La Reina Isabel II no gana para disgustos. Después de la salida del príncipe Harry de la Familia Real, la muerte de su marido, el duque de Edimburgo, el escándalo del príncipe Andrés, así como sus propios problemas de la salud, la monarca suma el nuevo referéndum por la independencia de Escocia como una nueva preocupación a sus espaldas.
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Escocia volverá a las urnas el 19 de octubre de 2023 para decidir la independencia del reino. Una segunda votación que llega en medio de los altibajos del gobierno de Boris Johnson y que llega años después de que se rechazase la independencia en 2014. Una noticia que pillaba a la Reina Isabel II en el propio territorio y que supone un auténtico desafío para la monarca puesto que ha expresado en multitud de ocasiones su deseo de que todo el territorio esté unido.
Un día después de anunciar el nuevo referéndum, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, se reunión en persona con la soberana como muestra de respeto. En su encuentro, a pesar de que quieran desvincularse de Gran Bretaña, la política le prometió a la Reina Isabel II que seguiría reinando en el territorio como líder de Estado si Escocia se vuelve independiente.
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No obstante, a pesar del gesto, lo cierto es que la primera llamada a las urnas supuso un auténtico desafío para la monarca puesto que en todo momento expreso su firme deseo de que el pueblo continuara unido. Eso sí, sin apartarse mucho de su neutralidad constitucional. "Espero que la gente piense muy cuidadosamente sobre el futuro", aseguró la monarca días antes de la primera votación. Después, los escoceses decían "No" a la independencia de Escocia con un 55%. La Reina Isabel II siente auténtica devoción por Escocia y hace un año hacía un llamamiento a la "renovación y a las nuevas ideas" del territorio. Una afirmación que llegaba con motivo de la cumbre por el cambio climático y a expensas de que todos los líderes políticos se reunieran en Escocia: "Los ojos del mundo estarán sobre el Reino Unido".
Isabel II reaparece en Escocia en plena tormenta política
A principios de esta semana, la Reina Isabel II viajó a Escocia para participar en la ceremonia de entrega de llaves en Holyrood. Se ha tratado de la primera aparición de la soberana desde los festejos por su jubileo de platino. Una aparición que no se confirmó hasta horas antes de emprender su viaje a Edimburgo debido a sus problemas de movilidad. En el acto, estuvo acompañada por su hijo pequeño, el príncipe Eduardo, y su mujer, Sophie de Wessex. De la misma forma, en su encuentro con la primera ministra escocesa, esta le hizo entrega de una botella de whisky de edición limitada y una manta de tartán que representaba los tres puentes del río Forth.