Boris se derrumba al recordar su dislexia infantil y a su madre: "No he llorado su muerte lo suficiente"

Boris Izaguirre ha sido el invitado estrella de la última entrega de 'Mi casa es la tuya' emitida este pasado miércoles 8 e noviembre.

El venezolano, que ejerció de anfitrión, recibiendo a Bertín Osborne en su impresionante casa, mostró una cara que no estamos acostumbrado a ver.

Como es habitual en él, hizo gala de su gran sentido del humor, pero Boris también protagonizó duros y emotivos momentos, como el que vivió al recordar un problema que tuvo durante su infancia y que le marcó profundamente.

A pesar de su gran inteligencia, Boris fue un niño que sufrió dislexia, algo que le causó muchos problemas para aprender a leer o para realizar actos tan simples y cotidianos como atarse los cordones de los zapatos.

Boris reconoce que su madre se entregó en cuerpo y alma  para superarlo, realizando cada día ejercicios junto a él.

Hay que recordar que la madre de Boris falleció en 2013 víctima de un cáncer, una pérdida que el venezolano aún no ha superado. Al evocar a su madre y lo mucho que se esforzó con él, Boris no ha podido evitar derrumbarse.

“no supe atarme los cordones hasta los 9 años”

"Yo sufrí dislexia de pequeño. Con la dislexia no sabía atarme los cordones. Iba siempre con os cordones sueltos hasta los 9 años. Lo más tremendo era el abecedario. Yo tardé muchísimos años en leer porque no podía poner en orden las cosas".

“La dislexia era un problema añadido a mi amaneramiento”

"Mi mamá fue a una amiga suya que le dijo que la dislexia iba a ser un problema añadido al amaneramiento que me iba hacer tener una vida muy difícil porque la gente iba a estar muy contra mí".

“No he llorado lo suficiente la muerte de mi mamá”

"A partir de ahí, mi mamá decidió hacer ejercicios conmigo, que es algo que es muy difícil de recordar para mí, porque yo no he llorado lo suficiente la muerte de mi mamá y me paso los días aterrado de que con la cosa más pequeña vaya a desbordarme".

“Era atroz para mí”

"Mi mamá hacía unos ejercicios en los que yo debía cerrar un círculo, y nunca lo conseguimos cerrar. Era atroz para mí y creo que para ella también era atroz. Era un esfuerzo de amor por parte de ella, volver a casa después de sus ensayos y sentarse conmigo y volver a intentarlo una y otra vez, y el no conseguirlo para mí era algo…”

“Me causa culpa recordarlo”

A mí la dislexia me sigue afectando mucho, sobre todo escribiendo. Es algo que en el fondo me hace bien reflexionar sobre ello. Pero me da mucha culpa recordarlo porque mi madre era una persona que estaba dedicada al control de lo físico, de repente una de las cosas más conflictivas de su hijo era el control de su movimiento”.

“Me convertí en una persona tan egoísta…”

"Pienso que yo no he tenido tiempo de agradecerle a mi mamá. Con el tiempo me fui haciendo una persona tan egoísta… tan narcisista”.