La reina Máxima de Holanda ha llevado a cabo un viaje oficial a Costa de Marfil para hablar de finanzas. Como se sabe, la soberana es licenciada en Económicas y llegó a trabajar como alta ejecutiva antes de contraer matrimonio con el rey Guillermo.

Ya metida en la realeza, entre sus tareas se encuentran precisamente estos asuntos y además ejerce de embajadora de la ONU de Finanzas Inclusivas para el Desarrollo, a través de lo cual se trata de impulsar a través de proyectos de emprendimiento a los grupos más vulnerables de países desfavorecidos.

Con esta misión, Máxima de Holanda ha estado dos días en el país africano cumpliendo una intensa agenda, entre visitas y reuniones con distintos sectores, desde el ministro de Economía hasta los ciudadanos de a pie. Desde su aterrizaje hasta su partida, la consorte ha vuelto a demostrar su particular estilo con una sucesión de llamativos looks. Eso sí, con una significativa novedad en su vestuario: en muchas ocasiones se ha bajado de los tacones.

Sí, no es nada habitual ver a la reina de los Países Bajos con zapato plano, pero aquí los ha llevado más de una vez. Ya desde su llegada al aeropuerto, cuando pudimos verla con unos mocasines con tachuelas.

Durante otra de las jornadas, Máxima de Holanda apareció con unos zapatos con hebilla y un tacón de 3 centímetros, combinado con una falda de vuelo. Parece que la soberana prefería sacrificar la coquetería por la comodidad, pues cada día incluía desplazamientos y visitas.

Eso no quiere decir que la reina Máxima haya sacrificado del todo los altos tacones, pues también los ha lucido para algunas de sus citas con toque más 'working', de oficina.

Como siempre en su caso ha marcado la diferencia con joyas y detalles de impacto: grandes collares, originales pendientes... Un estilo todoterreno que, unido a su cercanía y profesionalidad, han convertido este viaje a Costa de Marfil en otro éxito para la 'embajadora' Máxima. Aunque su ruta no acaba, pues desde aquí se ha trasladado a Senegal.

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