Antes de que llegue el verano, hay que preparar la piel. Que la radiación solar no le pille desprevenida, porque si el cutis no está fuerte, será más propenso a desequilibrios, inflamación, rojeces y envejecimiento. Así que tenemos que reforzar la barrera cutánea.

Sunbath protection

La manera de hacerlo es, por un lado, acelerar la renovación celular, y por otro, hidratar intensamente. Porque sin duda, una piel hidratada está más preparada para recibir lo que llegue, sea bueno o malo. Y sin embargo, muchas veces creemos que para renovarla hay que exfoliar con ácidos, como el glicólico, y lo hacemos sin mesura ni control. Pero esto no es bueno, y sobre todo, hay pieles que no toleran los alfahidroxiácidos.

En general, lo primero es elegir un buen cosmético, con activos que sean eficaces pero sin dejar de respetar la piel sensible. Lo siguiente es limpiar cada día el rostro con fórmulas calmantes y humectantes, como una buena agua micelar, una leche rica y un tónico con ingredientes como la caléndula o la lavanda, pero siempre sin alcohol; y después, aplicar un tratamiento regenerador y equilibrante: sí a la glicerina, la urea, el ácido hialurónico o el aloe vera.

El último paso es, por supuesto, el protector solar. Aplícalo cada día del año, y desde que llega el buen tiempo, que tenga un alto spf. Este es el único producto que no hay que aplicar por la noche, momento en el que sí debemos seguir todos y cada uno de los pasos anteriores. Otro consejo que ha demostrado grandes resultados a la hora de tener una piel fuerte y protegida: una alimentación rica en antioxidantes (frutas, verduras), Omega 3 y 6 (pescado azul, frutos secos), y zinc (huevos, marisco). ¡Ahora ya podrás disfrutar del verano y de una piel 10!