En 1992 la reina Isabel II tuvo que vivir la separación de tres de sus cuatro hijos: el hoy rey Carlos III ponía fin a su tortuoso matrimonio con Diana; la princesa Ana rompía el suyo con Mark Phillips y el príncipe Andrés hacía lo propio con Sarah Ferguson. Al desmoronamiento familiar se unió un incendio que  destruyó el ala norte del Castillo de Windsor, dejando a la soberana devastada. Por eso a nadie le extrañó que en un discurso en el Ayuntamiento de Londres lo definiera como su "annus horribilis". Un calificativo que podría quedarse corto en este 2024 en el que la familia Windsor está atravesando por sus momentos más críticos.

La enfermedad ha golpeado con fuerza y tiene fuera de servicio a dos de sus pilares, pero no es el cáncer del Rey Carlos III y la operación abdominal de la princesa de Gales lo que ha hecho tambalear a la institución. Han sido el secretismo y las mentiras o medias verdades en todo lo relacionado con Kate Middleton (con la manipulación de la famosa fotografía del Día de la Madre como punto de inflexión). Ante la crisis sin precedentes un personaje se ha destapado como la gran baza del Palacio de Buckingham: Sophie de Edimburgo (59), esposa de príncipe Eduardo, hermano pequeño del Rey.

Sophie de Edimburgo

La duquesa de Edimburgo ha aumentado su agenda oficial desde la ausencia de la princesa de Gales.

Gtres

Sophie de Edimburgo, discreta y trabajadora

En la Familia Real menguante, que fue una de las primeras medidas que tomó Carlos III al subir al trono, los duques de Edimburgo ya tenían un papel destacado, pero ha sido ahora cuando su agenda oficial se ha multiplicado. Y el personaje de Sophie Rhys-Jones emerge como uno de los grandes valores, ante la ausencia de Kate Middleton, para hacer tándem con la reina Camila, que ha vuelto al trabajo tras el impasse para reponer fuerzas.

Discreta y trabajadora, la duquesa es una de las royals más queridas por los ingleses, y lo que casi es más importante en el caso de los Windsor, también lo es dentro de su propia familia, aunque no siempre fue así. 

Sophie fue la primera persona que entró a formar parte de la Familia Real inglesa sin pertenecer a la aristocracia (su padre era un próspero vendedor de automóviles y su madre secretaria), conoció al príncipe en 1993 en un partido benéfico de tenis y seis años después anunciaron su compromiso.
El 19 de junio de 1999 se dieron el 'sí, quiero' en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, rompiendo la tradición de la realeza de casarse en la Abadía de Westminster. La primera muestra que dio el matrimonio que querían mantener un perfil bajo y discreto.

Boda de los duques de Edimburgo

El príncipe Eduardo y Sophie se casaron en 1999 en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor.

Gtres

Tras su boda se convirtió en condesa de Wessex (título que ella y su marido han cambiado por el de duques de Edimburgo que les concedió Carlos III siguiendo los deseos de sus difuntos padres) e inmediatamente comenzaron las comparaciones con Lady Di. Su pelo rubio con un corte similar, sus ojos azules y su dulzura parecían un calco de la malograda 'Princesa del pueblo', pero en sus planes nunca estuvo ocupar ese papel. Ella siempre ha preferido mantenerse un paso por detrás, no llamar la atención. Tampoco ha querido ser un icono de moda como otras mujeres de la realeza.

El  príncipe Guillermo y Kate Middleton

También te interesará

Un amigo de Kate y Guillermo desvela nuevos datos sobre su situación

El gran escándalo de Sophie Rhys-Jones

Pero no hay un solo miembro de la Familia Real inglesa que no haya protagonizado un escándalo de mayor o menor magnitud, y Sophie Rhys-Jones no ha sido una excepción.

No habían pasado ni dos años de la boda, cuando se vio envuelta en una polémica que hizo tambalear, una vez más, los cimientos de los Windsor. Ella seguía trabajando en una empresa de relaciones públicas que había fundado junto con un socio y se reunió en un hotel de Londres con un jeque árabe para hablar de negocios. El jeque resultó ser un periodista del diario 'News of the World', que escondió una grabadora y posteriormente publicó toda la conversación en el periódico. Ente otra lindezas, aseguraba que "la gente no quiere que Camila sea reina" y que era "la número uno en la lista de diez personas más impopulares", también se refería a la reina Isabel II como "vieja querida" y, algo imperdonable en el caso de los royals, daba su opinión política sobre el entonces primer ministro Tony Blair "es un ignorante" y sobre su esposa Cherie "es aún peor".

El escándalo fue mayúsculo y el enfado de la reina, que creía que había dejado atrás los momentos familiares más duros, monumental. Sophie tuvo que salir a dar explicaciones: " Estoy muy molesta porque se haya perpetrado una operación-trampa contra mí y contra mi compañía, pero también lamento mucho mi propio error de juicio al caer en ese subterfugio", confesó, y poco tiempo después tuvo que dejar definitivamente su carrera profesional para dedicarse exclusivamente a 'La Firma' (como se conoce a la monarquía inglesa). También lsabel II obligó a su hijo Eduardo a renunciar a su carrera como productor al frente de su propia compañía.

Duques de Edimburgo

Tras verse obligados a dejar sus trabajos en 20o2, los duques de Edimburgo se dedican exclusivamente a representar a la Corona.

Gtres

Este antecedente fallido de compaginar una vida laboral propia con la representación de la Corona fue el mejor ejemplo para, muchos años después, prohibírselo a los duques de Sussex cuando lo intentaron. Otra nueva crisis en el seno de los Windsor, pero esa es otra historia...

El escándalo fue el gran punto de inflexión en la vida de Sophie Rhys-Jones, quien desde entonces se dedicó exclusivamente a representar a la Familia Real. Su discreción y el trabajo han sido sus dos bazas para conseguir borrar esta mancha en su expediente y convertirse en uno de los mejores activos que tiene la institución.

La Familia Real en el balcón del Palacio de Buckingham

La Familia Real, con los duques de Edimburgo y sus dos hijos, en la coronación de Carlos III.

Un parto que casi termina en tragedia

Un año después, la duquesa vivió el momento más difícil de su vida en el parto de su primera hija, Lady Louis Mountbatten-Windsor. A la esposa del príncipe Eduardo le tuvieron que practicar una cesárea de urgencia debido un desprendimiento de placenta por lo que perdió mucha sangre y a punto estuvo de perder la vida. Lady Louis nació el 8 de noviembre de 2003 con un trastorno ocular llamado esotropía, una rara afección que causa estrabismo en un ojo. A los 18 meses tuvo que someterse a una intervención para corregir el problema, que no funcionó, y ya con diez años se hizo una segunda operación que fue un éxito y corrigió su visión: "Está bien ahora, su vista es perfecta", declaró en referencia al problema de su hija.

Lady Louise ha heredado la pasión por los caballos de su abuela, es una gran deportista y estudia Filología Inglesa en la Universidad de St. Andrews, donde se conocieron el príncipe Guillermo y Kate Middleton.

Desde entonces Sophie tiene en la cirugía ocular y la oftalmología una de las causas que más promueve, además de ejercer de  Embajadora Global de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera, una de las 70 asociaciones de la que es patrona. 

La pareja tiene otro hijo, Jacobo Mountbatten-Windsor, conde de Wessex, de 16 años.

Los duques de Edimburgo y sus dos hijos

El príncipe Eduardo y Sophie han tenido dos hijos. Lady Louise y Jacob.

Gtres

Una hija para la Reina Isabel y confidente de Kate Middleton

Sophie de Edimburgo fue la nuera favorita de la reina Isabel II, que se convirtió en una segunda madre para ella cuando la suya falleció en 2005 a consecuencia de un cáncer. Ella le llamaba cariñosamente 'mamá', tomaban el té juntas todos los días y si los compromisos no se lo permitían hablaban por teléfono, tenían la misma pasión por los caballos y juntas veían documentales históricos y películas de guerra. Tras la muerte de su marido, el duque de Edimburgo, su nuera fue su mejor apoyo.

Reina Isabel II y Sophie de Edimburgo

La Reina Isabel II y Sophie se trataban como madre e hija.

Gtres

La Reina siempre valoró la voluntad de Sophie de mantenerse en un segundo plano, trabajando para la Corona sin fisuras, incluso con viajes al extranjero en solitario, y sin provocar ningún otro comentario más que las alabanzas por parte de los británicos a su labor.

Sophie también tiene una relación especial con Kate Middleton. La química y complicidad entre ellas es evidente en todos los actos públicos en los que participan juntas. La princesa de Gales encontró en la tía de su marido un apoyo desde que llegó a la familia y fue fundamental para que pudiera adaptarse más fácilmente a su nueva vida. Les separan 17 años pero comparten un origen común fuera de la aristocracia y muchas aficiones. Una unión que todavía se hizo más evidente cuando el príncipe Harry y Meghan Markle abandonaron la familia, haciendo que los duques de Edimburgo tuvieran un papel todavía más relevante.

Y ahora en estos momentos tan complicados para Kate seguro que Sophie es uno de su grandes pilares.

Los principes de Gales y los duques de Edimburgo

Sophie de Edimburgo y Kate Middleton tienen una relación muy estrecha y una gran complicidad.

Gtres

La situación de los Windsor ha hecho que los focos se hayan puesto todavía más en Sophie. Y ella, siguiendo el camino que se ha forjado a lo largo de estos años, ha respondido como siempre ha hecho: trabajando sin descanso sin hacer ruido. Sin duda, lo mejor que le puede suceder a la Familia Real en estos tiempos revueltos.