La vida de la Infanta Cristina ha sido intensa pese a, a priori, haber nacido con una ruta marcada. Desde el momento del nacimiento de su hermano menor, el Rey Felipe VI, el destino de Cristina quedó decidido: tendría una vida todo lo más “normal” posible dentro de sus posibilidades como hija y hermana de Rey. Para sus hijos los Eméritos quisieron que pudieran casarse por amor y no por intereses de sangre. Ninguno de los hijos de Juan Carlos I y Sofía salió de casa buscando príncipes o princesas, aunque la triste realidad es que a día de hoy el único matrimonio que sobrevive es el de los actuales monarcas.

Cristina eligió a un joven deportista que en aquel entonces parecía más que adecuado. El carismático joven se llamaba Iñaki Urdangarin y tras un breve noviazgo se dieron el sí quiero el 4 de octubre de 1997 en Barcelona, ciudad donde ambos vivían. Después de la boda llegaron los hijos: Juan Valentín en 1999, Pablo Nicolás en el año 2000, Miguel en 2002 y la benjamina Irene en 2005. Después de los hijos, con el tiempo, llegaron los problemas legales derivados de los hechos delictivos que Urdangarin llevó a cabo a través de su fundación y que concluyeron con una condena de cárcel de casi seis años.

En aquel momento muchos, incluido su padre, aconsejaban a Cristina que se divorciara, pero ella apostó por su relación. Tristemente años después se enteraría por una revista que, después de aquellos años de apuesta personal por su matrimonio, su marido había buscado el calor en otros brazos. Hoy, al cumplir los 60, Cristina de Borbón es una figura un tanto misteriosa que afronta una nueva etapa vital con un escenario muy diferente al que había soñado. La psicóloga Lara Ferreiro, y autora de‘Ni un capullo más’ (Grijalbo, 2025), analiza cómo enfrentará la Infanta Cristina este nuevo capítulo de su vida.

Cristina disfruta siendo una madre presente, especialmente en los compromisos deportivos de su hijo Pablo.

Cristina disfruta siendo una madre presente, especialmente en los compromisos deportivos de su hijo Pablo.

Gtres

“Ha roto con expectativas que no podía cumplir”

¿Qué significa para la Infanta Cristina cumplir 60 años? Según Lara Ferreiro, “un cierre simbólico. El fin de todo: de su familia, los niños ya han crecido. También el fin de esta década, de su separación emocional, es una liberación”. Y desarrolla más su idea, “para mí es una oportunidad de que ella sepa quién es por sí misma, quién soy yo de verdad”. Según Ferreiro, es el momento de que se pregunte “¿Qué me gusta? ¿Qué me inspira? ¿Qué me queda por vivir?” Y es que bajo el punto de vista de nuestra psicóloga de cabecera “al final está más sabia, más selectiva, más profunda y rompe con muchas expectativas que a lo mejor a día de hoy no se pueden cumplir”, porque “con 60 años ya no tienes cuentas que rendir, ya no disimulas, ya no está bajo el foco real ni institucional”.

Para nuestra psicóloga, “la Infanta Cristina está en el momento perfecto para reconstruirse, un tiempo en el que puede priorizarse sin culparse”. Y es que, “a día de hoy es una mujer libre, divorciada, que ha cumplido con las expectativas de la maternidad y que disfruta de una acomodadísima situación económica que le da toda la libertad del mundo”. Sería muy común que “aprovechara este momento para redefinir sus nuevos hobbies o reparar vínculos emocionales importantes". Según nos cuenta Lara Ferreiro es muy común que mucha gente encare esta nueva etapa de la vida, la de los 60, hacia trabajar en relaciones personales y familiares “no sería raro que quisiera reconstruir lazos con su madre o con su padre si se han resentido durante su última etapa junto a Iñaki”.

“Está entrando en la que será su mejor década”

En este momento de la vida al que se enfrenta ahora la Infanta Cristina al cumplir los 60 hay un momento trascendental según Lara Ferreiro “sus hijos la van a dejar de ver cómo solo una madre, ahora va a convertirse en un ente con vida propia que es dueña de su propia historia”. “A Cristina le apasiona el arte, el deporte, la meditación, viajar y esto forma parte de quien es como individuo más allá de sus obligaciones como madre, hermana o hija”, afirma Ferreiro. Es muy posible que en cierta manera “a los 60 años empieza de nuevo a vivir a su manera”. Según Ferreiro, “va a pasar de la esposa engañada a la Cristina empoderada, más autentica, más serena y con más capacidad de disfrute”.

En este punto de la conversación Lara Ferreiro asume que “me da la sensación que va a ir hacia un renacer, hacia descubrir todo lo positivo”, pero hace una advertencia “aunque si no lo gestiona bien también Odría darse de bruces con el síndrome del nido vacío y sus consecuencias, aislamiento, soledad no elegida, tristeza crónica”.  “Si me preguntaras por mi apuesta personal, te diría que Cristina está entrando en la que va a ser la mejor década de su vida”, me comenta Ferreiro y continúa desarrollando “esa década en la que sabes ya quien eres, qué no quieres y estás dispuesta a recibir con brazos abiertos todo lo que esté por llegar”. Para finalizar, la psicóloga Lara Ferreiro recuerda que “ella quiso más a su marido por encima de ella misma y eso creo que es algo que le puede pesar. Y como balanza, a lo mejor se da cuenta que a partir de ahora toca quererse más a sí misma”.