Uno de los objetivos que nos ponemos cada año con la llegada del verano es conseguir ese tono dorado y uniforme en la piel. Sin embargo, aunque siempre nos vemos más favorecidas, es cierto que la sobreexposición puede desembocar en manchas, envejecimiento cutáneo y pérdida de firmeza. Tenemos que tener claro que el daño solar es acumulativo y que la piel es un órgano que tiene memoria.
Afortunadamente, en la actualidad sí que se puede conseguir un moreno saludable, siempre y cuando se sigan ciertas recomendaciones. Porque broncearse no implica "tostarse" al sol durante horas, sino ser tener un buen fotoprotector, unos hábitos pre y post saludables y, sobre todo, sentido común. Hemos hablado con una dermatóloga sobre el tema, quien nos ha dado los consejos que tienes que seguir sí o sí este verano.
“El bronceado es una defensa de la piel ante el sol: es un proceso natural de nuestro cuerpo en el que la capa más externa de la piel actúa como una barrera que ayuda a proteger las células de las capas más internas del daño causado por los rayos ultravioleta (UV) del sol. Sin embargo, el exceso de bronceado puede agotar la capacidad de la piel para protegerse y el daño celular se va acumulando en la estructura de la piel. Esto provoca el fotoenvejecimiento, que es el envejecimiento prematuro de la piel causado por la radiación solar”, explica la Dra. María Segurado, dermatóloga y asesora de NIVEA.
Fotoprotección: la base de un bronceado seguro
Lo primero de todo lo que tenemos que hablar en este terreno es la fotoprotección, que es el mejor cosmético que tener en el neceser, no solo en los meses de calor, sino en cualquier época del año. Uno de los mitos más comunes, que poco a poco está desapareciendo, es que usando protector solar no te bronceas.
El protector solar es el cosmético más efectivo que aplicar en tu día a día.
@emiliesindlev
“El principal riesgo de la exposición solar es la quemadura solar. La piel se enrojece y puede llegar a quemarse. Incluso en días nublados, el sol puede provocar manchas, alergias, un aumento de las arrugas y una pérdida de luminosidad en la piel. A largo plazo, la acumulación de daño solar incluso puede provocar cambios en el ADN de las células de la piel y derivar en daños más graves como un carcinoma o melanoma.”, afirma la experta.
Viendo las consecuencias desastrosas que puede tener tomar el sol sin protección solar, es clave escoger un buen fotoprotector. La dermatóloga nos ha confirmado lo que tenemos que tener en cuenta sí o sí a la hora de escoger uno. “Lo mejor es protegerse con la protección máxima (SPF 50+) y comprobar que el producto que utilizamos protege de los rayos UVA y UVB de forma inmediata. Esto deben indicarlo en el envasado del producto. Por ejemplo, los protectores de NIVEA SUN lo indican en la parte frontal”, añade.
Cómo escoger el mejor protector solar para tu piel
También hay que tener en cuenta que no todos los protectores son acordes a todos los tipos de piel, sino que tenemos que encontrar el que mejor se adapte a nosotras y nuestras necesidades. “Una vez elegido el protector, tenemos que fijarnos en su textura para adecuarla a nuestro tipo de piel. Las personas con propensión a la piel grasa suelen preferir texturas fluidas, oil free y matificantes. Por el contrario, si tienen propensión a la piel seca, prefieren texturas más hidratantes y enriquecidas con ingredientes como el Ácido Hialurónico”, declara.
Tienes que escoger un protector solar que sea acorde a las necesidades de tu piel.
@nuriablanco3
“Para evitar manchas sobre todo en la parte del rostro que está expuesta constantemente, lo esencial es utilizar la protección correcta. Para la cara, las mejores fórmulas antimanchas son las que tienen antioxidantes, como la Vitamina C o el Thiamidol”, remata María. Por último, pero no menos importante, nos encantan las opciones que dan ese efecto “buena cara” al instante, como protectores con pigmentos iluminadores o con color, que unifican el tono y dejan un acabado glow muy favorecedor.
Evita las horas críticas y protege las zonas más sensibles
La franja horaria entre las 11:00 y las 16:00 h concentra los niveles más altos de radiación UV. Durante esas horas, es recomendable buscar sombra, utilizar sombreros de ala ancha, gafas de sol homologadas y ropa con tejidos técnicos o naturales que cubran zonas especialmente delicadas como escote, hombros y cuello.
“Las horas más seguras para la exposición solar son a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Es mejor evitar la exposición solar entre las11h hasta las 16h de la tarde. En estas horas los rayos caen perpendicularmente y la radiación que recibimos es más intensa. Un truco muy bueno para comprobar la intensidad de la radiación es fijarte en tu sombra. Cuanta menos sombra proyectes, más perpendiculares caen los rayos de sol, más incidencia tienen y por lo tanto más recomendable es evitar la exposición”, confirma la doctora.
Es clave evitar la franja horaria de 11 a 16 de la tarde, ya que el sol es más agresivo.
@chiaraferragni
La piel del rostro y del contorno de ojos, extremadamente fina, es especialmente susceptible a la aparición de arrugas y manchas solares si no se protege correctamente. No olvides tampoco zonas como los empeines, las orejas o el cuero cabelludo (en personas con poca densidad capilar), que suelen pasarse por alto y pueden sufrir quemaduras con facilidad.
“Si vamos a tener una exposición continua, la OMS recomienda reaplicar 2 gramos de protector solas por cm2. Es decir, una persona debería usar un bote de 200 ml durante una semana de vacaciones. Es importante reaplicar el producto cada dos horas, especialmente después de bañarnos, secarnos con la toalla o sudar al hacer deporte”, continua.
Después del sol: reparar, hidratar y prolongar el tono
Otro de los errores que se suelen cometer, es no cuidar nuestra piel después de haber estado expuestas al sol durante un tiempo prolongado. Nuestra piel necesita ser calmada y reparada con fórmulas que contengan ingredientes como aloe vera, pantenol, centella asiática o agua termal, ayudando a reducir la irritación y prolongando el bronceado durante más tiempo.
“Las lociones hidratantes como el after sun incluyen ingredientes como el Aloe vera, que calma la sensación de tirantez y repara la piel después de la exposición al sol. El after sun de NIVEA SUN también contiene ingredientes altamente hidratantes como el Ácido Hialurónico y la Glicerina, lo que garantiza el cuidado de la piel tras el sol además de ser de rápida absorción”, asegura la experta. Otro formato es la leche corporal o gel reparador tras la ducha, mientras la piel aún está ligeramente húmeda, potenciando la absorción de los activos y contribuyendo a restaurar la barrera cutánea.
Como conclusión, después de todo lo que hemos visto, es que sí que se puede conseguir un bronceado bonito, duradero y sano, pero es cierto que hay que tener algunas cosas extras en cuenta. Este verano podrás presumir de la versión más bonita de tu piel, pero sin ponernos en riesgo.