El pasado viernes se celebró en Mónaco el tradicional concurso hípico en el que Carlota Casiraghi solía atraer todas las miradas. Pero, en esta ocasión, el foco de atención estaba en el palco, donde Tatiana Santo Domingo compartía confidencias y risas con su suegra, Carolina de Mónaco y también con su cuñada, la pequeña Alexandra de Hanover.

Desde que se casara con Andrea Casiraghi en 2013, Tatiana Santo Domingo ha sido una de las más buscadas en Mónaco, más aún después de ser madre de sus dos hijos: Alexandre e India Casiraghi, los quinto y sextos en la línea de sucesión del Principado de Mónaco. Nacida en Nueva York y criada entre Ginebra y París, Tatiana Santo Domingo pertenece a una familia multimillonaria. La fortuna estimada de Tatiana Santo Domingo la situa como la 847 persona más rica del mundo.

¿Será Tatiana Santo Domingo capaz de arrebatarle el trono del glamour a su cuñada Carlota Casiraghi?

Risas y espontaneidad

En contraste al gesto serio de Alexandra de Hanover, la pequeña de la familia, Tatiana se mostró sonriente y cómplice con su suegra, la princesa Carolina durante el concurso de hípica celebrado en Mónaco.

La nueva generación del principado de Mónaco

Andrea, hijo de Carolina de Mónaco, y su mujer Tatiana Santo Domingo, representan el relevo generacional dentro del principado monaguesco.

Buena sintonía suegra y nuera

Durante el concurso hípico pudimos comprobar la buena sintonía existente entre Tatiana Santo Domingo y su suegra, Carolina de Mónaco.

En el palco presidencial

En un lugar privilegiado, en el palco presidencial, allí presenció Tatiana Santo Domingo el concurso hípico en compañía de Carolina de Mónaco, su marido Andrea Casiraghi y la pequeña Alexandra de Hanover.

Pareja de guapos

Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo son una de las parejas más atractivas de la aristocracia europea.

Con los ganadores

Carolina y su hija Carlota, que también participó en el concurso hípico como amazona, posando con los ganadores de la prueba equina.

Máxima expectación en la pista

Tatiana Santo Domingo, su marido Andrea y Carolina de Mónaco en un momento donde toda su atención y expectación estaba puesta en la pista de hípica.

Carlota, toda una amazona

Carlota, como es habitual, compitió en la pista con su caballo manteniendo viva una de sus pasiones, la hipíca.

Carolina, radiante

Carolina, radiante, durante el concurso hípico celebrado en Mónaco en el que participó su hija Carolina y al que asistió acompañada de sus hijos Alexandra y Andrea.