Al igual que la mayoría de sus colegas y compañeros de profesión, esta crisis ha

pillado a Manu Tenorio, de 45 años, volcado en mil proyectos que cuestan mucho esfuerzo y trabajo sacar adelante. Ahora todo ha quedado cancelado o retrasado, en el mejor de los casos. “Es lo que toca”, afirma el cantante resignado y muy consciente de la obligación que tenemos todos de quedarnos en casa. Un encierro que esta compartiendo con sus compañeros de vida: su mujer, Silvia Casas, y su hijo, Pedro, que se han convertido en un chute de energía en esta complicada situación a la que se está enfrentando el cantante y el resto de españoles.

¿Todos bien en casa?

Sí, gracias a Dios, y nuestros familiares más allegados también están bien, menos una tía

de mi mujer, que se ha contagiado de esta enfermedad, pero poco a poco se va recuperando.

¿Cómo lo estáis llevando?

Tenemos momentos para todo a lo largo de la semana, pero ya parece que hemos

asumido las circunstancias y  nos hemos hecho cargo de la situación que estamos viviendo y, en general, lo estamos llevando bien. Nos hemos concienciado mucho de nuestras obligaciones.- confiesa el cantante tras una profunda reflexión a la que se ha enfrentado durante estos días de encierro.

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¿Y el pequeño Pedro?

A tenor de las noticias que salen publicadas, los que mejor se están portando y gestionando son los niños. Los pobres son los que menos se quejan y los que más necesitan salir porque tienen más energía, pero cuando ponen multas por ahí, es a los mayores no a ellos. Habría que hacerles un homenaje. -Cabe recordad que el pequeño Pedro ya tiene los siete años, lo que supone que está en un delicado momento ya que está en esa etapa más activa de salir a jugar a la calle con otros niños.

Como compensación, los niños disfrutan más de la compañía de sus padres…

Sí, eso es una de las lecturas positivas que está teniendo esto. Nosotros ahora pasamos mucho más tiempo con nuestro hijo, porque no podemos salir de casa y lo estamos disfrutando. Aunque es cierto que desde un principio, elegimos tener un hijo para disfrutarle y siempre le dedicamos tiempo.

¿Cómo os organizáis con él?

Desde el principio, tuvimos claro que debíamos organizarnos muy bien el tiempo. No

levantarnos cada día y pensar en lo que íbamos a hacer, porque esto podía ser una locura.

La mejor forma era hacernos un pequeño horario para ver cómo nos íbamos a repartir las

tareas en casa y decidimos que una serie de horas estaría yo con el niño y otras, mi mujer.

En la medida de lo posible, ambos tenemos que seguir desarrollando nuestro trabajo.

Le ayudamos con sus tareas escolares, aunque también tiene su tiempo de esparcimiento, como es lógico. Lo que sí hemos notado que, como pasamos tanto tiempo leyendo con él, está avanzando muchísimo. Mi hijo entró en el encierro leyendo torpemente y saldrá leyendo El Quijote. Todo en la vida es la repetición.