Es uno de los eventos destacados para la Familia Real británica al que, año tras año, los Windsor nunca fallan. "Royal Ascot no es únicamente un evento hípico de primer nivel, es una pieza viva de la tradición británica y un teatro cuidadosamente coreografiado donde la monarquía, la alta sociedad y el protocolo se dan cita bajo la mirada pública", asegura la experta en protocolo y etiqueta María José Gómez y Verdú. Desgranamos junto a esta profesional algunas de las curiosidades de esta célebre competición. 

Ascot se celebra desde 1711. Una competición de cinco días en las que el hipódromo de Ascot, ubicado en el condado de Berkshire, se convierte en epicentro del mundo. Son muchas las miradas que acoge esta carrera cada mes de junio. La experta señala que es mucho más que apuestas o sombreros extravagantes. "Es, esencialmente, una declaración de continuidad institucional".

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A pesar del paso de los siglos, la Familia Real siempre es protagonista de este escenario simbólico. "Isabel II, gran apasionada de los caballos, convirtió Ascot en una extensión de su presencia pública; no solo asistía cada año, sino que sus propios caballos competían", recuerda María José Gómez y Verdú. Añade que el Royal Procession, la entrada en landós tirados por caballos que inaugura cada jornada, "no es un gesto vacío: es una alegoría del deber real que, aun en el siglo XXI, sigue desfilando con la misma solemnidad".

El protocolo en Ascot: "La vestimenta está estrictamente regulada"

María José Gómez y Verdú destaca que en Ascot, el protocolo no se reduce a la etiqueta. "Se eleva a arte ceremonial". Dentro de ese ritual codificado, el dress code ocupa un lugar central. "A diferencia de otros eventos sociales, Ascot no permite la improvisación estética. La vestimenta está estrictamente regulada en función del área en la que se asista, lo que convierte al atuendo en un marcador silencioso de pertenencia y jerarquía".

La experta en protocolo explica que en el exclusivo Royal Enclosure, donde solo se accede mediante invitación patrocinada, los requisitos son los más estrictos. "Las mujeres deben vestir trajes o vestidos con largo por debajo de la rodilla, tirantes de al menos 2,5 cm, y un sombrero de ala estructurada, los tocados no son suficientes".

En este espacio reservado de Ascot no se permiten los escotes pronunciados, tampoco los vestidos sin tirantes ni las transparencias. La vestimenta es muy estricta tanto para ellas como para ellos. "Los hombres, por su parte, deben llevar chaqué negro o gris, chaleco, corbata tradicional, camisa blanca, zapatos clásicos y sombrero de copa". La experta recuerda otro importante detalle. Y es que no se permiten los relojes inteligentes ni complementos que alteren la sobriedad del conjunto. 

La Familia Real británica en Ascot

La Familia Real británica en Ascot

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Un nivel más accesible, pero aún riguroso, es el Queen Anne Enclosure. La experta añade que en este lugar las mujeres pueden optar por vestidos elegantes con tocado, y los hombres deben llevar traje y corbata. "Se permite un poco más de libertad en colores y formas, pero siempre dentro de los límites de lo considerado formal".

En cuanto al Village Enclosure, una zona más reciente ideada para atraer a un público joven y cosmopolita, se mantiene un espíritu festivo y contemporáneo. "Aunque se requiere traje y corbata en los hombres y vestidos o conjuntos cuidados en las mujeres, el estilo puede ser más relajado. Finalmente, en el Windsor Enclosure no hay un dress code obligatorio, aunque sí se espera una apariencia cuidada. Aquí el ambiente es más distendido, pero sigue dominado por un tono de elegancia veraniega", afirma María José Gómez y Verdú.

La evolución del dress code en Ascot, de la mano de la experta María José Gómez y Verdú

El dress code ha evolucionado en los últimos años con el único objetivo de adaptarse a las nuevas sensibilidades. La experta en protocolo recuerda que en el año 2017 se aceptó por primera vez que las mujeres "usaran pantalones de traje o monos de una sola pieza, siempre que mantuvieran la formalidad exigida. También se ha abierto la puerta a cubrir la cabeza con turbantes y otros elementos culturales, reflejando una cierta apertura hacia la diversidad".

Kate Middleton y el Príncipe Guillermo acuden a Ascot

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¿Han existido cambios sustanciales en Ascot en lo referente a la etiqueta? "En el fondo, busca preservar el espíritu de la tradición sin cerrarse por completo al cambio. La clave está en permitir la modernidad, siempre que no erosione la forma", apostilla María José Gómez y Verdú.

Ascot siempre se asocia a los espectaculares sombreros y tocados que llevan las mujeres. Sobre este punto se detiene la experta. "Merece una mención aparte. Es mucho más que un accesorio decorativo. En Ascot, el sombrero es casi un lenguaje paralelo: comunica experiencia, posición, incluso discreta audacia". Y es que agrega que la calidad, proporción y equilibrio del sombrero hablan de un saber estar que no se improvisa. "Muchas asistentes trabajan durante meses junto a diseñadores especializados para encontrar la pieza perfecta, en una suerte de diálogo entre creatividad y formalismo".

Beatriz de York triunfa con su tocado en las carreras de Ascot

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El fallecimiento de Isabel II, el 8 de septiembre de 2022, ha provocado que Ascot haya desplazado el foco hacia la Reina Camila y Kate Middleton. La experta en protocolo sostiene que las carreras de caballos se han convertido en algo más que una reunión de élite o una costumbre anacrónica. "Es un escenario donde se representa el equilibrio entre herencia y adaptabilidad. Un barómetro social que mide con precisión cuánto puede moverse una institución sin perder su esencia".

 

Como conclusión, María José Gómez y Verdú explica que en tiempo en los que las Casas Reales buscan redefinir su papel, la británica ha encontrado en esta competición hípica una "herramienta silenciosa de legitimación". "La forma no es vacía: es una gramática que ordena. Porque en Ascot, como en toda monarquía que entiende el valor del símbolo, vestirse es una forma de gobernar", asevera.