De Antonia Dell´Atte a Melani Olivares: los mejores y peores looks de los Premios Escala

La Real Fábrica de Tapices de Madrid, que se ha convertido en epicentro de eventos y actos de más importancia de la capital, acogió este jueves 19 de junio la 3ª edición de los Premios Escala. Organizados por la Escuela Madrileña de Decoración, con la revista Semana como media partner, estos galardones celebran la excelencia en interiorismo, pero —admitámoslo— también son el nuevo punto de encuentro para observar otro tipo de arquitectura: la de los estilismos de las invitadas al photocall sobre alfombra roja.

Porque aunque los verdaderos protagonistas fueron los premiados por su creatividad, su talento y su visión espacial, lo cierto es que el photocall nos dejó un paseíllo de reputados nombres que no dudaron en engalanarse para asistir a esta entrega de premios. Entre los rostros conocidos que posaron ante los focos: Sandra Golpe, Leo Rizzi, Melani Olivares, Antonio Rossi, Adriana Dorronsoro, Paloma García Pelayo, Cristina Villanueva y, cómo no, la inimitable Antonia Dell’Atte. Una mezcla intergeneracional, estilísticamente ecléctica que merece, como mínimo, un análisis. ¡Vamos allá! 

Sandra Golpe en los Premios Escala 2025: todo al negro

La periodista fue de las que entendió la lección magistral del “menos es más” sin caer en lo aburrido que puede llegar a ser un total black look. Eligió un vestido negro de un solo hombro, con silueta columna y una flor tridimensional en el hombro que aportaba ese toque de textura tan femenino que eleva el diseño clásico. El vestido, que bien podría haber salido de la línea más sobria de Stéphane Rolland, alargaba visualmente la figura y abrazaba el cuerpo sin oprimir.

Nada chirriaba: peinado pulido, maquillaje en clave glow y un gesto de seguridad que lo sellaba todo. Un look sin artificios, pero no por ello plano. Esta es la elegancia realista: la que funciona sin necesidad de gritar.

Paloma García Pelayo y su vestido estampado con escamas

Cuando Paloma aparece en escena con un vestido midi con estampado con escamas de dragón en tonos en gradiente y cadenas, uno sabe que no está ante una mujer que teme el exceso. Y eso, en 2025, es digno de aplauso. La periodista optó por un diseño fluido, con manga larga y escotado, con botonadura frontal. La combinación de colores — malva, morado, verde ácido— era casi alucinógena, pero funcionó. Remató el look con unas sandalias de tiras cruzadas en color negro con plataforma y un bolso sobre en un rosa ácido metalizado a juego con algunos matices del vestido. 

Cristina Villanueva y su look bicolor

La periodista apostó por un look que mezclaba dos básicos de armario y los transformaba en una propuesta con intención. Parte superior en negro, ajustada, con manga al codo —elegante, sobria, infalible— y falda envolvente en azul con estampado shibori, una elección que huele a verano, a tejido natural y a vacaciones con arte.

La elección del maxicollar dorado tipo hojas daba unidad al look y lo conectaba con un cierto exotismo sofisticado. El clutch de rafia, discreto y con buen criterio, cerraba la propuesta sin forzarla. Ni demasiado plano ni excesivamente moderno. Esto es lo que se llama saber construir una imagen sin estridencias.

Melani Olivares y Víctor Escudero: black & white

La actriz fue la prueba de que un vestido blanco hueso puede ser todo menos un desatino. Su elección, un diseño lencero con cuello redondo, manga sisa, con un sutil fruncido lateral, dibujaba las curvas sin oprimirlas. Un diseño muy acertado para unos premios en plena ola de calor. Los zapatos de tira negra minimalista y el cabello suelto con ondas suaves aportaban equilibrio a su look. 

Víctor Escudero, a su lado, apostó por una camisa negra de gasa con rayas verticales y transparencias combinada con pantalón fluido (ceñido con un cinturón de Prada) y zapatos acharolados. El resultado: una pareja estilísticamente sincronizada sin caer en el “matchy matchy” literal. 

Adriana Dorronsoro y su vestido de gasa 

La periodista Adriana Dorronsoro optó por uno de esos vestidos que exigen actitud. Estampado vegetal en verdes y amarillos con efecto blurred, silueta entallada, escote drapeado con tirantes finos y manga caída tipo cold shoulder: pura exuberancia bien canalizada.

El vestido, que recuerda vagamente al célebre Versace de JLo pero en versión más apagada y wearable, iba acompañado de sandalias negras de plataforma y bolso sobre de color negro. En el rostro, labios fucsia bien marcados que aportaban luz sin eclipsar. Un look con presencia, que no pasa desapercibido y que confirma que Adriana sabe manejar el código “alfombra roja informal” con soltura.

Antonia Dell’Atte: la teatralidad como lenguaje estético

Y llegamos a Antonia. Qué decir de Antonia. La italiana es, estilísticamente, un género en sí misma. Esta vez apostó por un vestido-caftán amarillo con dragones orientales en tonos azul, fucsia y verde. Un vestido que parecía decir: “vengo a ser vista, no a pasar desapercibida”. Y lo logró. La elección de colores, el volumen, el largo… todo en el look hablaba de una mujer que domina el arte de usar la moda como performance.

Lo mejor: sus gafas estilo vintage, el peinado de ondas fijas, los pendientes rotundos y la seguridad con la que posaba. No era un look fácil, pero ella lo llevó como si lo hubiese heredado de una diva de los años 50 en viaje diplomático por Asia. Y eso, francamente, es saber llevar la moda a su terreno.