La Reina de los Países Bajos dio ayer su último adiós a su padre, Jorge Zorreguieta, quien falleció el pasado martes después de tres años de lucha contra un cáncer. Tenía 89 años. Máxima había llegado a Argentina el fin de semana anterior dada la gravedad de su estado, ya que estaba ingresado en un hospital de Buenos Aires, para estar con su familia y arroparle en sus últimos momentos. Finalmente murió a los 89 años.
El entierro tuvo lugar en el Memorial del Pilar, a las afueras de la capital argentina, adonde acudieron unas 100 personas, entre familiares y amigos íntimos. El propio Rey Guillermo llegó al país el jueves junto a sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane. Las niñas estaban abatidas ante la muerte de su abuelo materno, y se las vio llorando en el funeral, momentos en el que fueron consoladas por sus padres. Máxima, junto a su madre y hermanos, demostró una gran entereza pese al dolor. Descanse en paz.
Destrozada
Máxima mostraba los lógicos rasgos del cansancio y el dolor en su rostro.
El Rey Guillermo
El Rey Guillermo viajó el pasado jueves a Buenos Aires acompañado por sus tres hijas. El monarca llevaba gafas oscuras y se ha dejado crecer la barba.
En familia
Máxima y los suyos estuvieron rodeados de todo el cariño posible dada las tristes circunstancias. Entre los asistentes había amigos de la familia, empresarios, diseñadores...
El consuelo de una madre
Las pequeñas, Alexia y Ariadna, se mostraron especialmente abatidas en el entierro de su abuelo. Su madre las consoló con todo su amor, abrazándolas y besándolas.
Al mal tiempo…
Pese a todo, Máxima procuró mantenerse firme y no derrumbarse en esa mañana fría y destemplada a las afueras de Buenos Aires. Incluso sacó alguna sonrisa para sus hijas.
En la intimidad
Unas 100 personas asistieron al entierro, entre ellos sus tres hermanos por parte de madre, y sus tres hermanas por parte de padre.
Lágrimas por el abuelo
Amalia, que en diciembre cumplirá 14 años, y su hermana Alexia, de 12, no pudieron evitar las lágrimas. En la foto, la pequeña es consolada por una de sus tías maternas.
Ariane, muy triste
La princesa Ariane, tercera de las hijas de los Reyes, de diez años, no podía ocultar su tristeza.
Preocupado y solícito
Guillermo, que llegó con sus hijas a bordo de un avión privado de la Corona holandesa, estuvo pendiente en todo momento de sus hijas.
Cariñoso
El Rey arropó a sus pequeñas en esos dolorosos momentos.
De luto
Toda la familia vistió de negro, un luto riguroso que incluyó también a las niñas. Pese a la distancia, las princesas estaban muy unidas a sus abuelos maternos, a los que suelen visitar en vacaciones.
Cortejo fúnebre
El ataúd con los restos mortales de Jorge Zorreguieta fue conducido a pie hasta su sepultura en el Cementerio Memorial de Pilar. Máxima, su madre y sus hermanos encabezaban el cortejo fúnebre. La Casa Real de los Países Bajos y la propia Princesa Beatriz, madre de Guillermo, enviaron sendas coronas de flores blancas.
Máxima, el apoyo de su madre
Máxima fue el apoyo de su madre y viuda, María del Carmen Cerruti. Junto a ellos, su hija la princesa Amalia, y sus hermanos menores Inés y Martín Zorreguieta.
La viuda
María del Carmen Cerruti fue la segunda esposa de Jorge Zorreguieta, con quien se casó en 1971. Ese mismo año nació su hija mayor, Máxima, a la que siguieron Martín, Juan e Inés. El expolítico estuvo anteriormente casado con la escritora y filósofa Marta López Gil, con quien tuvo tres hijas: María, Ángeles y Dolores.
Cantaron “A mi manera”
Durante el funeral entonaron dos de las canciones preferidas del fallecido: "A mi manera", la versión en español de "My way", que popularizó Frank Sinatra, y también "A Wonderful World", de Louis Armstrong. Martín, hermano de Máxima, gritó en un momento: "¡Vamos, viejo!".
Condolencias del presidente
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, y su esposa, Juliana Awada, no estuvieron presentes por tratarse de un acto privado y familiar, pero sí enviaron sus condolencias a la Reina a través de un comunicado mencionando a su "amiga" Máxima.