El pasado viernes 25 de agosto hubo una celebración por todo lo alto en Noruega: los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit festejaban de manera conjunta su 50 cumpleaños (cumplidos uno el 20 de julio y la otra el 19 de agosto), y además coincidía con el 22 aniversario de su boda.
Así que las condiciones eran ideales para que la pareja se rodease de sus seres más queridos para brindar por todo. Y así fue, pero faltaba alguien: Marius Borg, el mayor de los tres hijos de la princesa, fruto de una relación anterior a emparentar con la realeza.
El joven, de 26 años, se ha criado como uno más en el seno de la Familia Real noruega, aunque no tiene opciones a la línea de sucesión ni un papel oficial en la monarquía. Eso sí, nunca falta a estas grandes citas sociales.
Los 'cumpleañeros' eligieron personalmente el lugar de la celebración, a su propio estilo, en el patio del Palacio Real de Oslo. Ni tiaras ni vestidos largos de gala. Allí se dispusieron unas carpas con 48 mesas decoradas con multitud de flores y plantas para disfrutar de la celebración, a la que asistieron invitados procedentes de todo el país y de diferentes sectores.
Cuando los 'royals' entraron en modo desfile les vimos junto a sus hijos, la princesa Ingrid Alexandra y el príncipe Sverre Magnus; y por supuesto también a los reyes Harald y Sonia, y a la princesa Marta Luisa y su pareja, el chamán Durek Verrett. Solo faltaba Marius.
La ausencia de su hijo mayor en una fecha tan importante llamó poderosamente la atención. Desde palacio se excusaron afirmando que Marius "se encontraba mal". Y todo siguió adelante.
Haakon y Mette-Marit de Noruega pronunciaron unas bonitas palabras y agradecieron a todos estar ahí. "Nos sentimos afortunados", dijeron. En el menú, platos típicos noruegos como el fletán a la parrilla, ternera, sashimi de salmón y una variedad de platos vegetarianos. Para beber, sidra sin alcohol. De postre, tarta y polos helados.
Tras la cena, el Gobierno obsequió a los príncipes con un concierto a cargo de la artista noruega Dagny.
Todos echaban de menos al rubísimo Marius. Sin embargo, no tardó en descubrirse la verdad. Las redes sociales descubrieron al hijo de Mette-Marit en otra fiesta. Una de temática James Bond que tenía lugar en el local de moda Michaels, en Oslo, muy cerca del Palacio Real.
Según las imágenes que han trascendido, Marius iba vestido acorde a la noche: con un impecable esmoquin y en el fajín, entremetida, una pistola de juguete. Aunque ambos son símbolos de la imaginería del agente 007, las críticas han arreciado. Primero, por no acudir a una cita tan señalada para su madre y su padrastro; y segundo, por lo desafortunado de su atuendo.
Hay quienes señalan que Marius no se lleva del todo bien con el príncipe Haakon, aunque nunca han dado muestras públicas de ello y el heredero noruego siempre lo ha acogido con cariño en la familia. Marius no faltó a los festejos por el 18 cumpleaños de su hermana Ingrid, el año pasado.
En las últimas semanas incluso se ha sabido que Marius Borg ha vuelto al hogar materno en Skaugum tras su última ruptura amorosa con la explosiva concursante de 'realities' Nora Haukland. Esto le habría dejado el corazón roto y ahora necesita salir y divertirse en su propio ambiente. Solo esto justificaría el feo público que le ha hecho a su madre y su padrastro.