Máxima de Holanda sorprende en la preboda de la Duquesa de Medinaceli en Jerez

Todo está listo en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera para acoger este sábado, 14 de octubre, una de las grandes boda del año entre Victoria Elisabeth von  Hogenlohe-Lagenburg, Duquesa de Medinaceli, y Maxime Corneille. La fiesta preboda ha contado con una selecta lista de invitados, entre ellos, los Reyes de Holanda Máxima y Guillermo acompañados por su primogénita, la Princesa Amalia.

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Los monarcas, amigos personales de la familia, intentaban pasar desapercibidos, pero les sorprendían los flashes de los reporteros apostados en el palacio de Campo Real. Máxima de Holanda ha hecho un guiño a nuestro país con un estilismo en rojo y ha llevado un mantón bordado al igual que su hija quien portaba una flor en su cabello. Entre los invitados, Luis Medina, primo de la novia, Miriam de Ungría, junto a su hijo, Boris, y Paloma Segrelles se han dejado ver en la fiesta celebrada en pleno centro histórico jerezano.

La gran boda de la Duquesa de Medinaceli y Maxime Corneille

La aristócrata con más títulos del mundo -cuarenta y dos, de los cuales once tienen Grandeza de España- es la hija de Marco de Hohenlohe y Sandra Schmidt-Polexse. Se casa con el argentino Maxime Corneille en la iglesia de San Miguel de Jerez. Mismo escenario que eligieron en su día Eugenia Osborne y José Entrecanales. Una gran boda, la más destacado del otoño, que será oficiada por  el sevillano Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp. Un sacerdote a quien la novia, que reside en Madrid, conoce desde su infancia. Hace unos días celebró el bautizo de la segunda hija de los Duques de Huéscar.

El enlace reunirá a apellidos ilustres de la nobleza tanto de nuestro país como a nivel internacional y también royals. El hermano de la novia, Alexander von Hogenlohe-Lagenburg, será el responsable de llevar a la Duquesa de Medinaceli al altar como padrino. Su padre murió hace siete años. El posterior banquete tendrá como escenario la finca Santo al Cielo, situada en un enclave privilegiado, en plena campiña.