Después de más de tres meses con condiciones extremas, hambre y conflictos entre algunos de los concursantes, ‘Supervivientes 2025’ ha llegado a su fin. El pasado martes, 17 de junio, Álvaro Muñoz Escassi, Borja, Montoya y Anita aterrizaron en Madrid para poner el broche de oro a la experiencia más extrema de sus vidas. Y aunque es cierto que, durante este tiempo, los cuatro lo dieron todo para mostrar la mejor versión de sí mismos, solo podía quedar uno.
Anita y Montoya en la palapa.
Telecinco
Ese ha sido Borja . Teniendo en cuenta que han sido meses extremos, en los que todos los participantes han dado tanto momentos buenos como malos ante la audiencia, una de las grandes incógnitas a las que tendrán que enfrentarse a partir de ahora es cómo ha afectado su paso por ‘Supervivientes’ a la opinión pública que se tenía de ellos. Sobre todo, teniendo en cuenta que algunos como Montoya gozaban del cariño de una gran parte del público tanto a nivel nacional como internacional tras su paso por ‘La Isla de las Tentaciones’. Para despejar esta duda, SEMANA se ha puesto en contacto con la psicóloga Lara Ferreiro, que nos ha dado las claves sobre cómo podría afectar la marcha de Honduras a dos de los pesos más pesados de la edición.
El primero de ellos es Montoya. El joven llegó a los Cayos Cochinos con las ideas claras y dispuesto a poner tierra de por medio tras su ruptura con Anita, pues consideraba que Telecinco le había dado una oportunidad para sanar sus heridas y mostrar su parte más personal a una audiencia que le había acogido con los brazos abiertos. Sin embargo, sus planes saltaban por los aires cuando se enteraba de que su ex, Anita, también iba a formar parte del formato. Lejos de tomar distancia, entre ellos las cosas fueron calmándose, hasta el punto de convertirse en el apoyo fundamental del otro en esta aventura tan especial. Algo que no ha terminado de gustar a algunos espectadores, para quienes el andaluz podría haberse caído del pedestal en el que estaba.
Anita y Montoya reaccionan a las nominaciones de Pelayo.
Telecinco
Según la psicóloga Lara Ferreiro, Montoya irrumpió en ‘Supervivientes’ siendo muy querido por el público por sus numerosos momentazos, como su carrera por la playa de República Dominicana por delante de Sandra Barneda, o su ‘gambita’ con canción incluida, pero “esta imagen proyectada se ha ido desdibujando a lo largo de ‘Supervivientes’, como que ‘se ha caído un mito’. Montoya en ‘La Isla de las Tentaciones’ era el víctima, y ahora ha pasado a no tener ese papel”, nos explica. Además, se le ha acusado, tanto por parte de la audiencia como de sus compañeros, de “fingir dolores físicos durante las pruebas, manipular emocionalmente a ciertos concursantes e incluso también se ha hablado de manipulación a Anita, de hacer trampas, comportamientos victimistas” que han polarizado a la audiencia, que a día de hoy, tiene “una sensación de traición”.
Montoya, "del más querido al más criticado", según la psicóloga Lara Ferreiro
Tal y como la experta ha confirmado a SEMANA, este giro de 180 grados podría afectar considerablemente a Montoya, pues él vive prácticamente para la imagen pública. Esta desidealización pública tocaría directamente su ego, pues “pasa de ser admirado, a ser cuestionado” por personas que hace unos meses le apoyaban: “Él no es consciente de todo lo que está pasando en España. Esto podría generar un colapso de ego, que es una crisis interna, cuando estaba súper idealizado, y a día de hoy, no tiene esa aprobación masiva. Podría sentir que ha fracasado, que no lo ha hecho tan bien, puede culpabilizar al entorno por no defenderle bien…”, ha continuado.
De hecho, ser tan querido desde un primer momento, y saltar a la fama tan rápido, puede verse como algo muy positivo al principio, pero se trata de un arma de doble filo que hace que “el personaje se coma a la persona”, como nos explica Ferreiro: “Puede llegar a generar el famoso síndrome de Eróstrato, adicción a la fama, cuando la atención se convierte en tu droga. Necesitas todo el rato generar titulares, la reconciliación con Anita, luego la boda, luego los hijos… Su imagen está siendo cuestionada y ahora está polarizada, y puede acabar muy mal”, nos comenta.
Sin embargo, la opinión pública respecto a Anita ha cambiado drásticamente. A raíz de su infidelidad a Montoya en ‘La Isla de las Tentaciones’, la joven se había convertido en uno de los personajes menos queridos por la audiencia. Sin embargo, llegó a los Cayos Cochinos con las ideas claras y dispuesta a demostrar su valentía. Y no defraudó. Ahora, cuenta con muchos más seguidores que cuando comenzó en ‘Supervivientes’, y Lara Ferreiro lo ha analizado, considerando que ha pasado de ser “villana, a heroína nacional”: “Anita estaba señalada públicamente por haber sido infiel a Montoya, Montoya estaba en papel de víctima y ella tuvo una ola de linchamiento digital y estigma social (…) Ahora es bastante querida gracias a su actitud positiva, colaborativa… Da la sensación de que es más sincera, no va de víctima”. Todo ello, sumado a su último movimiento a la hora de cortar significativamente su pelo por hablar con su hijo, ha jugado claramente a su favor.
La experta asegura que Anita se ha deshecho de su "castigo perpetuo" y ahora es una "heroína nacional"
Lara Ferreiro nos confiesa que Anita ya no cuenta con ese “castigo perpetuo”, pues se la ha “empezado a ver como es” y podría “tener un impacto muy positivo para ella”. Esto se debe a que, aunque de primeras pudo tener “culpa e inseguridad”, ahora ha “salido reforzada” de ‘Supervivientes’, que se ha convertido en “la mejor campaña de marketing” para ella, y ha salido mucho mejor parada que Montoya.
Para la experta, no hay duda de que la joven ha sufrido “una reparación de su imagen en todos los niveles”. Ahora, parece estar dispuesta a romper con los patrones tóxicos de sus relaciones y establecer límites, pese a que su imagen estaba totalmente deteriorada. Además, esto también podría afectar de forma indirecta a Montoya, pues podría experimentar “celos encubiertos y laborales” ahora que quizá el foco se posa sobre su ex, y no sobre él en la misma medida, lo que podría provocar que volviera a acogerse al papel de víctima.