El calendario ya está marcado: del 4 al 9 de junio, el camino hacia El Rocío vuelve a desplegar esa tradición que sólo se entiende si se ha vivido. Las hermandades ultiman sus carretas, los tamborileros afinan ese compás ancestral que sólo se oye entre pinares, y las más devotas hacen lo que pueden para que la maleta cierre. Porque si algo tiene el Rocío es que, aunque no figure en el circuito oficial de pasarelas, tiene su propio dress code: uno que no se improvisa (o sí, pero con arte), ni se copia de las ferias andaluzas. La moda rociera es otra cosa. Más austera, más real, más funcional, más de faldas con volante en el bajo y flores que no buscan la foto, sino el sentimiento.
El Rocío no es Feria, y eso las que son de Huelva lo saben desde chicas. Aquí el estilismo no es sólo cuestión de estética, sino también de simbología, de esfuerzo y de comodidad. El camino es largo, el polvo no perdona, y el sol —cuando aprieta— exige tejidos naturales, tonos claros y patrones que permitan moverse, bailar y sudar sin perder ni un ápice de dignidad. Pero no todo el mundo va equipada con una bata rociera heredada de la abuela o con un conjunto confeccionado por alguna firma de renombre. Y eso es perfectamente comprensible.
A veces te invitan a El Rocío como quien te invita a una boda a última hora, y claro, una hace lo que puede: se mete en Zara y busca algo que “dé el pego”, con perdón de Almonte y su gente. Porque sí, se puede estar a la altura sin necesidad de llevar la moda tradicional al albero de la aldea onubense —aunque eso exija un ejercicio de estilo algo más refinado de lo que solemos ver por redes, que muchas veces confunden lo rociero con lo folclórico (y no es lo mismo, ni parecido).
Aquí van tres tops de Zara que, con las combinaciones adecuadas, podrían pasar por piezas con alma de aldea. Tres alternativas con acento boho, aire artesanal y cierto aroma a Huelva. Porque si hay algo que une la moda y El Rocío, es que ambas son, en el fondo, una cuestión de fe: en el estilo propio, en la belleza imperfecta, en los códigos que se transmiten sin necesidad de pronunciarse.
Top halter combinado de Zara 17,95 euros
Zara
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El primero es un top de cuello halter, con escote en pico y tejido elástico tipo nido de abeja. La espalda queda ligeramente al descubierto, pero no cae en lo vulgar. Tiene un bajo rematado con volantes que para el Rocío, es un sí rotundo. El volante, cuando está bien situado se convierte en aliado: no pesa, no recarga, pero acompaña.
Para que funcione en el contexto rociero, la clave está en no dejarlo solo. Acompáñalo con una falda larga de lino o algodón con encajes en el bajo, a ser posible blanca, cruda o en un verde oliva empolvado. Los accesorios deben reforzar la narrativa: zarcillos dorados con forma de lágrima, recogido bajo con pañuelo estampado y unas botas camperas limpias pero ya usadas. El top halter puede parecer moderno en una percha, pero en el camino lo agradecerás. Y así, sin esfuerzo, parece que llevas el Rocío en la sangre desde antes de andar.
Top halter combinado de Zara 17,95 euros
Zara
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Este top es blanco, perforado, con mangas falsas a partir de volantes que flotan como alas al viento. Tiene escote en pico, sí, pero no deja de tener ese aire angelical que tanto gusta ver en las mañanas rocieras, cuando el sol aún no castiga y el frescor del amanecer se cuela entre los pinos. Los calados son florales transpiran muchísimo, aparte de darle textura a la prenda.
Este modelo pide a gritos una falda con calados a juego. Puede ser una falda evasé de broderie inglesa, con volante en el bajo, y a poder ser, con cierto vuelo que permita caminar y bailar sin que se te suba todo el conjunto al primer paso de baile. Un chaleco tipo ecuestre ligero, unos 'botos' de Valverde y una trenza ladeada rematarán un estilismo que gritará “hermandad de Huelva” aunque no hayas pisado la ermita en tu vida.
Top punto volantes de Zara 25,95 euros
Zara
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El tercero es un top en punto fino, de color marfil, con escote en pico y volantes que recorren tanto el pecho y las mangas como el bajo. Es sencillo, sí, pero no soso. Tiene ese encanto de las prendas que no pretenden deslumbrar, pero acaban brillando por su diseño simple.
Combínalo con una falda fluida en color tabaco, de lino grueso o algodón lavado, con bajo festoneado o bordado en contraste. El resultado será un conjunto que huele a saca de romero, a lomo de mula, a rosario y a camino de arena. Este look es ideal para quienes no quieren parecer disfrazadas, pero sí conectar con la estética del camino. Porque en el Rocío, el estilo no se impone: se camina con él.