A sus 44 años, Virginia Troconis se ha consolidado como uno de los mejores referentes de elegancia natural y discreta entre las celebrities españolas. La esposa del torero Manuel Díaz “El Cordobés”, siempre ha presumido de un estilo sereno y sofisticado, demostrando que sí que se puede conseguir una imagen joven y radiante sin artificios.
Con los retoques estéticos cada vez más en alza, es difícil encontrar ese punto de equilibrio entre querer mejorar nuestra imagen y al mismo tiempo no perder nuestra esencia por el camino. Con su frente lisa, el contorno definido y la expresión siempre relajada, todo apunta a la ayuda de la medicina estética como aliada, pero siguiendo el lema de “menos es más”.
“El aspecto facial actual de Virginia Troconis no corresponde al de una mujer promedio de 45 años que no se haya realizado ningún tratamiento estético. Esto no significa que haya recurrido a cirugía ni a cambios agresivos, pero sí es evidente (por su piel, estructura facial, firmeza y armonía) que ha seguido algún tipo de mantenimiento médico-estético”, explica Marta García, esteticista y experta en medicina estética.
Tensado sin cirugía: el poder del bótox bien administrado
Uno de los tratamientos más comentados —aunque nunca confirmados por la protagonista— es el uso estratégico de toxina botulínica. Este es un tratamiento que está en el orden del día de la medicina estética actual, que se suele aplicar en el tercio superior del rostro, con el fin de disimular las líneas de expresión y las arrugas.
Virginia Troconis se abría aplicado bótox en el tercio superior del rostro.
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“El tercio superior del rostro se ve relajado, con frente, entrecejo y patas de gallo visiblemente suaves, con ausencia de arrugas dinámicas profundas. Esto sugiere que le han puesto toxina botulínica de forma natural y precisa, pero manteniendo la expresividad”, afirma Marta. Este tipo de intervención, cuando se realiza con precisión y profesionalismo, permite conseguir un acabado más uniforme y rejuvenecido, pero evitando ese efecto congelado que tan poco nos gusta.
“También se le ve un contorno facial más definido con una línea mandibular más marcada y un óvalo facial más armónico. Esto puede deberse a rellenos con ácido hialurónico en mentón o mandíbula (jawline contouring) o a hilos para estimulación de colágeno. Acompañado de tratamientos reafirmantes no invasivos como radiofrecuencia fraccionada o HIFU”, continúa.
Volúmenes equilibrados: labios y pómulos en armonía
Otra de las áreas que más se recurren en la actualidad, es la zona media del rostro (pómulos y labios). “En las mejillas/pómulos se le nota volumen natural y una proyección de pómulo estructurada, pero sin excesos. Esto se puede conseguir con ácido hialurónico en vector medio que genera un efecto lifting suave sin sobrecargar. Aunque también puede ser efecto de una mejor calidad de la piel y pérdida de peso facial bien manejada”, declara Marta.
Virginia Troconis se podría haber hecho un aumento en el tercio medio (pómulos y labios).
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En cuanto a sus labios, aunque mantienen una forma natural, es evidente que han sido tratados y quizás ligeramente perfilados con rellenos ligeros. “Los labios se notan hidratados y ligeramente más definidos, con mayor definición en la línea del labio y volumen muy sutil.
Posiblemente lleva un retoque labial discreto con ácido hialurónico de baja densidad, combinado con uso de skinboosters labiales como Hydrafacial”, añade la experta. Este tipo de tratamiento no busca transformar, sino devolver la vitalidad que se va perdiendo con los años por la pérdida de colágeno y elastina.
Piel luminosa: tratamientos que marcan la diferencia
Otro de los aspectos que siempre llama la atención de Virginia, es su piel luminosa y sin imperfecciones. Esto no es solo el reflejo de una rutina facial bien diseñada, acorde a sus necesidades cutáneas, sino que también habrá recurrido a tratamientos en cabina que den ese plus de vitalidad.
“Virginia Troconis actualmente tiene una piel luminosa y uniforme, probablemente ha optado por tratamientos como peelings regenerativos de última generación, radiofrecuencia fraccionada y tal vez mesoterapia con vitaminas, ácido hialurónico no reticulado o incluso polinucleótidos”, confirma la esteticista.
Virginia Troconis presume de una piela radiante y libre de imperfecciones.
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“En la zona periorbitaria (ojeras y párpados) se ve una mejoría notable en la luminosidad bajo los ojos y en el párpado superior. Esto puede ser el resultado de tratamientos de ojeras con ácido hialurónico específico, o incluso técnicas como radiofrecuencia fraccionada, carboxiterapia y/o una ligera y sutil elevación del tercio medio con radiofrecuencias multipolares y pulsos magnéticos, que ayuda visualmente a “abrir” la mirada”, añade.
Su resultado de éxito reside en la cogerencia y en no buscar aparentar más joven, sino sacar partido a sus rasgos naturales. “Todo esto indica una estrategia muy bien planificada de retoques sutiles y tratamientos preventivos, probablemente desde los 30-35 años. Justo como se recomienda hoy para envejecer con naturalidad, pero con ayuda profesional”, finaliza la experta.
Y es que en tiempo donde hay mucha presión en las esferas públicas, el secreto está en mantenernos fieles a nosotras mismas. Cuidarse no es esconder los años, sino hacer que el paso del tiempo juegue a nuestro favor. Y en ese arte, Troconis ha sabido encontrar el equilibrio perfecto.