Si algo está demostrando Pelayo Díaz en 'Supervivientes 2025' es fortaleza. Se ha convertido en uno de esos concursantes 'sorpresa' que ha logrado conquistar a gran parte del público, especialmente a quienes no caía en demasiada simpatía en su pasado televisivo. Sin embargo, su paso por el 'reality' de supervivencia está cambiando radicalmente la imagen que muchos tenían del diseñador de moda, y su nombre suena, incluso, como uno de los favoritos para ganar la edición. Se muestra como el mejor pescador del grupo, un gran jugador en las pruebas, fuerte, resistente física y mentalmente... Pero no siempre. Como todos, también tiene una parte vulnerable, y ha terminado saliendo.
El diseñador no ha podido evitar derrumbarse, esta semana, y sacar su lado más vulnerable. Pelayo ha sufrido un importante bajón anímico que no ha dudado en compartir con sus compañeros. "Hoy no es un buen día, llevo todo el día disimulando que estoy sensible", se sinceraba Pelayo junto a Joshua Velázquez y Nieves Bolós, dos de sus compañeros de playa y buenos amigos.
Ellos, preocupados, corrían a sentarse junto a su compañero, al ver que empezaba a ponerse a llorar. "No sé si tiene que ver con la comida o qué", continuaba confesando, entre lágrimas y con voz temblorosa, "estoy que todo me importa más", se sinceraba. Y su bajón tenía dos claros motivos, por un lado, la falta de comida, que le está pasando factura y afectando a todos los niveles, y es que, en parte, se siente culpable del hambre que está pasando el grupo: "Estamos todos comiendo menos, y yo me siento responsable, porque me he encargado de la supervisión de la comida... y yo soy muy responsable, no lo entiendo", se machacaba ante sus compañeros.
Ellos no tardaban en intentar animarle, consolándole con que pronto tendrán gafas y podrán salir a pescar: "Mañana tenemos gafas y vas a decir 'quitadme estos peces de encima'", le señalaba Joshua, tratando de quitarle hierro al asunto, para que Pelayo se sintiera menos culpable.
"Pero estoy dolorido, estoy como de bajón y odio estar así, no me apetece ni ir a pescar, no tengo energía... yo siempre estoy con energía", continuaba confesando Pelayo, visiblemente afectado.
Nieves y Joshua consuelan a Pelayo
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Pese a estar pasando un mal rato, Joshua celebraba ver, por fin, a un Pelayo más humano: "Me encanta ver a este Pelayo, más vulnerable", y es que ambos le señalaban que no siempre tiene que mantenerse fuerte si no lo siente así. Y es justo lo que le está ocurriendo. "Tú lo has dicho, estoy vulnerable, sin comer, sin dormir bien, que me duele la espalda...", apuntaba Pelayo.
Joshua y Nieves se fundían en un abrazo de apoyo con el diseñador, para pasarles un poco de su energía positiva. Y era entonces cuando Pelayo desvelaba el segundo motivo de su bajonazo: la realidad de lo que vive con el otro grupo.
Su rivalidad con la otra playa es evidente. El mal rollo con Carmen Alcayde y Montoya es palpable desde España y sus discusiones son constantes. El dúo no duda en tachar de egoístas al grupo de Pelayo cuando, tras ganar las pruebas, deciden no compartir su comida con el resto. Entonces protagonizan duras discusiones en las que el diseñador siempre se muestra fuerte e incluso duro e indiferente. Sin embargo, Pelayo, aunque lo intenta disimular, asegura que sufre con este conflicto. "Yo me hago el duro frente al otro grupo, como que no pasa nada, pero me pasa factura también", le confesaba a sus compañeros.
Y es que, asegura, "yo entiendo que ellos llevan una semana y pico fatal, pero yo estoy famélico", comenzaba explicando, "y yo tengo empatía siempre cuando ellos ganan, creo que nos debemos alegrar más por las cosas buenas de los demás", continuaba. Parece que Pelayo no termina de entender por qué sus compañeros no se alegran de que reciban recompensas y puedan comer, mientras él sí lo hace cuando es al revés.
Eso sí, pese a su importante bajón, ha dejado claro que esto no significa que esté pensando en abandonar. En ningún momento. Y él mismo ha querido aclarárselo al público, en un claro mensaje dirigido a la audiencia: "Pero que estoy feliz, eh, no me quiero ir en ningún momento", comenzaba diciendo ante la cámara, dejando claro que esto era solo un bache y no una activación de protocolo de abandono. Es más, ha dejado clarísimo que su mente sigue fuerte y que está dispuesto "a dar el callo hasta el último suspiro", porque quiero llegar hasta el final".