Nuestra forma de comunicarnos con los demás y con nosotros mismos influye directamente en nuestra vida y en nuestro bienestar. Hablamos con una experta sobre la importancia de la asertividad y las mejores estrategias de comunicación para ponerla en práctica.

La habilidad de expresar sentimientos, emociones y opiniones de una forma directa es también una forma de autocuidado. Hacerse cargo de las propias emociones y ser capaz de manifestar lo que se piensa, defender derechos y exteriorizar lo que se quiere y lo que no se quiere, aumenta los niveles de bienestar, mejora la comunicación, la toma de decisiones y ayuda a ganar confianza y autoestima. Una experta nos da todas las claves sobre la asertividad y sus beneficios.

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¿Qué es la asertividad?

Sonia Díaz Rois, coach y mentora especializada en gestión de la ira y eneagrama, explica a Semana que “la asertividad es la capacidad de expresar nuestros derechos y necesidades de manera adecuada, para que sean respetados, a la vez que respetamos los derechos y las necesidades de los demás, y haciendo lo posible por no herir a la persona a la que nos dirigimos, siendo capaces de valorar otros puntos de vista”.

Pero la asertividad no es solo la habilidad que tenemos las personas para manifestar aquello que queremos y a lo que tenemos derecho, va más allá. Es una herramienta de autocuidado que nos protege y nos hace cuidarnos más. “La asertividad también es la capacidad de saber pedir y también la capacidad para saber decir que no, rechazar peticiones y establecer límites desde la negociación y siendo flexibles, respetando a la otra parte y haciendo lo posible por evitar que la otra persona se sienta ofendida o molesta” señala la experta. La asertividad tiene una gran relevancia a la hora de comunicarnos adecuadamente.

¿Cómo sería entonces una persona asertiva? “Una persona asertiva tiene la capacidad de comunicarse de tal manera que se hace respetar a la vez que respeta a los demás. Se siente cómoda y se comunica de manera serena, desde la calma y con seguridad. Y lo hace en el momento oportuno y de la forma adecuada” relata Díaz Rois.

La importancia del diálogo interior para ser asertivos

Hay personas que se expresan de forma clara y concreta y de forma respetuosa de forma innata pero la asertividad puede también trabajarse. El autoconocimiento nos da la oportunidad de manejar la comunicación desde otra perspectiva y expresarnos de una mejor forma con el otro, pero ante todo, es una forma de escucharnos y hablar con nosotros mismos desde el respeto y la comprensión.

El autoconocimiento, además de que nos permite conocernos y reconocer cuál es nuestro estilo de comunicación más habitual, dependiendo de nuestras necesidades, también nos ofrece la oportunidad de hacer algo al respecto para comunicarnos mejor. Lo que decimos a los demás es la esencia del diálogo interno que mantenemos con nosotros. Lo que comunicamos a los demás, es un fiel reflejo de lo que ocurre en nuestro interior”, afirma la coach.

Además del carácter de cada uno, hay que tener en cuenta que hay diversos factores que influyen en que una persona pueda ser más o menos asertiva. Las experiencias, los valores, ciertas creencias… condicionan, indudablemente, la comunicación.

¿Qué pasa con la interpretación de nuestro interlocutor? “Tu intención sobre lo que dices y cómo lo dices, dependerá de la reinterpretación que haga esa persona según en el estado y momento en el que se encuentre. Es importante recordar que ser asertivos no nos asegura obtener el resultado que esperamos”, argumenta Díaz Rois y advierte que “en situaciones más complejas, para seguir manteniendo la asertividad, es determinante hacer lo posible para ponerse en el lugar del otro y mostrar empatía y compasión, además de evitar juicios y caer en la malinterpretación”.

Cómo podemos ser más asertivos.
La empatía y la compasión en la comunicación pueden evitar malas interpretaciones. (Unsplash)

¿Qué beneficios tiene la asertividad?

La asertividad nos ayuda a evitar conflictos y discusiones innecesarias ya que nos sugiere evitar personalizar y centrarnos en lo que sucede, poniendo el foco en buscar soluciones y en resolver. Nos ayuda a gestionar mejor las críticas, las quejas y los desacuerdos en general. También nos anima a comunicar nuestras preferencias para que otras personas nos conozcan, sin miedo alguno a no coincidir y a diferir.

¿Qué incidencia tiene la asertividad en nuestro estado emocional? “El estado de ánimo, por mucho que nos esforcemos, no es tan regular y estable como nos gustaría. La asertividad nos permite desarrollar nuestra Inteligencia Emocional para reconocer, validar y gestionar adecuadamente nuestras emociones y salvar algún que otro bache emocional, con mucha más soltura y de una manera más serena” asegura la experta. Una baja autoestima nos impide ser asertivos.

Ser asertivos implica respetar los cambios de opinión y nos ayuda a ser más empáticos y compasivos. Cuida nuestra autoestima, ya que siendo asertivos evitaremos sentimientos de inseguridad, enfado y rechazo. Díaz Rois señala a este respecto que “evitaremos quedarnos callados por miedo a provocar un conflicto, por miedo a no tener la aprobación de los demás, por miedo a ser rechazados, por la necesidad de ser complacientes…También evitaremos comunicarnos desde una conducta agresiva queriendo demostrar algo de lo que ni siquiera nosotros estamos seguros”.

La asertividad nos ayuda a comunicarnos de manera auténtica y respetuosa, aunque siempre habrá algún tema que supere realmente nuestros límites y nuestra tolerancia, y es ahí donde queda claro que la asertividad y el respeto empiezan por uno mismo. Valórate, respétate y dirige el primer amor hacia ti, para poder compartirlo con los demás.

Estrategias para lograr ser una persona asertiva

¿Cómo podemos conseguir ser una persona asertiva? La coach nos da algunas pautas para lograrlo.

  • Conócete a ti mismo: Haz lo posible por conocerte y darte cuenta de cómo te comunicas. Comprender qué es lo que motiva tu comunicación, es muy liberador, además de que te permite empezar a hacer cambios.
  • Asume tu responsabilidad: Observa qué resultados has obtenido hasta ahora en tus comunicaciones y asume la responsabilidad que te corresponde.No te quedes esperando que sean los demás los que cambien y haz tu parte haciéndote cargo de una comunicación por tu parte más respetuosa.
  • Empatiza: Ponte en el lugar de tu interlocutor y haz lo posible por comprender su punto de vista.
  • Dedica un tiempo a reflexionar sobre las conversaciones que mantienes y observa cómo te relacionas. Así empezarás a reconocer, y conocer, cuál es tu estilo y dar paso a nuevas posibilidades.

Recomendaciones para comunicarte de forma asertiva

Para mejorar tu comunicación puedes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  1. Habla desde ti, empezando las frases por "Yo..." en lugar de usar “Tú…”. Es mucho mejor empezar hablando desde ti y comunicando una petición o necesidad, antes que iniciar una conversación acusando o mostrando directamente una queja.
  2. Expresa la emoción que sientes. Por ejemplo: "Me siento triste, me siento enfadado, decepcionado...", para que la otra persona comprenda tu emoción y cómo te sientes.
  3. Propón una solución. Evita caer en la queja y opta por buscar una alternativa, algo que pueda mejorar esa conducta o situación y que beneficie a ambas partes.
  4. Escucha lo que la otra persona te quiere decir. Considera y valora su punto de vista.
  5. Identifica y comparte los beneficios que se darán con el cambio propuesto. Reconoce qué es lo que cambiará si eso se da como tú propones y destaca el beneficio para ambas partes.
  6. Usa palabras adecuadas. Haz todo lo posible para que tu lenguaje sea amable y respetuoso.
  7. Cuida tu comunicación no verbal. Evita gesticular en exceso y haz lo posible para que que tu rostro transmita serenidad y calma.
  8. Asegúrate de que es un buen momento para comunicarse. Si no lo tienes claro, evita comunicarte por escrito o vía online. Si se trata de algo importante, siempre y cuando sea posible, mejor en persona.

Desarrollar estas habilidades comunicativas nos permite ser más capaces de relacionarnos mejor con casi todo el mundo, incluido con uno mismo.

Si en la práctica detectas que algo te cuesta más de lo que podría considerarse normal o intuyes que puede haber alguna resistencia, la buena noticia es que la asertividad se puede aprender, incluso mejorar, como ocurre con los hábitos saludables. Y no es necesario que lo hagas de manera individual, también puedes contar con la ayuda de un profesional que te acompañe.