Kate vuelve a rendir homenaje a Lady Di con su tiara favorita

Como cada año por estas fechas, el palacio de Buckingham vuelve a abrir sus puertas para acoger la tradicional recepción al Cuerpo Diplomático. Es una cita de altura, donde las damas brillan con fulgor gracias a sus trajes largos y sus mejores joyas. En el caso de la realeza, van tocadas con tiaras. Y eso es precisamente lo que se vio. Eso sí, con pocas novedades porque, al menos Kate de Cambridge, volvió a recurrir a su pieza preferida.

Un look de ensueño

La esposa del príncipe Guillermo de Inglaterra acudió bellísima con un vestido de gasa bordado con cristales de Jenny Packham, una de sus firmas de referencia. En un blanco roto y muy favorecedor, Kate casi parecía un hada.

La Tiara Cambridge

El toque final lo dio con la tiara: la llamada Lover's Knot (Nudo del Amante) o Tiara Cambridge. Con esta elección Kate prácticamente establece otra tradición paralela, y es ponérsela para esta recepción. Precisamente la lució en esta misma cita en 2015, 2016 y 2017. Sin duda es una de sus joyas preferidas y además cargada de significado sentimental, pues también era la favorita de su suegra, la recordada Diana de Gales.

Con la condecoración de la Isabel II

Lo completó con unos pendientes de perlas de lágrima, que también suelen acompañar a esta tiara, y con otro elemento muy importante: en su pecho llevaba prendida la Real Orden Familiar de la Reina Isabel II, una condecoración que incluye en un retrato pintado de la soberana actual, abuela de su marido. La lució por primera vez en otra recepción el pasado octubre, en concreto en el Banquete de Estado en honor de los Reyes Guillermo y Máxima de Holanda. Por cierto, con esta misma tiara. Dicha condecoración la concede la Reina, y ya antes la tenían la Duquesa de Cornualles, la Princesa Ana y Sophie de Wessex. Solo se lleva en los grandes eventos de etiqueta.

La tiara más icónica de Diana de Gales

La tiara de Nudo del Amante brilló en muchas ocasiones sobre la cabeza de Lady Di. Realizada por la joyería Garrard en 1914 para la Reina Mary, abuela de Isabel II, siguiendo un diseño de aquella a partir de las perlas y diamantes que pertenecían a la familia. Mary se la regaló a su nieta y esta hizo lo propio en 1981 con la que iba a ser su nuera, Diana, como regalo de bodas. En noviembre de ese mismo año la Princesa la "estrenó" para el solemne acto de la apertura del Parlamento. Después la repitió muchas veces más. Incluso se fotografió con ella con su famoso vestido perlado "Elvis".

Recepción para 1.000 invitados

Kate de nuevo sacó lo mejor de ella misma. Sus grandes dotes para las relaciones sociales hicieron que se moviera como pez en el agua por los salones de Buckingham, donde charló con muchos de los 1.000 invitados presentes.

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La Reina Isabel, la mejor anfitriona

Una soberana en activo a los 92 años

Isabel II también lució sus mejores galas, clásica y regia en el más amplio sentido de la palabra, como acostumbra, y tocada con una de las tiaras de su fabulosa colección. Tras ella iban el heredero Carlos y la esposa de este, Camilla.

Carlos y Camilla, invitados preferentes

El príncipe Carlos, que acaba de celebrar por todo lo alto su 70 cumpleaños, goza de una popularidad renacida en los últimos tiempos. A su lado, la mujer que al fin le ha hecho feliz, Camilla, quien también llevaba en su pecho la Orden de Isabel II.

La duquesa de Cornualles, con otra tiara espectacular

Camilla de Cornualles también escogió para esta cita una de sus tiaras más reconocibles: la tiara Greville, realizada por Boucheron en los años 20. En su día perteneció a la Reina Madre y a su muerte, 2002, pasó a las Colecciones Reales. Camilla tiene muchísimo cariño a esta pieza, que ya el año pasado en esta misma recepción se colocó con orgullo.

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