Pequeñas arrugas en la frente, en la comisura de los labios o en el contorno de los ojos eran algunas de las preocupaciones previas a la llegada de los 40. Hasta esta edad, pequeñas rutinas estéticas eran más que suficientes para sobrellevar estas sutiles imperfecciones. Pero cuando entramos en esa edad las necesidades cambios y se imponen otros tratamientos estéticos para que ralentizar la huella del paso del tiempo sobre nuestro rostro.

Aunque en la piel influyen factores que van desde la genética, el tipo de piel, la alimentación o la contaminación, llegados los 40 aparecen otras inquietudes nuevas. Las manchas producidas por la edad o la falta de luminosidad, son algunas de ellas. Un buen diagnóstico previo, nos ayudará a encontrar el mejor tratamiento. La especialista Cristina Álvarez nos indica qué debemos hacer para mejorar el aspecto de nuestra piel y combatir las arrugas, flacidez o pérdida de tono que llega cuando entramos en la década de los 40.

Uno de los tratamientos estrella: Pequeñas infiltraciones con grandes resultados

Cremas de día, de noche, sérums, mascarillas faciales caseras... serán siempre bienvenidas en nuestras rutinas faciales diarias, pero es posible que llegadas a una determinada edad, no sean suficientes para paliar los signos que deja en nuestra piel el paso del tiempo. Para trabajar en las capas más profundas y tratar los signos de la edad desde el interior, Cristina Álvarez, experta en estética y cofundadora de los centros que llevan su nombre, recomienda pequeñas infiltraciones de ácido hialurónico o bótox dependiendo del objetivo buscado y del estado de la piel.

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El ácido hialurónico, rejuvenece y corrige ciertas marcas que aparecen con la edad de manera natural sin cambiar la expresión del rostro, hidrata la piel y aporta densidad rellenando sutilmente las arrugas y los surcos. “Desde los 25 años el ácido hialurónico, molécula que encontramos de manera natural en el organismo, empieza a reducirse y es necesario apostar por ella llegadas a una edad. Este complemento, que utilizamos normalmente en la zona inferior del rostro, rellena la piel consiguiendo mejoras al instante y con unos efectos de entre 6 a 12 meses”, afirma Cristina Álvarez.

El bótox

La toxina botulínica, sin embargo, es un tratamiento que ayuda a relajar los músculos de forma temporal consiguiendo un efecto lifting que mejora las arrugas y previene que aparezcan nuevas. Según palabras de Cristina Álvarez, “el bótox es ideal para tratar arrugas dinámicas, es decir, las que surgen por los músculos y por el exceso de tonicidad. Con su infiltración, conseguimos paralizar el músculo que las genera. Lo más común es realizarlo en el tercio superior y tiene una duración de entre 4 a 6 meses”.

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Un láser que puede con todo

Eliminar manchas, dar luminosidad, unificar a la piel… el láser Q-Switched es la opción perfecta para conseguir una mejora general en la calidad de tu piel y eliminar lesiones pigmentadas superficiales o profundas.

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Este láser es utilizado en tratamientos como el Hollywood Peel, un protocolo ideal para devolver la luminosidad y la textura aterciopelada del rosto. Se aplica una mascarilla de carbón activado, un excelente agente para purificar y eliminar impurezas del rostro. Tras unos minutos, para que la piel absorba bien el producto, se emplea el láser Q-switched. El calor vaporiza la capa de carbón activado que arrastra consigo una fina capa superficial de la piel del rostro, consiguiendo un efecto peeling que homogeneiza la textura de la piel, cierra los poros y corrige las hiperpigmentaciones. El láser también estimula la producción de colágeno y elastina con lo que se reducen arrugas y líneas de expresión y  se aporta firmeza al rostro.

Los resultados comienzan a ser visibles desde la primera sesión, “Como en todos nuestros tratamientos, el diagnóstico previo es el que determina el tratamiento adecuado a cada persona”, explica Cristina Álvarez.