un armario organizador gigante donde guarda todos sus perfumes, productos de skincare y obsequios de maquillaje de las firmas con las que colabora, este espacio es el backstage de su imperio digital. Hay también una pequeña cómoda, una televisión, y un par de pequeños sofás en los que, dice, se sienta a pensar. 

Dormitorio principal: intimidad con vistas

La habitación de Marina, su verdadero santuario, incluye una terraza privada con sofás y un mirador, perfecta para ver el atardecer con perspectiva. En su interior, el baño principal por el que se cuela gran cantidad de luz natural. Es un espacio que invita a bajar el ritmo, a detener el scroll y a reencontrarse con el silencio.

El hogar de Marina Rivers no es solo un espacio donde vivir: es una extensión física de su universo digital y personal. Cada rincón está pensado, vivido y reinterpretado con una intención clara: que la casa hable, que tenga voz propia. Y vaya si la tiene.