Eugenia Osborne rompe a llorar al recordar la muerte de una de sus hijas: "La sigo sintiendo dentro de mí. Se aprende a vivir con ello, pero no se supera"

Tras la sonada entrevista de Nuria Fergó en ‘Madres: desde el corazón’, ha llegado el turno de Eugenia Osborne. En medio de la polémica nueva paternidad de su padre, la joven se ha sentado frente a Cruz Sánchez de Lara en este programa de ‘Mitele’ sobre algunas cuestiones completamente desconocidas para los espectadores, como por ejemplo, el momento en el que sufrió la triste pérdida de una de sus hijas tan solo ocho días después de su nacimiento.

Este suceso marcó un antes y un después en su vida, y Eugenia Osborne no ha podido evitar emocionarse ante las cámaras al recordarlo. Y es que, aunque está orgullosa de sus tres hijos, Juan, Sandra y Tristán, recuerda con mucho cariño a Leticia, pues considera que “separarme de ella ha sido lo más difícil a lo que me he enfrentado y seguramente me enfrente en la vida”.

Cuando se enteró de que estaba embarazada por segunda vez, lo que Eugenia no podía llegar a imaginar es que sería “con sorpresa”, pues eran mellizas lo que venía en camino. Todo ello, sumado a que su entonces marido, Juan Melgarejo, vivía en Italia por trabajo, hizo que llegara a sentir cierto miedo por vivir todo el proceso en solitario. Sin embargo, en la semana 27 de su gestación, la joven fue a Jerez para sentirse arropada por su familia, pero algo no iba bien. En su vuelta a Madrid, empezó a sangrar y fue trasladada de urgencia, lo que provocó el parto prematuro de las niñas. Todo iba bien, pero al octavo día, su hija Leticia “no aguantó” y falleció: “Tuve que decirla adiós (…) Se aprende a vivir con ello, pero no se supera. No creo que se pueda superar”, ha asegurado, pues fue un durísimo revés que su padre, Bertín Osborne, ya había vivido previamente con la muerte de su hijo Cristian a las dos semanas de nacer.

Pese a que han pasado más de diez años, Eugenia ha confirmado que sufre el síndrome del miembro fantasma. Este hace referencia a la sensación de vacío que siente un miembro de la familia cuando siente que un fallecido todavía está presente, aunque físicamente no sea así: “Yo a veces sigo sintiendo a Leticia moviéndose dentro de mí, probablemente es cosa de mi cabeza, pero llego a sentir que está aquí, en mi barriga, es una sensación súper rara, y no olvidas”.

Eugenia Osborne destapa las sombras de su primer embarazo: "Se me destrozaron todas las expectativas"

Respecto a la maternidad en líneas generales, Eugenia no lo recuerda como una época fácil. Sobre todo la primera vez que se quedó embarazada, pues tenía como “sueño” mudarse a Italia junto a Juan Melgarejo y comenzar allí una vida en común. Pero la llegada de este bebé truncó sus planes por completo: “Se me destrozaron todas las expectativas que tenía. Fue difícil ser madre, me sentí muy sola, Juan vivía en Italia y yo en Madrid. Mi hermana Alejandra estaba en Sevilla también embarazada, no tenía a mi madre al lado… Y es que al final el embarazo lo llevamos solo las mujeres”.

Esto hizo que, en un primer momento, la hija del presentador no sintiera lo que se conoce como instinto maternal: “Entre que yo era muy joven y que yo no buscaba ese embarazo, me acuerdo que miraba al niño y decía: ‘¿Por qué no me sale el instinto maternal?’ (…) No sé si eran las hormonas o que, pero le veía y no conocía al bebé”. Pero este sentimiento duró poco, y después “el instinto llegó, y lo hizo con muchísima fuerza”.

La hija de Bertín Osborne se sincera sobre la muerte de su madre: "Me enteré por la televisión"

Cabe destacar que estas no han sido las únicas experiencias tristes en la complicada vida de Eugenia. También tuvo que hacer frente a la muerte de su padre, a quien recuerda con mucho orgullo: “Éramos su vida, nació para ser madre”, ha dicho en el programa citado, en el que además, ha hecho hincapié en lo mucho que se querían sus padres incluso después de su divorcio, y la buena relación amistosa que mantuvieron.

Pero todo dio un giro de 180 grados en 2003, cuando Sandra Domecq fue diagnosticada de leucemia, falleciendo un año después en Sevilla a los 50 años de edad: “Ese es el segundo peor momento de mi vida, me enteré por la televisión (…) En esos momentos mi padre estaba intentando hacerlo bien, se estaba esperando a llegar a casa para contárnoslo. Él estaba con Alejandra, que se encontraba destrozada, ten en cuenta que fue ella quien cuidó a mi madre”, ha contado. Pero a Bertín no le dio tiempo a llegar a casa, pues la prensa se adelantó al dar la fatal noticia.