Toñi Moreno es una de esas personas tan expresivas que no pueden evitar reflejar en su rostro lo que sienten por dentro. Por eso, cuando el periodista Jaime Peñafiel compartió con ella una de sus anécdotas más curiosas no puedo evitar poner cara de asco. Aunque seguro que era consciente de que a más de uno se le daría la vuelta el estómago hasta provocarle nauseas, el veterano comunicador no pudo evitar compartir cómo vivió la coronación de Bokassa, Emperador de África Central, en los años 80.

Aunque el acto en sí era curioso, lo que centró la conversación fue la cena, “traída puente aéreo desde París”, pero con un “plato centroafricano de carne” que Peñafiel recuerda como “riquísimo”. Un adjetivo que sigue manteniendo con el paso de los años a pesar de haber conocido, a posteriori que era carne humana.

“Luego supimos, al cabo de los meses, que descubrieron que los frigoríficos del palacio real que estaba lleno de cadáveres de escolares que él había asesinado en vísperas de su coronación. Utilizó esta carne para el banquete”. “No me cuentes eso”, intentaba cortarle Toñi, que no podía reprimir poner una cara la repugnancia.

“Le depusieron, no le colgaron de milagro y murió en París loco. La carne estaba buena, estaba buena…”, seguía insistiendo el granadino, a lo que la presentadora de ‘Viva la vida’ daba por zanjado el tema: “No te voy a preguntar nada más por este tema por mucho que me insistan. Este tema es muy desagradable".

Por otro lado, Jaime Peñafiel recordó el episodio más duro de su vida, la muerte de su única hija, Isabel Peñafiel, a los 21 años por una adicción a las drogas. “Uno se recupera de todo, menos de la muerte de una hija o un hijo. Por lo general, son los hijos los que entierran a los padres. Pero enterrar a una hija y además única…”, contaba. Según confesaba, en más de una ocasión se ha definido así mismo como un cobarde y es que no pudo verla antes de morir: “Me negué a ver a mi hija cuando me dijeron que ya estaba en las últimas. Porque estaba aterrado”. Ni siquiera fue a verla una vez fallecida, “Lo cual, te ayuda por un lado a pensar que está viva, pero por otro…”, se lamentaba.

La peor anécdota

la-peor-anecdota

Toñi Moreno es una de esas personas tan expresivas que no pueden evitar reflejar en su rostro lo que sienten por dentro. Por eso, cuando el periodista Jaime Peñafiel compartió con ella una de sus anécdotas más curiosas no puedo evitar poner cara de asco. 

Hace muchos años

hace-muchos-anos

. Aunque seguro que era consciente de que a más de uno se le daría la vuelta el estómago hasta provocarle nauseas, el veterano comunicador no pudo evitar compartir cómo vivió la coronación de Bokassa, Emperador de África Central, en los años 80.

¡Carne humana!

carne-humana

Aunque el acto en sí era curioso, lo que centró la conversación fue la cena, “traída puente aéreo desde París”, pero con un “plato centroafricano de carne” que Peñafiel recuerda como “riquísimo”. Un adjetivo que sigue manteniendo con el paso de los años a pesar de haber conocido, a posteriori que era carne humana.

“No me cuentes eso”

no-me-cuentes-eso

“Luego supimos, al cabo de los meses, que descubrieron que los frigoríficos del palacio real que estaba lleno de cadáveres de escolares que él había asesinado en vísperas de su coronación. Utilizó esta carne para el banquete”. “No me cuentes eso”, intentaba cortarle Toñi.

Qué asco

que-asco

“Le depusieron, no le colgaron de milagro y murió en París loco. La carne estaba buena, estaba buena…”, seguía insistiendo el granadino, a lo que la presentadora de ‘Viva la vida’ daba por zanjado el tema: “No te voy a preguntar nada más por este tema por mucho que me insistan. Este tema es muy desagradable".

Momento duro

momento-duro

Por otro lado, Jaime Peñafiel recordó el episodio más duro de su vida, la muerte de su única hija, Isabel Peñafiel, a los 21 años por una adicción a las drogas. “Uno se recupera de todo, menos de la muerte de una hija o un hijo. Por lo general, son los hijos los que entierran a los padres. Pero enterrar a una hija y además única…”.