Dimisión en Zarzuela: el breve pero impactante paso de María Ocaña al lado de Letizia

Es como si tu mejor amiga se mudara de ciudad y te dejara colgada en clase; como si tu mejor amiga se echara otro grupito porque se lo pasa mejor con ellos… Algo así nos sugiere saber que María Dolores Ocaña, la secretaria personal de la Reina Letizia, deja el puesto apenas 15 meses después de asumirlo. Letizia pierde a su María, a su persona de confianza, a su gran aliada. Ojo, no a su amiga, no confundamos.

Por muy cercanas que ambas sean (o lo fueran o parecieran), la suya no dejaba de ser una relación contractual. Trabajo. Si bien las especiales circunstancias de su cargo evidentemente hacían que esta relación trascendiera el aspecto meramente funcionarial.

La versión oficial apunta como causa de su marcha a asuntos personales y familiares "sobrevenidos". Un concepto muy amplio que atañe exclusivamente al ámbito privado de la protagonista, aunque también invita a especular.

La Casa Real nada ha aclarado sobre los motivos de la marcha de Ocaña. Al fin y al cabo no deja de ser una decisión personal por su parte. Pero ha sido un visto y no visto, lo cual, como suele suceder, ha despertado un sinfín de teorías y un pequeño terremoto mediático. ¿Qué ha pasado aquí?

Se habían depositado tantas esperanzas en la labor de María, gustaba tanto su presencia al lado de la Reina, que el anuncio de su dimisión ha sido un jarro de agua fría. María Ocaña era la asistente personal de Letizia, su mano derecha, y a partir de este momento se abre un escenario más incierto.

El fichaje de María Ocaña por la Reina Letizia fue histórico

María Ocaña se incorporó a la oficina regia el 29 de abril de 2024. María llegó y triunfó. Su jefa, la Reina Letizia, la llamaba así: María, a secas. Con confianza, acortando las distancias desde el primer momento, relajando las costumbres y dando naturalidad al trato en el ambiente laboral. Todo pintaba de maravilla.

Y además la entrada de María Dolores Ocaña se acogió como un acontecimiento histórico, novedoso, esperanzador. Algo estaba cambiando en la sacrosanta Casa Real, que al hilo del décimo aniversario de los Reyes Felipe y Letizia en el trono aspiraba y ansiaba refrescar sus cimientos. De hecho, se aprovechó para cambiar algunos puestos vitales, desde el jefe de la Casa de Su Majestad el Rey, Camilo Villarino, hasta la propia secretaria de la Reina.

En este apartado, además, se rompió un importante ‘techo de cristal’: nunca antes una mujer había ocupado este puesto. Recordemos que ella sustituyó, o mejor dicho tomó el relevo, del general José María Zuleta, un militar, que llevaba 20 años al frente.

María Ocaña era una mujer y una profesional acreditada con un currículum brillante, casada y madre de tres hijos, dueña de un físico atractivo y coetánea de Letizia… Lo tenía todo.

La modernidad se abría paso en este espacio esencial para el funcionamiento de la institución. Nunca se hizo público el proceso, pero su contratación debió tomarse con mucho celo y, no lo dudamos, guiado bajo la sabia mano de Letizia.

Esta, motivada por la experiencia propia y los consejos profesionales, sabía lo que buscaba en la persona que habría de ser su sombra, su consejera y su fiel escudera.

María Ocaña, a la que Letizia había conocido unos años antes en varios compromisos públicos, fue la elegida. La nueva jefa de la Secretaría de Su Majestad la Reina aterrizó en La Zarzuela mostrando un rostro apacible y siempre sonriente y unas maneras muy suaves que nos conquistaron a todos desde el principio. Pero lo mejor es que desde el primer minuto también se hizo patente la buena sintonía con la Reina.

Letizia y María, dos mujeres bajo el mismo paraguas

Para el recuerdo ambas dejan imágenes tan simpáticas como cuando Letizia le ofreció cobijarse bajo su paraguas a su llegada a un acto, mientras caminaban agarradas del brazo y sin parar de reír.

Letizia parecía haber encontrado a la horma de su zapato, una estupenda compañera en estas lides, con la que poder compartir el trabajo, pero quizás también pequeños guiños y complicidades más personales.

Esto, la separación, nunca lo vimos venir. Aunque en los últimos compromisos de la soberana María había causado baja y eso ya nos podía haber hecho sospechar algo. María no acudió a la reciente inauguración de la Feria del Libro de Madrid. Apenas tres días más tarde se comunicaba que María Ocaña iba a dejar su puesto a finales del próximo mes de julio.

El pasado martes 3 de junio, los Reyes Felipe y Letizia viajaron a la localidad palentina de Brañosera y tampoco se vio a la secretaria real. Así que, aunque le quedan casi dos meses de ejercicio por delante hasta su salida, parece que María ya está plegando velas... Durante estos días se está haciendo más presente al lado de la Reina la figura de Mercedes Araújo, secretaria general de la Casa de Su Majestad el Rey, segunda tras Camilo Villarino.

El cometido de María Ocaña suponía estar siempre disponible, anticipar, preparar, definir y gestionar la agenda de la soberana y además acompañarla siempre a donde quiera que fuese. Sin horarios fijos. Estar siempre donde y cuando se la requiriese.

Evidentemente, todas estas condiciones las había aceptado María de una forma madura y comprometida, asumiendo los sacrificios. Se habían puesto todas las esperanzas en ella y la cosa funcionaba. Al menos de cara a la galería.

El adiós a una figura clave del equipo de la Reina Letizia

Pero poco más de un año después tenemos que lamentar su marcha. Cuando todavía no habían podido madurar los frutos del trabajo, cuando se intuían o se empezaban a vislumbrar los resultados de la gestión. Una lástima.

Ahora estarán de nuevo revolucionados en La Zarzuela buscando a la chica o el chico nuevo en la oficina. Imaginamos que ya nos llevaban unas semanas de ventaja antes de comunicarlo públicamente. Ya habrá candidatos y de seguro que algún finalista.

Hay que tener en cuenta que María saldrá del "equipo Letizia" a finales de julio y que en agosto ya tendrá que estar el siguiente. Para hacer frente al desafío del verano, a Marivent y Mallorca, a la vuelta al cole, a los Premios Princesa de Asturias y demás compromisos oficiales. Deseamos todo lo mejor a María y la mejor de las suertes para el relevo.