No es habitual ver a los Reyes, Felipe y Letizia, en cenas de gala, pero cuando toca asistir sacan la artillería pesada. Tanto su estilista como los trabajadores del Palacio de la Zarzuela, un equipo que se ocupa de dejar el mejor de los sabores. En todos los sentidos. Mientras el trabajo que Eva Fernández, una de sus manos derechas, hace en la intimidad es un secreto, no lo es el de los trabajadores de palacio. Aquellos que de forma silenciosa hacen los arreglos florales de una enorme mesa o los que se esfuerzan porque el mantel no tenga ninguna arruga. Un rígido protocolo del que SEMANA conoce algunos secretos gracias a un trabajador. 

El riguroso protocolo que se sigue en el comedor de gala de Zarzuela

Camareros, un equipo de cocina y algunos encargados de la decoración se ocupan de los preparativos durante las cenas de gala. También repasan que cada elemento esté en su sitio. Que los centímetros que separan a los invitados sean los debidos -unos 57-, al igual que de las copas o los cubiertos. Una distancia muy medida que se consigue gracias a un truco infalible, el cual lleva a cabo el equipo de Actos Oficiales. "Se extiende con gran maestría y profesionalidad, un cordel de lado a lado de la gran mesa. Y este es el resultado", dicen, dejando ver que es un trabajo muy artesano. 

Es el Gran Salón de Zarzuela donde se celebran las cenas de Estado y donde hay quince lámparas de araña en sus techos. Debajo de ellas una mesa de 35 metros, que se desmonta con cierta facilidad en función del número de comensales gracias a unos tableros que permiten ampliar la mesa si fuera necesario. 

Es uno de los trabajadores de palacio quien ha decidido dar un paso al frente y contar cómo se vive desde dentro una cena de gala. Javier Hernández, ayudante de Gestión, relata con detalle, por ejemplo, cómo logran que el mantel esté perfecto. "La mesa está formada por varios tablones que se montan en función del número de invitados. Ya sobre la mesa, los manteles que previamente se habían planchado se rematan sobre la superficie para que estén perfectos y no se noten las líneas", dice a La Razón. Una vez que eso está listo es cuando disponen los ocho candelabros con diez velas cada uno, elementos que, por cierto, no se encienden hasta que la cena arranca. 

Se hace un inventario tras las cenas de gala, aunque nunca ha faltado nada

Ninguno de los invitados a estas cenas de gala es capaz de olvidar una cita de este calibre. Quizás por ello hay quien piense que más de uno se pueda llevar un recuerdo a su casa, quién sabe si como vestigio de una noche de ensueño. Pero no, nadie se ha llevado consigo ni vajilla ni cubertería, tal y como demuestra el inventario del Palacio de la Zarzuela. 

La cubertería y los platos de las cenas de gala de la Zarzuela

Además de una vajilla exclusiva, cuentan con tenedores y cuchillos que pertenecieron, según cuentan, al reinado de Alfonso XII. Una curiosidad a la que se suman otras como el guiño que encontramos en los platos, donde se homenajea tanto a los eméritos como al Rey Felipe VI, luciendo su escudo. "Nunca se han llevado un disgusto", dice uno de sus trabajadores. Pero, ¿cómo se dispone cada pieza en la mesa? La respuesta no es otra que con guantes blancos, evitando así huellas o marcas en copas, platos o cubiertos. 

Las flores que sirven como homenaje del país invitado

Otro de los puntos más llamativos son las flores. Esa parte viva que se utiliza para homenajear al país invitado emulando, por ejemplo, la bandera. Y, aunque haya para quien pueda parecer fácil, nada más lejos de la realidad. En todo momento la tensión reina, tanto antes como durante la cena. Está fijada en hora y media, siendo al día siguiente cuando la sala en cuestión está como si nada hubiera pasado allí dentro. 

Allí se puede acoger 144 comensales y fue creado por Alfonso XII en el año 1879. Es el resultado de la unión de las tres salas de la Reina, donde cuentan con un equipo de protocolo para que todo salga perfecto. Patrimonio Nacional asegura que "uno de los comedores más difíciles de organizar es el Palacio Real de Madrid", una afirmación que pocos se atreven a discutir.

Dónde se sientan los Reyes en las cenas de gala

Aunque todo luce perfecto en el salón, a su entrada hay dos sillas aparentemente descolocadas. ¿El motivo? Es la forma de indicar a los Reyes dónde sentarse. Son sus invitados los que justo antes de que comience el banquete hacen un recorrido, comenzando por el Gabinete de Porcelanas y Amarillo. Es tras un corto aperitivo en los salones cercanos cuando la comitiva acude al Comedor de Gala. Al llegar se sientan frente a los tapices del siglo XVII y poco después tienen la oportunidad de cenar in increíble menú, el cual por supuesto es accesible para muy pocos.