Las brujas modernas ni tienen verrugas ni vuelan en escoba pero sí que tienen el poder de clarificar y de aportar herramientas para la transformación. Intuición, sabiduría y apertura mental, así son las brujas de nuestro tiempo y sus conjuros pueden hacer que tu vida cambie de rumbo.

Las brujas de hoy en día tienen más de psicólogas y facilitadoras que de maléficas. Son mujeres sabias, que abogan por la conexión con la naturaleza, la espiritualidad y la introspección como elemento de escucha indispensable para sanar heridas y poner límites para comunicarse de forma más sana y fluida con el entorno. Entre nosotras hay más brujas de las que creemos, incluso podemos serlo sin ser conscientes de ello.

¿Cómo es la brujería moderna?

Lejos quedan los calderos, los gatos negros y los sombreros acabados en pico, la brujería hoy en día se basa en el empoderamiento femenino, al menos eso explica Frankie Castanea en su libro Conjuros para cambiar tu vida (Ed. Luciérnaga). Frankie es una bruja moderna con más de un millón de seguidores en redes sociales y, para ella, “la brujería es una forma de empoderamiento tanto como de equilibrio y activismo. Otorga control y atención plena a tu vida cotidiana y te ayuda a crear la vida que realmente quieres vivir. En cierto modo, la brujería también nos ayuda a comprender las cosas que no podemos controlar”.

Vivimos en un tiempo en el que se habla mucho del autocuidado, de priorizar y de la falta de autoestima. ¿Cuál es la visión de la brujería al respecto? “Cuando hablo de amor propio y priorización del yo en términos de brujería, no me refiero simplemente a ponerse una mascarilla facial, darse un baño y dar por terminado el día. A menudo, el autocuidado que necesitamos no es el que queremos practicar, sino el camino más duro que podemos seguir”, señala Castanea, y añade que: “El amor propio y la priorización del yo consisten principalmente en descubrir no solo qué es lo que queremos en la vida, y lo que esperamos de los demás y de nosotros mismos, sino en comprender que esto no siempre coincide con lo que necesitamos de verdad. Cuando hablamos del amor propio y de la priorización del yo, la idea de los límites se hace más nítida”.

 

Conjuros que pueden cambiar tu vida

Frankie Castanea explica en su libro varios rituales pero vamos a ahondar más en el psicología femenina y en sus consejos sobre cómo apaciguar la mente y recargar nuestra energía. ¿Qué podemos hacer en nuestro día a día para mejorar nuestra vida y nuestra interacción con los demás? “No podemos controlar lo que hacen los demás o cómo nos tratan. Sólo podemos controlar cómo reaccionamos a ello. No podemos controlar lo que dice la gente de nosotros, sólo lo que nosotros decimos de ellos. Cuando descubrimos nuestra energía a través de la meditación y la conexión a tierra, podemos ver dónde se está canalizando y dónde no es correspondida”.

La meditación y la conexión con la tierra es muy importante para conseguir tener alta nuestra energía o nuestra vibración. Sin embargo, queda el tema del autocuidado. ¿Cómo podemos conseguir priorizarnos? “A diferencia de lo que nos dicen las redes sociales, para priorizarnos a nosotros mismos no necesitamos materiales. Priorizarse puede ser tan sencillo como negarse a hacer algo innecesario cuando estás baja de energía. También puede ser aceptar hacer algo necesario para tu salud mental cuando estás baja de energía. Puede ser cuidar de que tú y todos los miembros de tu familia comáis todos los días o durmáis bien. Puede ser remover el café en el sentido de las agujas del reloj para atraer la positividad o en ensentido contrario para ahuyentar la negatividad".

Portada libro Conjuros para cambiar tu vida
Portada del libro "Conjuros para cambiar tu vida" de Frankie Castanea (Ed. Luciérnaga)

Preguntas que hacen que tomes conciencia de cómo interactúas con el mundo

Frankie anima a la gente a ponerse en primer lugar y para ello les da una lista de cosas que deberían preguntarse:

  • ¿Qué es lo que te gusta hacer por ti? (para esto no hay respuestas incorrectas, puede ser cualquier cosa).
  • ¿Ultimamente has hecho algo con lo que disfrutes?
  • ¿Es posible que hagas algo solo para ti todos los días, por pequeño que sea?
  • ¿Cómo te hablas? Si le hablaras a un amigo como te hablas a ti, o un amigo te hablara como te hablas a ti, ¿tendrías amistad con esa persona?
  • ¿Cómo interactúa tu energía con los demás? ¿Sueles dar más de lo que recibes, entablar conversaciones, o hacer lo indecible por ayudar y facilitar las cosas a gente que no hace lo mismo por ti?
  • ¿Qué limites tienes establecidos para conseguir que tu salud emocional, mental y física sea la mejor posible?

¿Qué suponen estas preguntas? ¿Por qué el ser humano tiene esa tendencia a pensar que no es merecedor? “Estas seis preguntas te hacen tomar conciencia de cómo interactúas con el mundo que te rodea y con tu persona. Yo no he conocido a nadie que no tenga que hacer un esfuerzo para creerse que se merece lo mejor y que no tenga problemas de autocrítica o inseguridad. Eso es lo que nos enseña la sociedad: a ser complacientes, generosos por encima de todo, a ser accesibles a las personas que nos rodean. Si tú eres como yo, alguien que sana heridas, compro harás que es difícil establecer limites con las personas a las que quieres ayudar”, señala Frankie.

¿Podemos ser generosos sin descuidarnos a nosotros mismos o es algo que está reñido? “Está bien ser generosos y usar nuestro arte para ayudar a los demás, pero también se puede mostrar generosidad al mismo tiempo que se defiende la propia parcela y se afirman los propios límites. Estos os protegen a ti y a tu energía, ya sea con la familia, en el amor o con las amistades”.

 

Ejercicio práctico para entender los propios límites

Frankie Castanea propone un sencillo ejercicio para tomar consciencia de cuáles son nuestros límites:

  1.  Haz una lista con tres columnas verde, amarilla y roja.
  2.  En la verde escribe las cosas que no te importa que haga alguien en el contexto de una relación de pareja, de una amistad o de una familia.“Mi zona verde, por ejemplo, incluye la falta de una comunicación por mensaje fluida, que alguien cancele una cita o los problemas de comunicación. Son cosas que a algunos a lo mejor no les gustan, pero que a mí, personalmente, no me molestan en el contexto de mis amistades, de mis relaciones de pareja y de mi familia”.
  3. En la columna amarilla, escribe las cosas que te molesta un poco que haga una persona en una relación de pareja, con las amistades o con la familia.“Por ejemplo, mi zona amarilla incluye que alguien se enfade conmigo sin motivo. Cuando esto ocurre, no tiene por qué suponer el fin de la relación, pero yo no lo tolero, y se lo hago saber a esa persona. Si se repite o se convierte en costumbre, se convierte en un problema y entonces es cuando restablezco los limites o intento apartarme de esa situación”.
  4.  En la columna roja, escribe las cosas que no apruebas en absoluto que haga alguien en el contexto de una relación de pareja, de una amistad o con la familia. “Mi zona roja incluye la mentira. Si alguien me miente, normalmente no continúo con la relación o la amistad. Si es alguien de mi familia, me aparto de la situación o minimizo el contacto con esa persona”.

Un viaje hacia el amor propio

El ejercicio que propone Castanea es flexible. La lista cambia a medida que adquieres autoconfianza y empiezas a tolerar menos comportamientos dañinos en tu entorno. “La mía ha cambiado mucho desde que empecé a hacer este ejercicio, y hoy sigo trabajando mis límites y las relaciones que mantengo con la gente que me rodea”, afirma Frankie.

¿Puede el amor propio entonces afianzar nuestra energía sin peligro de convertirse en egoísmo? “El amor propio y la priorización del yo son parte intrínseca de nuestro arte, y no sólo para levantar los bloqueos que rodean a tus inseguridades y a tu arte, sino para saber diferenciar entre los deseos que alimentan esa parte de tu yo que permanece en la sombra y las necesidades que alimentan a tu yo superior”. Este ejercicio de escucha interna nos acerca, por tanto, a nuestra esencia y va a hacer que nuestra relación con el mundo sea más fluida y armónica.

Las brujas modernas también tienen sus rituales pero es cierto que la actitud es el primer paso. Ese empoderamiento al que se refiere la autora pasa por observarnos y saber canalizar nuestra energía, poner límites sanos y conscientes y, sobre todo, cuidarnos para poder arrojar luz donde había oscuridad.