Dicen los expertos que las monarquías deben tener tres cosas para ser respetadas: Ejemplaridad, transparencia y trabajo bien hecho. No siempre sucede así y en la prensa estamos acostumbrados a ver el día a día de las familias reales, a veces con sus fallos, otras con sus aciertos. En el mundo hay muchas familias reales pero vamos a analizar aquí las europeas, santo y seña de las que tienen una forma parlamentaria, es decir, reinan pero no gobiernan, no son autoritarias. En este punto todas tienen una buena imagen ya que no existe ninguna que mantenga enfrentamientos, al menos abiertos y públicos, con los gobiernos de sus respectivos países. En este sentido puede decirse que son todas intachables.
Tan solo una vez hubo un desacuerdo claro entre un monarca y su gobierno y fue cuando Constantino de Bélgica renunció durante unas horas a ser rey el 4 de abril de 1990 para no tener que refrendar una ley sobre el aborto con la que, por su gran religiosidad, se negó a hacerlo. Su obligación como rey era firmar y como su conciencia no se lo permitía, no lo hizo. Fue algo insólito. De ahí que digamos que en este sentido son todas ejemplares.
Pero quedan otros vectores que aumentan o disminuyen su aceptación por el pueblo, la transparencia y la ejemplaridad. De estas dos cosas sabemos mucho en España por el delicado momento que se vivió en la última fase del reinado de Juan Carlos I, caracterizado precisamente por no tener ninguna de esas dos cosas. Por eso se vio obligado a abdicar y por esas mismas razones, su hijo y sucesor, Felipe VI, es un modelo a seguir. Se sabe en qué se gasta cada céntimo del dinero de los presupuestos generales del Estado, ha renunciado a la cuantiosa herencia de su padre (aunque en teoría esto solo lo podrá hacer cuando este muera) y es norma también no aceptar regalos de un valor alto, salvo los hechos por autoridades y en virtud de su papel representativo como reyes. Esto está, además, perfectamente recogido en la web de la Casa Real. Pero el resto de Casas Reales también tienen normas muy claras al respecto. Pero el problema empieza en el comportamiento ya que no todas las Casas Reales europeas son iguales. La Casa Real danesa y la holandesa han recibido críticas por diversos comportamientos que sus respectivos pueblos no han visto con buenos ojos.
Aunque no se les esperaba, los hijos pequeños de los reyes daneses han aparecido por sorpresa en Groenlandia, lo que ha hecho disparar las especulaciones. Gtres
La familia Real danesa
Ana Jiménez, experta en reputación de marca, cree que "Federico X de Dinamarca, aunque lleva muy poco en el trono, sufrió un gran revés en su imagen cuando sus fotos saliendo de la casa de Genoveva Casanova fueron hechas públicas. No solo no se dio ninguna explicación sino que el escándalo radicaba en varias cosas, por un lado el hecho de estar casado, por el otro, la imagen de un heredero al trono saliendo a primera hora de la mañana por las calles de Madrid y sin escolta. Fue tal el escándalo que pocos días después la reina Beatriz de Holanda abdicó en su hijo, se cree que por las presiones de Mary de Dinamarca ante semejante escándalo". La imagen de ambos reyes no es mala pero tampoco representan una familia austera y entregada, por ejemplo, los fastos de la celebración del cumpleaños de su segunda hija (que no es heredera al trono), han sido desmesurados si los comparamos con otras casas reales.
La Familia Real de Holanda, en el Día del Rey.
Gtres
La familia Real holandesa
Ha tenido alguna que otra crítica por su afición a la vida cara (son una familia muy rica, por otra parte) y viajes de lujo fuera de las fronteras de su país pero "tiene el activo de Máxima que es una reina muy sonriente y espontánea y, recientemente la incorporación de su heredera a los actos oficiales donde se puede ver la continuidad dinástica con una heredera que está cumpliendo con su formación.
Casa Real
La familia real belga
"Poseen una imagen muy blanca pero son poco espontáneos, muy rígidos en el protocolo, aunque sí que tienen una imagen familiar de unión y pocos escándalos", explica Ana Jiménez. Además, sus redes sociales reflejan esa idea de pretender dar una imagen muy constitucional. "Desde luego son una familia que da una imagen conservadora en el estricto sentido de la familia y con cero escándalos, pero no son, ni mucho menos, los más seguidos por la prensa internacional precisamente porque tienen un perfil más anodino que otras", sostiene.
Mette-Marit y Haakon de Noruega en un acto.
Gtres
La familia real noruega
Los escándalos continuados del hijo de Mette Marit no parecen ayudarlos en absoluto y aunque no pertenezca a la familia real de forma institucional, les perjudica. La poca transparencia con este tema agrava más el asunto y, desde luego, el ejemplo que están dando no favorece en absoluto la imagen de marca. "Deberían ser más claros en este asunto, sobre todo teniendo en cuenta que Marius Bjorg ni siquiera es príncipe, ahí están fallando estrepitosamente y más en un país nórdico donde el pueblo tiende a ser muy liberal en sus ideas".
Los Reyes y sus dos hijas haciéndose un selfie.
Casa de S.M. el Rey.
La familia real española
Hay un antes y un después en la figura del matrimonio Borbón-Ortiz príncipes de Asturias y reyes. Desde 2014 no han hecho más que mejorar su imagen y la incorporación de la figura de la princesa de Asturias ha dado imagen de continuidad y estabilidad. Antes de 2014 fueron muchos los escándalos y muy seguidos y la postura de no decir, no actuar, les perjudicó. "Fueron los mayores errores", explica Jiménez, " no dar explicaciones". El caso Noós hizo mucho daño pero más el comportamiento nada ejemplar del rey Juan Carlos, por eso hubo cambios en la institución y por eso ha mejorado muchísimo su imagen".
Felipe y Letizia, aún a pesar de las críticas, tienen una imagen casi perfecta porque son una pareja que transmite trabajo, responsabilidad y ejemplaridad y que, además, han sabido educar muy bien a sus hijas. La princesa de Asturias, en plena formación castrense como futura jefa de Estado, ha empezado a dar mucho activo a la familia real. "Antes los absolutos protagonistas eran Felipe VI y doña Letizia, ahora son el rey y la princesa de Asturias que, además, ha resultado ser una mezcla de dulzura, compostura regia y que da la sensación de que todo lo que hace, lo hace bien". En lo que sí han tardado bastante es en abrirse una cuenta de Instagram "que era algo que se pedía a gritos habida cuenta de que hoy la sociedad consume las redes sociales como antaño se hacía con la prensa".
El instagram es, sin embargo "demasiado institucional", no deja lugar a la espontaneidad ni permite ver intimidad de los reyes y sus hijas como sí lo hace, por ejemplo, la británica, mucho más activa y con muchos vídeos de los herederos. Los reyes han ido muy poco a poco mostrando el día a día de sus hijas y eso ha "penalizado un poco su imagen porque a la gente le gusta saber pero parece que eso ha cambiado y quizás ese cambio tenga que ver con los cambios hechos en la Casa Real y también en que tanto Leonor como la infanta Sofía ya son mayores de edad". Por supuesto la formación militar de la heredera ha tenido muchísimo eco en esa visibilidad y así es como tiene que ser ya que es la forma en la que los reyes están diciendo: aquí os mostramos el resultado de nuestro trabajo.
La reina Letizia ha tenido que lidiar con muchísimas críticas desde que se casó con Felipe VI pero en los últimos años su imagen se ha consolidado y revitalizado. "Desde que es reina pero desde que la princesa Leonor ha comenzado su vida pública, está más relajada, domina la situación a la perfección y se muestra mucho más espontánea, seguramente por todas las críticas que ha recibido". Es una mujer con una gran capacidad para el trabajo, meticulosa en su trabajo y muy interesada en dar voces a colectivos muy desfavorecidos como las familias con niños con enfermedades raras.
"Su compromiso se nota que es sincero, su trato con la gente es de profunda empatía y está mucho más relajada cuando se rodea de personas del pueblo que cuando lo hace en actos con tiara donde guarda mucho más las apariencias, digamos que se siente mucho más cómoda haciendo un trabajo de calle que de palacio". Sin lugar a dudas su imagen se revitalizó enormemente después de lo que pasó en la Dana donde ambos, pero muy especialmente ella, se mostraron cercanos, sensibles y profundamente afectados escuchando las tragedias de los afectados por las riadas. Si Juan Carlos I se ganó su puesto el 23 F, Felipe VI y Letizia han tenido dos hechos marcados en su reinado, el referéndum y su compromiso con la Constitución y Valencia".
Si hay que ponerles un pero "ese sería que siguen sin explicar a qué lugares viajan cuando están de vacaciones", explica Ana Jiménez. Quizás no lo hagan porque temen las críticas si eligen destinos caros "pero deberían mostrar más qué hacen en su tiempo libro".
Los Reyes Camilla y Carlos junto a los príncipes de Gales y sus hijos.
Gtres
La familia real británica
La muerte de Isabel II puso fin a una era. Ella representaba una forma de entender el mundo anterior por lo que su deceso puso un punto aparte a la anterior etapa. Aunque tuvo sus más y sus menos con su pueblo, especialmente cuando murió Diana de Gales, era profundamente querida y su marcha supuso el gran disgusto de toda una nación. Isabel II no tenía ni usaba redes sociales propias ni falta que le hacía, pero su hijo y heredero Carlos III, sí. Y, sobre todo su nieto, Guillermo que, junto con Catalina, conforman la parte fresca de la relación. "Carlos III sigue siendo un enigma para los ingleses como lo fue su madre pero sin el carisma de esta, pero le salva su faceta como abuela y el hecho de estar enfermo hace que el pueblo pueda sentir compasión hacia él". Salvo acontecimientos extraordinarios, no se prevé que pase a la historia con mayúsculas. Su mujer, la reina Camila, tampoco ayuda. "No tiene la personalidad de Diana ni de lejos y, aunque los británicos ya la han aceptado como la esposa de su rey, su carisma en mínimo y, además, no parece gustarle demasiado ejercer su papel de reina".
Los Windsor siguen teniendo dos grandes piedras en el zapato, el príncipe Andrés y Harry y Meghan que son vistos como personas totalmente frívolas que quieren solo los beneficios de la Firma pero no sus obligaciones. Meghan es una fuente incansable de titulares negativos, el último saber que firma como Su Alteza Real cuando no debería (aunque sí posee todavía el tratamiento), y las críticas de su documental donde en realidad no cuenta nada. La parte fuerte son los herederos que además cuentan ahora con el profundo cariño que tiene el pueblo hacia la princesa de Gales porque tiene cáncer y no se sabe bien hasta qué punto está enferma. "Esa falta de transparencia no es buena"; explica Jiménez, "y es una pena porque son el gran activo de la corona. El hecho de tener, además, esos tres hijos que parecen casi perfectos y que "todos podemos ver todo el rato", es otro activo más en su cuasi perfecta imagen.