Con cada junio, llega una cumbre aristocrática a Ascot, localidad del condado de Berkshire, tiene lugar un espectáculo que no entiende de moderación ni de pretensiones minimalistas: Royal Ascot. Más que una cita ecuestre —que lo es, y de las más célebres del calendario hípico—, Ascot es una alegoría de la pompa como resistencia, una coreografía en la que los tocados reinan con autoridad y el dress code es más dogma que sugerencia. Porque si algo tiene Ascot, además de caballos y monarquía, es que nadie —absolutamente nadie— puede tomárselo a la ligera.

Desde que allá por el 1711 la reina Ana lo fundara, Ascot ha sido muchas cosas: tradición, estatus, liturgia social. Pero en lo que respecta al vestuario femenino, ha funcionado sobre todo como un campo de batalla de 'estilo'. Aquí las reglas no están para romperse sino para interpretarse: hablamos de la estricta guía de vestimenta del Royal Enclosure (sí, ese exclusivo recinto donde cada pliegue es evaluado con lupa), que exige faldas por debajo de la rodilla, tirantes de más de un centímetro, y tocados, muchos tocados.

Y es ahí, en la maestría ornamental del sombrero y el tocado, donde se juega el verdadero lenguaje de Ascot. Porque el tocado no es accesorio: es el manifiesto. Un moodboard tridimensional que pone el broche a cada uno de los looks que hoy nos hemos encontrado. La creatividad se alza como estandarte frente al aburrimiento normativo del resto del año.

El look de la Reina Camilla en Ascot 2025

El look de la Reina Camilla en Ascot 2025

(Gtres)

El look de la Reina Camilla en Ascot 2025

La Reina Camilla ha hecho su entrada en Ascot con un look que equilibra con precisión la sobriedad británica y la parte excéntrica y femenina que exigía el acto. Su vestido, en un delicado tono gris perla con escote en pico y manga francesa, evocaba esa elegancia contenida que tan bien domina, mientras que los salones bicolor —blancos con la puntera negra— aportaban un sutil juego visual sin romper la armonía cromática.

A juego, unos guantes cortos en blanco impoluto y un bolso de mano del mismo tono remataban el conjunto con esa cortesía casi ceremonial que siempre pide la etiqueta de Ascot. Pero el auténtico punto focal del look estaba, como manda el dress code, en la cabeza: una espléndida pamela en el mismo gris perla ligeramente azulado, coronada con plumas tridimensionales que aportaban textura, movimiento y un volumen contenido pero llamativo. Un estilismo pulcro, regido por la norma y la tradición, que aun así dejaba entrever una voluntad personalísima de estilo.

La pamela de plumas de la Reina Camilla en Ascot 2025 

La pamela de plumas de la Reina Camilla en Ascot 2025 

(Gtres)

Los tocados: plumas, volumen y color

En 2025, los tocados han vuelto a desafiar cualquier lógica gravitacional, aunque este año las royal han estado más 'comedidas' que nunca. Philip Treacy —el rey indiscutible del headwear de Ascot— sugiere siempre estructuras arquitectónicas, con espirales inspiradas en Gaudí y bases en fibra natural revestidas de tul bordado con microperlas. También se ha visto, en alguna ocasión, la reinterpretación surrealista de lo botánico: flores de organza que parecen sacadas de un herbario futurista y helechos que casi rozan la cornisa del palco real. Sin embargo, esta edición, un poco más descafeinada, dejó a su paso looks de aristócratas que no se la jugaron demasiado. 

El tocado ya no es (solo) símbolo de clase: es performance, es ironía, es un gesto que roza lo pop. Recordemos que por este recinto han pasado celebrities de la talla de Lily Allen, Geri Halliwell, Victoria Beckham, Elthon John, Natalie Rushdie y un larguísimo etcétera de royals y aristócratas. No obstante, hoy, más allá de Beatriz de York, la Princesa Ana del Reino Unido y su hija Zara Tindall, no hemos visto a mucha más celeb. 

Si todo esto te ha dejado con ganas de comprobar hasta dónde ha llegado este año la creatividad —y la osadía— de las invitadas a Ascot, no puedes perderte nuestra galería de imágenes. Desde tocados que desafían la física hasta combinaciones cromáticas que harían palidecer a las más clásicas. Haz scroll y déjate fascinar por este desfile de estilo con mesura, en el que la elegancia convive (felizmente) con la extravagancia.