Máxima de Holanda es una de las reinas que más cariño despiertan no sólo entre sus súbditos sino a nivel internacional. La argentina ha conquistado a los holandeses a base de su naturalidad y cercanía, pero además,su elegancia ha hecho que los estilistas del mundo entero se rindan a su pies.

Además de su inigualable estilo, el gusto de la Reina de Holanda por las joyas y su afán de elegir siempre los complementos más acordes a sus looks, las apariciones de Máxima tienen siempre el toque final en alguna de las espectaculares tiaras que la monarca posee.

La Casa Real holandesa dispone de uno de los joyeros más fastuosos de la realeza europea. Diamantes, rubíes, esmeraldas, perlas, zafiros… Un sueño para los amantes de las joyas que además, como es el caso, tienen un enorme valor histórico al margen del económico.

Tiara de las estrellas

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Es la tiara que Máxima Zorreguieta lució el día de su boda con Guillermo de Holanda. Esta pieza perteneció a la esposa del rey Guillermo III de Holanda. Se trata de una pequeña diadema de diamantes a la se puede incorporar cinco estrellas de diamantes que la Reina Emma, segunda esposa de Guillermo III, recibió como regalo de boda de su familia

La tiara Festoon

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Es una tiara convertible en collar. El rey Guillermo III se la regaló a su hija, la reina Guillermina, en 1889 cuando esta tenía nueve años de edad. El monarca compró el conjunto en la joyería Vita de Ámsterdam por 115.000 florines. Hasta 2003 siempre había sido utlizada como collar, ese año la princesa Máxima sorprendió en un acto al aparecer con el collar festoon convertido en tiara.

La tiara de diamantes

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Esta impresionante tiara, una de las preferidas de la futura reina Máxima, está formada por 27 enormes diamantes en forma de rosa. Fueron extraídos de los cantos de 34 diamantes grandes, que formaron parte de los regalos de boda de la Reina Emma

Tiara Pavo Real

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Máxima rescató esta soberbia joya de diamantes y rubíes que llevaba sin vista desde hacía 30 años. De estilo art decó, data de 1897, año en que la reina Guillermina llegó al trono. A su muerte en 1962 la legó a su nieta, la princesa Irene, que la utilizó con frecuencia durante su matrimonio con Carlos Hugo de Borbón Parma. Cuando se divorciaron en 1891, Irene regresó a su país y devolvió la tiara al joyero real donde durmió un letargo de 30 años. 

Antigua tiara de la reina Guillermina

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La princesa Máxima de Holanda lleva en esta imagen la tiara Antigua de la reina Guillermina. La abuela de la reina Beatriz encargó la joya para llevar en ella las perlas que pertenecieron a la princesa de Orange Amalia de Solms-Braunfels (1602-1675). Estas gemas son algunas de las más antiguas que se conservan en el tesoro real.

Tiara de zafiros

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Esta tiara también fue realizado por el joyero Mellerio en París en 1881, para la reina Emma, tatarabuela del príncipe Guillermo. Se utilizaron diamantes sudafricanos y zafiros de Cachemira y el zafiro central de la tiara, que fue convertido en un espectacular broche, perteneció a la Reina Ana, nacida gran duquesa de Rusia

Las tiaras de Máxima de Holanda

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Máxima de Holanda es una de las reinas que más cariño despiertan no sólo entre sus súbditos sino a nivel internacional. La argentina ha conquistado a los holandeses a base de su naturalidad y cercanía, pero además,su elegancia ha hecho que los estilistas del mundo entero se rindan a su pies.

Además de su inigualable estilo, el gusto de la Reina de Holanda por las joyas y su afán de elegir siempre los complementos más acordes a sus looks, las apariciones de Máxima tienen siempre el toque final en alguna de las espectaculares tiaras que la monarca posee.

La Casa Real holandesa dispone de uno de los joyeros más fastuosos de la realeza europea. Diamantes, rubíes, esmeraldas, perlas, zafiros… Un sueño para los amantes de las joyas que además, como es el caso, tienen un enorme valor histórico al margen del económico.

Tiara de esmeraldas

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Este conjunto de esmeraldas fue un regalo de la Reina Emma a su hija, la reina Guillermina, en 1899. Las gemas formaban parte de la dote de bodas de la princesa Guillermina de Prusia que se casó con el príncipe de Guillermo en el siglo XVIII. Consta de la tiara, un collar, un broche, una pulsera y un anillo. La tiara posee una base desmontable de oro y plata con motivos ovalados que permiten que sea llevada al estilo oriental, es decir, al revés. En su diseño original tenía dos racimos de diamantes circulares y esmeraldas a los lados y se remataba con tres diamantes ovalados y tres esmeraldas. Dos de estas fueron retiradas para conformar los pendientes. El collar está hecho con un intrincado diseño de diamantes y esmeraldas: el cierre es una espectacular esmeralda cuadrada rodeada de brillantes. 

Este conjunto de esmeraldas fue un regalo de la Reina Emma a su hija, la reina Guillermina, en 1899. Las gemas formaban parte de la dote de bodas de la princesa Guillermina de Prusia que se casó con el príncipe de Guillermo en el siglo XVIII. Consta de la tiara, un collar, un broche, una pulsera y un anillo. La tiara posee una base desmontable de oro y plata con motivos ovalados que permiten que sea llevada al estilo oriental, es decir, al revés. En su diseño original tenía dos racimos de diamantes circulares y esmeraldas a los lados y se remataba con tres diamantes ovalados y tres esmeraldas. Dos de estas fueron retiradas para conformar los pendientes. El collar está hecho con un intrincado diseño de diamantes y esmeraldas: el cierre es una espectacular esmeralda cuadrada rodeada de brillantes. 

Tiara Melleiro de rubíes

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A finales del siglo XIX esta tiara tuvo un valor de 160.000 florines, una auténtica fortuna de la época. Era el coste de la pieza que Guillermo III había encargado para su esposa, la reina Emma. El conjunto, formado por esta tiara, un espléndido collar, un brazalete y un fastuoso abanico a juego contiene casi mil piedras entre rubíes y diamantes. La importancia de la pieza era tal que Mellerio confeccionó un modelo en plata para hacer las pruebas sobre la cabeza de la reina antes de acabarla. A la muerte del rey Guillermo (cuya vida amorosa supuso grandes escándalos) su viuda decidió, como símbolo de respeto, sustituir los rubíes por brillantes. Se denominó la Tiara Blanca.

Tiara de perlas o de las margaritas

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También se le conoce como la tiara de la reina Sofía porque perteneció a la primera esposa del rey Guillermo III, Sofía de Wurttemberg. Es una pequeña diadema de diamantes, a la que en 1966 se le incorporan cinco broches de perlas y diamantes con forma de flor, que también pertenecieron a la Reina Sofía. Se vio por primera vez tras su remodelación en la cena de gala previa a la boda de la princesa Beatriz. Fue su abuela, la princesa Armgard, quien la llevó. Un año después, la tercera hija de la Reina Juliana, la Princesa Margarita de los Paises Bajos, la eligió como tiara nupcial. En 1980 la reina Beatriz la llevaría en su investidura y el pasado mes de enero, Máxima de Holanda la lució en el último acto oficial de la reina antes de abdicar.