Desde el fallecimiento de Vargas Llosa son muchos los que esperaban algún tipo de reacción por parte de Isabel Preysler. Quien fuese el último amor conocido de la socialité terminó sus días volviendo a convivir con su mujer, Patricia Llosa después de haberla abandonado unos años para vivir su historia de amor con la Preysler. Esas ganas de saber cómo recuerda a día de hoy Isabel a Mario aun no han sido satisfechas. Desde el mes de abril en el que Mario falleció ha sido prácticamente imposible ver a Isabel y en las contadas apariciones públicas de la socialité ha sido infructuoso cualquier intento de los compañeros de la prensa gráfica de sacarle unas declaraciones sobre su expareja.

Tampoco en sus redes sociales, donde la madre de Tamara Falcó es bastante activa, hemos podido ver una despedida un homenaje o unas palabras dedicadas a Vargas Llosa. Esta semana Isabel recibió en un acto en el Teatro Real un premio de la revista Elle como icono de estilo. Ni siquiera esta amable ocasión a la que acudió acompañada de sus hijas Tamara Falcó y Ana Boyer ha hecho que Isabel se animara a responder a las preguntas de la prensa sobre el Premio Nobel. En un atropellado photocall la filipina eludió una vez más pronunciarse sobre nada referente a su expareja, sí respondió amablemente a otras cuestiones más generales y que nada tuvieran que ver con su vida amorosa.

Con la inestimable colaboración de la psicóloga Lara Ferreiro, autora del superventas ‘Ni un capullo más: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta’ (Grijalbo, 2025), analizamos qué puede esconderse detrás de esta actitud de Isabel Preysler de escapar de preguntas sobre Vargas Llosa y no pronunciarse sobre su fallecimiento meses después de su fallecimiento.

Tamara Falcó, Isabel Preysler y Ana Boyer

Mientras que Tamara ha lucido un vestido rojo de lo más veraniego y de color rojo, su madre ha dado la bienvenida al verano con un original diseño azul bebé. Por su parte, Ana ha apostado por un vestido de cuello halter.

Gtres

“Reduce su exposición pública para generar un bombazo”

¿Qué le puede estar pasando a la reina de corazones?, pregunto a Lara Ferreiro que rauda responde: “Bueno, para mí Isabel hace todo de una forma medida, premeditada y planificada. O sea, este retiro voluntario viene acompañado fomentar un halo de silencio, de misterio, porque ella, la reina de corazones, es muy misteriosa”. Y es que, según Lara, “por eso lleva toda la vida siendo la número uno, porque sabe hacer esto. Ella juega con la prensa, sabe cuándo esconderse, cuándo volver y además hace el refuerzo intermitente”. Según Ferreiro, “este refuerzo intermitente lo hacen las grandísimas profesionales del papel cuché” y advierte que “esta estrategia de comunicación y gestión de su imagen no es casual”.  

Esta estrategia “completamente medida”, en opinión de Lara Ferreiro, “reduce su exposición pública para generar un bombazo”. ¿Cuál podría ser el bombazo? “Pues unas memorias, algo que ya está cociendo para que se hable de ella. A esto, habría que añadirle que posiblemente esté atravesando un impacto emocional por la muerte de Mario Vargas Llosa”. Y es que, Lara mantiene que “según tengo entendido para ella fue una humillación, ha sido el primer hombre en su vida que la ha dejado. Más allá de no estar hablando de él para generar misterio y vender luego sus memorias, posiblemente también le duela hablar de Mario porque quizás sienta que no hizo las cosas bien”. En este momento de la charla Ferreiro recuerda que “en su momento Isabel dijo que Mario era un celoso en una entrevista en una revista, entonces quedó fatal”.

“Se ha dado cuenta de que no necesita a un hombre para ser feliz”

Del mismo modo, Ferreiro mantiene que “por otro lado, busca tranquilidad personal. Lleva décadas y décadas de exposición mediática y ha aprendido por primera vez en su vida un término que se llama solitud”. Lara desarrolla esta teoría, “la solitud no debe ser confundida con soledad. La solitud es el estar sola por elección. Disfruta de la paz, de la plenitud de sus nietos, o sea, por primera vez la Preysler con 74 años que tiene ha dado cuenta que no necesita un hombre para ser feliz”. Ella que, “por su historial amoroso, podríamos decir que era una persona absolutamente dependiente emocional, necesitaba tener a alguien y si no, su vida no tenía sentido. Entonces por primera y yo creo que ella está tranquila, dice ‘mira, si no está tan mal’”.

“Entonces yo creo”, afirma nuestra psicóloga de cabecera, “que todos los años que le queden, que esperemos que sea muchísimos, quiere disfrutar de esa independencia emocional, de una soltería consciente de plenitud, autonomía emocional, autosuficiente, y estar tranquila”. Según Ferreiro, “creo que sus amigas y sus hijos cumplen toda esa función que un hombre ahora mismo no le da y luego creo que también no habla porque es que no tiene nada que decir”. Según Lara, “Isabel hablará de su pasado en sus memorias, si llegan a publicarse”, pero por el momento “prima estar tranquila y en soledad escogida”. Para acabar, Lara Ferreiro también destaca que “en este tiempo ha pasado temporadas en Miami, donde se siente apartada del mundo, como en un refugio acompañada de su hija y sus nietos”. Y es que, a veces, incluso hasta para estar solo, hay compañías más soportables que otras.